La fuerza muscular se ha convertido en uno de los principales marcadores de salud y diferentes investigaciones han demostrado que unos mayores niveles de fuerza muscular ayudan a vivir más y mejor.

Una rutina de fuerza no solo moldea tu cuerpo, sino que fortalece tu calidad de vida en diversos aspectos. Enterate en esta nota de los múltiples beneficios para la salud.

La fuerza muscular se ha convertido en uno de los principales marcadores de salud y diferentes investigaciones han demostrado que unos mayores niveles de fuerza muscular ayudan a vivir más y mejor.
Cada vez es mayor la evidencia científica que sitúa el ejercicio de fuerza como una "polipíldora" en la prevención y tratamiento de la mayoría de enfermedades no transmisibles más comunes del siglo XXI (metabólicas, neurológicas, cardiovasculares, cáncer, autoinmunes, etc.)..
El ejercicio de fuerza mejora tu masa y calidad muscular y ayuda a reducir tu porcentaje de grasa, en especial de grasa visceral.
La grasa visceral es un tipo de tejido graso que aumenta el riesgo de enfermedades cardio-metabólicas. El ejercicio de fuerza mejora las alteraciones metabólicas asociadas a la obesidad –como la resistencia a la insulina y/o inflamación– y es una de las mejores herramientas para reducir de forma efectiva los depósitos de grasa visceral.

Este tipo de ejercicio aumenta la oxidación de los ácidos grasos y el metabolismo basal. En diferentes investigaciones, el entrenamiento de fuerza ha demostrado que aumenta la lipólisis (proceso de degradación de las grasas del tejido adiposo) durante el entrenamiento, pero además incrementa la oxidación de ácidos grasos después de finalizar el entrenamiento porque aumenta el metabolismo basal, es decir, tu cuerpo quema más calorías en reposo.
La resistencia a la insulina es una condición alterada del correcto funcionamiento de esta hormona producida por el páncreas que se encarga de llevar la glucosa a las células.
De forma crónica, la resistencia a la insulina aumenta los niveles de glucosa en sangre y favorece el desarrollo de diabetes tipo 2.
Un reciente metaanálisis afirma que el entrenamiento de fuerza es eficaz para mejorar el control glucémico, el porcentaje de grasa y los niveles de colesterol en sangre en personas con riesgo de diabetes.
Cualquier tipo de ejercicio tiene un impacto positivo sobre la resistencia a la insulina pero, sin lugar a dudas, el ejercicio de fuerza es el mejor aliado, ya que se ha visto que incluso una sola sesión de fuerza mejora la sensibilidad a la insulina hasta 24 horas.

El ejercicio de fuerza es el mejor antiinflamatorio natural que existe porque la pérdida de tejido graso que ocasiona (especialmente de grasa visceral) se asocia con reducciones en los niveles de proteína C-reactiva, que es un indicador de inflamación crónica.
Además, la contracción del músculo inducida por el ejercicio de fuerza libera al torrente sanguíneo diferentes proteínas (llamadas mioquinas) que generan un efecto antiinflamatorio.
Se ha demostrado que el entrenamiento de fuerza es un gran antioxidante y antiinflamatorio, acciones que retrasan la degeneración celular en todos los tejidos. Por eso este tipo de ejercicio contribuye a la prevención del envejecimiento prematuro y las enfermedades asociadas al mismo.
Se ha demostrado su efecto beneficioso en el tratamiento de la ansiedad o la depresión y también tiene un impacto positivo en la funciones cognitivas y la memoria.
Además, previene y mejora algunas patologías neurológicas como el alzhéimer, la demencia o el párkinson.
Protege los huesos
El ejercicio de fuerza es la mejor opción para preservar y/o mejorar tu densidad mineral ósea y prevenir el riesgo de osteoporosis y fracturas.
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