El Ministerio de Defensa de Rusia informó que sus fuerzas armadas tomaron el control del asentamiento de Sviato-Pokrovske, ubicado en la región oriental ucraniana de Donetsk, una de las zonas más disputadas desde el inicio del conflicto.

El Ministerio de Defensa ruso asegura la captura del asentamiento de Sviato-Pokrovske en la región de Donetsk y reporta intensos ataques con drones y misiles durante las últimas 24 horas del conflicto en Ucrania.

El Ministerio de Defensa de Rusia informó que sus fuerzas armadas tomaron el control del asentamiento de Sviato-Pokrovske, ubicado en la región oriental ucraniana de Donetsk, una de las zonas más disputadas desde el inicio del conflicto.
Según el comunicado oficial difundido por Moscú, la operación fue llevada adelante por unidades del denominado Grupo de Fuerzas Sur, que logró consolidar posiciones tras intensos enfrentamientos en el área.
Las autoridades rusas presentaron este avance como parte de una ofensiva sostenida destinada a ampliar su control territorial en el este de Ucrania. Sin embargo, como ocurre con otros anuncios similares, la información no pudo ser confirmada de manera independiente y hasta el momento no hubo una respuesta oficial del gobierno ucraniano respecto a la pérdida del asentamiento.

En el mismo informe, el Ministerio de Defensa ruso detalló que durante las últimas 24 horas se produjeron numerosos ataques aéreos y contraataques en distintos puntos del frente.
De acuerdo con Moscú, los sistemas de defensa aérea lograron interceptar seis bombas guiadas, un misil del sistema HIMARS y cientos de drones de ala fija, lo que refleja la creciente utilización de tecnología no tripulada en el conflicto.
El uso masivo de drones se ha convertido en una de las características centrales de la guerra, tanto para tareas de reconocimiento como para ataques directos contra objetivos militares e infraestructuras estratégicas. Esta dinámica ha incrementado la intensidad de los combates y elevado el riesgo para zonas cercanas a áreas civiles.

El comunicado ruso también incluyó denuncias sobre incursiones ucranianas en territorio de la Federación Rusa. Según esa versión, drones lanzados por Ucrania impactaron en localidades del sur ruso, entre ellas el puerto de Temryuk y la aldea de Nikolaevka, en la región de Krasnodar.
Como consecuencia de estos ataques, se registraron incendios en depósitos de combustible y daños en instalaciones industriales. Aunque las autoridades locales aseguraron que la situación fue controlada, los hechos evidencian la ampliación del conflicto más allá del territorio ucraniano y el alcance cada vez mayor de las operaciones militares.

El anuncio del nuevo avance ruso se produce en un contexto de estancamiento estratégico y guerra de desgaste, con escasos cambios significativos en las líneas del frente pese al elevado costo humano y material. Desde 2022, la región de Donetsk ha sido escenario de combates constantes, bombardeos y desplazamientos forzados de población civil.
Mientras Rusia insiste en mostrar avances territoriales, Ucrania mantiene una estrategia defensiva combinada con ataques selectivos, con el respaldo militar y logístico de países occidentales. Analistas internacionales advierten que la falta de avances diplomáticos y la continuidad de las hostilidades refuerzan un escenario de prolongación del conflicto.
La toma de asentamientos como Sviato-Pokrovske, de confirmarse, subraya la persistencia de una guerra que continúa redefiniendo el equilibrio geopolítico en Europa del Este y mantiene en vilo a la comunidad internacional ante la ausencia de una salida negociada en el corto plazo.