Tras la incursión de los smartphones, la lucha de las empresas tecnológicas sumó una nueva complicación en la telefonía móvil: la mensajería instantánea.

Los Servicios de Comunicación Enriquecida ya reemplazan a los SMS tradicionales permitiendo a los usuarios enviar más que texto. La firma del tradicional buscador corre con una importante ventaja.

Tras la incursión de los smartphones, la lucha de las empresas tecnológicas sumó una nueva complicación en la telefonía móvil: la mensajería instantánea.
WhatsApp fue lanzado en 2009 y sólo un par de años después ya era prácticamente la única aplicación elegida por argentinos y gran parte de Occidente. WeChat hizo lo suyo en Oriente desde 2011, llegando a sumar incluso un sistema de pago en su app. Lo mismo ocurre con otros productos de menor alcance pero similares características.

Poco a poco, el tradicional SMS se fue guardando en el baúl y quedando como un reservorio de publicidad, spam y confirmaciones de identidad para registros o compras.
La pluralidad de opciones que brindaron el resto de apps a la hora de complementar el texto en la comunicación resultaron de mayor agrado para el usuario, como así también la accesibilidad. El SMS depende exclusivamente de la señal del proveedor, mientras que, por el ejemplo, WhatsApp sólo necesita un acceso a red de internet, lo cual en la actualidad se convirtió de acceso casi universal mediante proveedores de satélites.
La llegada del RCS, desarrollado como idea desde 2016, busca complementar los puntos fuertes de cada producto. Y sin que el usuario lo detecte, ya lo está aplicando.
Los RCS o Servicios de Comunicación Enriquecida son un lenguaje universal que potencia y mejora el Servicio de Mensajes Cortos (SMS) incorporando elementos habituales de aplicaciones de mensajería tradicional en smartphones.

No sólo suma los elementos multimedia y una mayor extensión del mensaje, sino también herramientas clásicas como la verificación de lectura o confección de grupos de chats.
Uno de los puntos débiles del SMS, tal como se indicó anteriormente, es la dependencia de la red móvil, algo que con RCS desaparece ante la posibilidad de apelar al Wi-Fi.
Si bien Apple ya instaló iMessage para el uso cotidiano de los usuarios, Google posee una gran oportunidad en la otra rama del mercado, donde la semilla ya fue plantada.

Tras fracasos como Hangouts o Allo, la firma del tradicional buscador de internet está presente en la mayoría de teléfonos celulares media, media-alta y alta generación con este formato de mensajería, el cual es utilizado a diario por casi todos los usuarios.
En el caso de Google, otra de las ventajas recae sobre la facultad de universo conectado dentro de todos los dispositivos que posean la misma cuenta de Gmail e incluso con otras vinculadas para la totalidad de aplicaciones.

El acceso a la infraestructura y el control de las APIs le permite a la empresa de Sundar Pichai mantener el foco en su producto y saltarse el dominio de otros operadores. A pesar de ser un formato abierto, Google ha asumido la responsabilidad de otras firmas en diversos distritos, ampliando su posibilidad de explotación.
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