Amalia, la hija de Máxima, estrena la tiara bandeau y acapara protagonismo en Ámsterdam
La heredera llevó la sobria y elegante pieza de diamantes perteneciente a su bisabuela Juliana. Combinó un vestido butter yellow de Jenny Packham con la banda azul y joyas históricas.
La joven llevó la banda azul de la Orden de la Rosa Blanca de Finlandia, igual que su madre en la misma ceremonia.
Amalia de los Países Bajos estrenó la tiara bandeau y un vestido de Jenny Packham en la cena de Estado en el Palacio Real de Ámsterdam el 11 de diciembre, durante la visita del presidente de Finlandia Alexander Stubb; la combinación de joyas históricas y un diseño butter yellow concentró la atención y dejó en segundo plano a la reina Máxima.
Además de la prenda, la joven usó la tiara bandeau de diamantes, una pieza que perteneció a la reina Juliana y que formó parte del ajuar real. Completó el conjunto con un collar central de diamante amarillo pálido de 30 quilates procedente de la colección vinculada a la reina Emma y llevó la banda azul de la Orden de la Rosa Blanca de Finlandia, igual que su madre en la misma ceremonia.
Las piezas del joyero real realzaron el atuendo: la tiara bandeau y el collar vinculan la aparición con antecedentes familiares.
Joyas históricas y ecos familiares
La utilización conjunta de tiara y collar remite además a apariciones previas de la consorte y a eventos relevantes del pasado real neerlandés, como la gala en honor a la reina Beatriz durante la abdicación, en la que partes de esa misma colección se presentó.
La presencia de la princesa heredera en 2025 fue interpretada por la prensa como la culminación de una "gran temporada": multiplicó sus actos institucionales y consolidó una mayor visibilidad pública, mientras su imagen evolucionó hacia looks más sobrios y seguros. A lo largo del año Combinó firmas de lujo y propuestas más accesibles, según el seguimiento de sus apariciones.
Medios europeos atribuyen parte del cambio al trabajo de la estilista neerlandesa Lizzy Cachel Teubel; en su web la profesional escribió: “también puedes contratarme para que haga compras personales o para darle un toque de desintoxicación a tu guardarropa”, dijo Lizzy Cachel Teubel, estilista neerlandesa.
Completó el conjunto con un collar central de diamante amarillo pálido de 30 quilates procedente de la colección vinculada a la reina Emma.
Ejemplos citados en el recorrido de su vestidor incluyen desde trajes sastreros de Max Mara hasta diseños de Jan Taminiau y piezas de marcas contemporáneas como Sandro y Maje, además de adquisiciones de Zara y Asos. Ese mix, indican las notas, habría buscado mantener el protocolo sin perder frescura.
La reacción de la audiencia y de la prensa especializada colocó la aparición del 11 de diciembre como un momento definitorio en la proyección pública de la heredera, que durante 2025 pasó a ocupar un lugar destacado en la agenda real neerlandesa.
Amalia de Holanda, que acaba de cumplir los 22 años, tiene una agenda mucho más parecida a la de una reina, que a la de una princesa de su generación. En los últimos meses, ha acompañado a sus padres a actos de la máxima relevancia institucional. Reuniones con líderes de la OTAN, actos militares, la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, la proclamación del nuevo jefe del Estado de Luxemburgo o el aniversario de la creación de la ciudad de Ámsterdam, eso sin olvidar que su presencia en cenas de Estado es habitual.