Activá la entrada de tu casa con Feng Shui y atraé buena energía
Convertí el acceso principal en un imán de bienestar, equilibrio y serenidad. Pequeñas acciones ayudan a bloquear influencias negativas y potenciar la vitalidad del hogar.
Elementos simbólicos para proteger y atraer bienestar.
En la filosofía milenaria del Feng Shui, la puerta de entrada de una casa no es solo un acceso físico: es la “boca del Chi”, el lugar por donde ingresa la energía vital que influirá en todos los ambientes y en la vida de quienes habitan el espacio. Por eso, cuidar y activar este sector resulta esencial para mantener alejadas las energías negativas que pueden generar bloqueos o incluso mala suerte.
Según el Feng Shui, el Chi es una energía que fluye y que debe transitar sin obstáculos. Esto implica mantenerla limpia, ordenada y luminosa. La suciedad y el desorden pueden actuar como “tapones” que impiden la correcta circulación de esta energía. Por eso, se recomienda revisar periódicamente este espacio, retirar objetos que no cumplan una función y reparar cualquier desperfecto visible.
Un detalle fundamental es la iluminación. Una entrada bien iluminada simboliza apertura y receptividad: invita al Chi positivo a ingresar con fuerza. Si es posible, sumar una luz cálida, como faroles o lámparas, contribuirá a crear una atmósfera acogedora. También se aconseja revisar el timbre y la cerradura: si funcionan mal, pueden transmitir la sensación de bloqueo energético.
Energía positiva
El Feng Shui propone incorporar elementos que potencien la energía positiva y, al mismo tiempo, protejan el hogar de las malas vibraciones. Entre los más recomendados, están las plantas sanas y verdes ubicadas cerca de la puerta. Es importante que estén cuidadas y que no tengan hojas secas, porque eso puede atraer el efecto contrario.
Detalles decorativos que suman armonía y calidez.
Los espejos también pueden ser aliados si se colocan correctamente. Se aconseja evitar que un espejo refleje directamente la puerta, ya que podría devolver hacia afuera la energía que intenta entrar. Sin embargo, situarlo en un lateral o en la pared opuesta a un pasillo, puede ayudar a “expandir” el Chi y darle más fuerza.
Otro elemento clásico es la campana de viento o “wind chime”, que se coloca cerca de la entrada para limpiar el Chi a través del sonido suave y armónico. El material de la campana dependerá del elemento que domine la orientación de la puerta: metal para el oeste o noroeste, madera para el este o sureste, etc. Este sonido no solo atrae energía positiva, sino que además ahuyenta vibraciones densas o estancadas.
El color de la puerta también es importante: el rojo es considerado muy auspicioso porque atrae protección y abundancia; el verde simboliza crecimiento y salud; el azul, calma y serenidad; y el negro está vinculado con el agua y la prosperidad. Elegir el color adecuado, según la dirección a la que da la entrada, puede potenciar los efectos benéficos.
Alejar lo negativo
Además de atraer lo positivo, el Feng Shui invita a trabajar activamente para alejar la energía negativa. El primer paso es el orden: quitar objetos rotos, trastos acumulados o zapatos amontonados. El desorden en la entrada genera “estancamiento” que puede reflejarse en problemas económicos o emocionales.
Orden y limpieza, claves para un acceso equilibrado.
Realizar limpiezas energéticas periódicas es otro recurso habitual. Pasar un sahumerio de sándalo, ruda o palo santo desde la puerta hacia el interior ayuda a “barrer” la mala energía. También puede hacerse con sal gruesa o agua con limón, elementos tradicionales para neutralizar lo negativo.
Un pequeño ritual recomendado consiste en golpear suavemente la hoja de la puerta por dentro y por fuera mientras se repite una frase de intención positiva, como “que solo entre energía buena y se vaya todo lo que no me beneficia”. Este acto simbólico refuerza la conexión consciente con el espacio y abre la puerta, no solo física, sino energéticamente.
Entrada iluminada para favorecer el flujo vital.
Por último, la gratitud es clave en el Feng Shui. Cada vez que se limpia, se decora o se abre la puerta, hacerlo con agradecimiento ayuda a que el hogar vibre en armonía. La entrada no es solo un espacio funcional: es un umbral que puede transformarse en un portal para el bienestar.
Así, con detalles simples, intención y cuidado, es posible transformar la puerta de casa en una verdadera invitación para que la buena energía fluya, se instale y permanezca. Porque, como enseña el Feng Shui, todo comienza en la entrada.
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