Un fuerte sismo de magnitud 6,9 golpeó las aguas frente a la provincia de Cebu, en la región central de Filipinas, durante la noche del martes.

Un terremoto de magnitud 6,9 registrado frente a la costa de la provincia de Cebu obligó a emitir una alerta local de tsunami en zonas costeras. Afectaciones preliminares incluyen cortes de energía y daños parciales en infraestructuras.

Un fuerte sismo de magnitud 6,9 golpeó las aguas frente a la provincia de Cebu, en la región central de Filipinas, durante la noche del martes.
Las autoridades activaron una alerta local de tsunami para las zonas costeras de Cebu, Leyte y Biliran, y se reportaron cortes de energía y daños estructurales moderados, especialmente en una iglesia de piedra en Daanbantayan.
El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (PHIVOLCS) indicó que el epicentro se ubicó a unos 17 km al noreste de la ciudad de Bogo, en la provincia de Cebu, y advirtió sobre posibles movimientos anómalos del nivel del mar que podrían generar olas de hasta 1 metro de altura.
Se recomendó a los residentes de las zonas costeras que se mantuvieran alejados de playas y embarcaciones hasta nueva orden.
En algunas localidades se produjo un apagón eléctrico, especialmente en Daanbantayan, donde la iglesia de la Santísima Rosa de Lima sufrió daños parciales en su estructura.
Sin embargo, organismos internacionales como el Pacific Tsunami Warning Center (PTWC) evaluaron que no existía una amenaza significativa de tsunami, y descartaron la necesidad de acciones masivas de evacuación más allá de las recomendaciones locales.
Por el momento no se han confirmado pérdidas humanas ni daños severos, aunque se esperan réplicas y evaluaciones posteriores.

Filipinas se encuentra sobre el llamado “Anillo de Fuego del Pacífico”, una zona propensa a actividad sísmica y volcánica prolongada.
Las islas de Visayas (donde está Cebu y Leyte) presentan fallas tectónicas activas que han registrado movimientos fuertes en años recientes.
En el caso puntual del sismo del 30 de septiembre de 2025, la profundidad estimada fue de aproximadamente 10 km bajo el lecho marino, lo cual favorece que las ondas sísmicas se propaguen con mayor intensidad a la superficie.
Las zonas afectadas ya estaban recuperándose de un temporal severo días atrás, que dejó al menos 27 muertos, cortes masivos de energía y desplazamientos de población.

Ese contexto agrava la vulnerabilidad ante nuevos fenómenos naturales.
A nivel institucional, PHIVOLCS advirtió que podrían esperarse réplicas tras el evento y pidió que las autoridades locales permanezcan en estado de alerta.
Hasta ahora, los informes preliminares no confirman colapsos mayores de edificaciones, salvo los daños parciales de la iglesia en Daanbantayan.
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