Las tensiones en Asia sumaron esta semana el avance de un histórico conflicto que se mantenía abierto, pero sin episodios de violencia extrema o fatalidades: la disputa fronteriza entre Camboya y Tailandia.

Las históricas luchas fronterizas, con el dominio de templos hinduistas de por medio, han escalado en la última semana.

Las tensiones en Asia sumaron esta semana el avance de un histórico conflicto que se mantenía abierto, pero sin episodios de violencia extrema o fatalidades: la disputa fronteriza entre Camboya y Tailandia.

Con supuestos alto el fuego que no fueron respetados, principalmente con acusaciones a Camboya, las potencias regionales y Estados Unidos ponen el foco en el sudeste asiático para evitar una nueva escalada bélica que se sume a los episodios ya presentes en simultáneo a nivel global.
Sobre los orígenes del conflicto y cuál es la situación actual de la negociación, Joaquín Bernardis del Observatorio de Política Internacional (OPI) de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), habló en CyD Litoral.
“Es algo, si se quiere histórico. Por lo menos en esta última década del conflicto entre Tailandia y Camboya”, indicó en primera instancia Bernardis sobre los países ubicados por debajo de China y con reclamaciones territoriales históricas.
Sobre los incidentes más recientes, Bernardis detalló: “Lo que sucedió esta última semana, sobre todo a partir del jueves, fue una serie de enfrentamientos fronterizos entre ambas fuerzas armadas que dejaron un saldo de más de 30 muertos, entre algunos civiles y también algunos soldados de ambas partes”.

“Lo cierto es que hacía prácticamente más de una década que no sucedía este tipo de conflictos. Siempre hay escaramuza entre ambos países”, remarcó el especialista.
Sobre los orígenes milenarios de la disputa regional, el licenciado en Relaciones Internacionales explicó: “Parte de esta de este ida y vuelta entre ambas naciones se debe a que este hay una serie de templos históricos hinduistas y obviamente cuestiones que vienen de la época colonial, cuando Tailandia se llamaba reino de Siam. Luego de la segunda guerra mundial, Francia dijo ‘bueno, nos vamos a retirar de la zona de de Camboya para que sea un país ya independiente’ y ciertos límites que se trazaron en ese entonces no eran muy exactos. Esos grises claramente después derivan en guerras entre estados”.

Situación similar se pudo destacar con el eventual crecimiento del conflicto India - Pakistán, donde las fronteras delimitadas “dividen” zonas étnicas y fueron designadas por el británico Sir Cyril Radcliffe en 1947, quien tuvo sólo cinco semanas para dibujar el trazado.
“En este caso, lo que detonó este ida y vuelta entre ambas fuerzas armadas fue que los soldados tailandeses estaban en una zona minada que en teoría fueron puestas por la fuerza armada de Camboya. Hubo una serie de heridos y muertos y a partir de allí empezaron los combates”, relató Bernardis.

A estos episodios violentos directos se le suma que en las horas previas a los ataques directos, Tailandia cerró sus pasos fronterizos en el noreste con Camboya, retiró a su embajador y expulsó al embajador camboyano. En respuesta, Camboya anunció que degradaba las relaciones diplomáticas con Tailandia al nivel más bajo, expulsando al embajador tailandés y retirando a todo su personal diplomático de la embajada en Bangkok.
Cómo si los cruces no fueran suficiente, el pueblo tailandés atraviesa una particular controversia con su primera ministra. Paetongtarn Shinawatra, fue suspendida de su cargo el 1 de julio para ser investigada por posibles violaciones éticas en su gestión de la disputa fronteriza, tras filtrarse una llamada telefónica con un alto dirigente camboyano.
En la llamada de junio, Paetongtarn se refirió al ex primer ministro camboyano Hun Sen como “tío” y criticó a los líderes militares tailandeses, comentarios que los críticos calificaron de irrespetuosos con la soberanía nacional.
Sobre la injerencia de otros países, Bernardis resaltó que este lunes “con presión de los Estados Unidos y la mediación específicamente de Malasia, se llevó un alto al fuego. Un proceso de desescalar el conflicto y de empezar a negociar las fronteras entre ambos países”.
El rol de Donald Trump también tuvo una participación fiel a su estilo ya que luego de haber encontrado una supuesta solución a Camboya-Tailandia, se jactó en redes sociales de haber “puesto fin a cuatro guerras”.

Lo cierto es que las acusaciones siguen. Tailandia asegura que Camboya no cesó sus ataques entre martes y miércoles, a pesar de que sus representantes diplomáticas se reunieron el martes en Beijing, con China como nuevo mediador.
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