A 33 años del caso Barreda: qué pasó con su casa y objetos personales
Los bienes de la vivienda donde ocurrieron los crímenes fueron declarados en abandono, mientras algunos artículos vinculados al asesino, como sus lentes, generan polémica y alcanzan precios millonarios.
La casa de La Plata donde Ricardo Barreda cometió el cuádruple femicidio.
Este 15 de noviembre se cumplen 33 años del cuádruple femicidio cometido por el odontólogo Ricardo Barreda en el año 1992, cuando asesinó a escopetazos a su esposa, susdos hijas y su suegra en su vivienda de La Plata. Más de tres décadas después, los objetos vinculados al expediente pierden valor, pero uno de los elementos más emblemáticos —sus anteojos— llegó a ofrecerse por una suma millonaria.
La Justicia civil platense declaró recientemente el “abandono” formal de los bienes muebles de la casona donde se cometieron los crímenes, incluida la propiedad ubicada en la calle 48 entre 11 y 12 en La Plata, Buenos Aires.
Los herederos no reclamaron diversos objetos, que ya fueron expropiados.
La resolución destacó que los herederos no reclamaron múltiples pertenencias, entre ellas los dos vehículos que permanecían en el lugar: un Ford Falcon y un DKW, ambos ya expropiados por el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia.
El mercado de lo macabro
En contraste con la pérdida simbólica y material de la vivienda, los famosos anteojos que utilizaba Barreda aparecieron a la venta por 25 millones de pesos. La oferta estuvo en manos de una amiga que lo visitaba en el geriátrico donde pasó sus últimos años.
Según explicó, la mujer tomó la decisión de desprenderse de ellos porque necesitaba dinero, generando una nueva ola de controversia alrededor del caso.
Los famosos anteojos que utilizaba Ricardo Barreda.
El crimen y una condena que marcó época
El cuádruple asesinato conmocionó al país por su violencia extrema y por los argumentos que el propio Barreda expresó durante el juicio. Sostuvo que sufría “humillaciones y destrato” por parte de las mujeres de su familia, a quienes llamaba “Conchita”.
Finlamnete fue condenado a prisión perpetua en 1995, obtuvo en 2008 el beneficio de la prisión domiciliaria por su edad y, en 2016, la Justicia declaró extinguida su pena. Murió el 25 de mayo de 2020, a los 83 años, mientras estaba internado en un geriátrico.
Un lugar sin destino claro y una memoria que no se apaga
La vivienda donde ocurrió la masacre atraviesa un proceso de limpieza institucional. Además del retiro de los autos, persisten debates sobre cuál será su futuro.
El estado de abandono, tanto legal como físico, alimenta la idea de una “impunidad simbólica”: aunque Barreda ya no está, su figura continúa generando interés y sus objetos personales se transforman en piezas codiciadas de una historia que el país aún no termina de procesar.