Premiaron a una diseñadora que creó un vestido con materiales naturales
Cecilia Leaniz fue distinguida por su original propuesta que combina arte y moda usando cáscaras de naranja. En diálogo con Nosotros explicó los desafíos que enfrentó para trabajar con estos materiales y cómo su pasión la llevó a participar en un importante concurso nacional.
Cecilia Leaniz junto a su creación expuesta en Galerías Pacífico.
La joven diseñadora entrerriana Cecilia Leaniz, alumna del Instituto de Estudios Superiores de Santa Fe (IES), obtuvo una mención de honor en el concurso “Diseño de Moda con Conciencia Artística” organizado por la Escuela Argentina de Moda (EAMODA). Su creación, titulada “Un beso entrerriano”, fue expuesta en el histórico espacio de Galerías Pacífico, en la ciudad de Buenos Aires, y destacó por unir creatividad, identidad y compromiso ambiental.
La pieza, que combina lienzo de algodón teñido con cúrcuma y zanahoria, tiene como imagen central una versión propia de “El beso” de Gustav Klimt. Lo singular es la técnica: un mosaico formado por fragmentos de cáscaras de naranja reutilizadas, tratadas y bordadas a mano, que representan tanto sus raíces en Entre Ríos como su mirada sobre la moda como expresión artística y sostenible.
“Crear desde un lado consciente, pensando en el medio ambiente”, explicó en diálogo con Revista Nosotros Cecilia, que sueña con seguir creciendo en el mundo de la moda sin perder de vista su compromiso con la naturaleza.
Un interés que nació en la infancia
El camino de Cecilia en el diseño comenzó mucho antes de entrar a una carrera formal. “Mi interés nació desde muy chica usando telas para crear diferentes vestidos”, contó. Recuerda especialmente a su abuela, quien tenía una máquina de coser y le prometía enseñarle, aunque la enfermedad de ella interrumpió ese aprendizaje.
Fragmentos de cáscaras tratados antes del bordado manual.
Pero la vocación no se detuvo ahí. “Empecé a coser de manera autodidacta y a mano, todo lo que veía lo remodelaba”, relató. Más tarde realizó un curso de corte y confección, momento que confirmó su pasión: “Ahí me di cuenta que ese era mi mundo, así que al año siguiente me inscribí a la carrera que ahora estoy terminando de diseño y producción de indumentaria”.
Hoy, aunque todavía está definiendo su identidad creativa, Cecilia siente claro qué busca transmitir: “Me gusta mezclar el arte y la moda, que las prendas no sean sólo eso, que transmitan algo”.
Crear con materiales vivos
Para el concurso organizado por EAMODA, Cecilia encontró la convocatoria a través de Instagram y se lanzó a preparar su propuesta en pocos días. La idea de usar cáscaras de naranja como material principal no fue casual: además de su vínculo con su provincia natal, Entre Ríos, reflejaba esa búsqueda de unir naturaleza, arte e indumentaria.
Detalle del mosaico hecho con cáscaras de naranja reutilizadas.
“Fue bastante difícil, tuve varias prueba y error y volver a comenzar”, describió. El proceso incluyó aprender el punto justo de secado, experimentar con el horno para compensar la humedad de su ciudad y buscar la forma de coser un material tan inusual. “Tampoco encontraba alguna referencia de cómo coser la cáscara de naranja porque es bastante loco”, reconoció.
Pese a todo, el resultado final impactó por su originalidad, sensibilidad y dedicación artesanal. La obra logra unir lo efímero de los materiales naturales con la permanencia de la expresión artística, algo que define muy bien la filosofía de la joven creadora.
El vestido “Un beso entrerriano” estuvo inspirado en Klimt.
Reconocimiento y próximos sueños
Recibir una mención de honor significó para Cecilia algo más que un premio: “Para mí, con los desafíos que me puso la vida, fue como una bocanada de aire fresco, de ayudarme a no bajar los brazos y ver que con esfuerzo y pasión las cosas se logran”, asegura.
Momento de la entrega de la mención de honor en el concurso.
Consciente de que queda mucho camino por recorrer, proyecta un futuro donde su marca pueda crecer “de una manera honesta, con mucha pasión y amor, que llegue a la gente y provoque algo”. Y aunque sueña en grande, con la idea de mostrar sus diseños algún día en alguna de las capitales de la moda, sabe que cada paso cuenta: “Esta mención es un pasito más para lograrlo”.
“Un beso entrerriano” es, al mismo tiempo, una pieza de arte, un homenaje a sus raíces y una declaración sobre la moda que viene: una moda que no solo viste, sino que comunica, emociona y, sobre todo, cuida el mundo que habitamos.
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