El minimalismo de los años 90 marca tendencia en 2025
Este invierno, la estética sobria y funcional de décadas pasadas regresa renovada, incorporando cortes contemporáneos y materiales ecoamigables. La propuesta destaca por su simplicidad consciente y la capacidad de adaptarse a diferentes contextos urbanos.
La moda de los 90 se caracterizó por su minimalismo.
El vaivén de la moda es cíclico. Lo que alguna vez fue tendencia puede volver con fuerza, transformado, reinterpretado y adaptado a las sensibilidades actuales. Si en las últimas temporadas el estilo Y2K —con su brillo, su audacia y su estética maximalista— reinó en las pasarelas y las calles, el invierno 2025 se prepara para rendirse a los encantos de una década previa: los años 90.
La nostalgia noventera irrumpe con una propuesta más sofisticada y menos estridente. Atrás quedan los pantalones de tiro ultra bajo y los tops de mariposa. Ahora, el revival noventoso apuesta por siluetas depuradas, texturas sobrias y una paleta cromática que va de los neutros al negro total. Esta versión no busca replicar literalmente, sino reinterpretar.
Sastrería relajada
Uno de los íconos del nuevo invierno es, sin dudas, el traje oversize. Las chaquetas amplias con hombreras marcadas, pantalones rectos de tiro medio y telas como la lana fría o el gabardinado liviano evocan la estética de Carolyn Bessette-Kennedy, referente indiscutible del minimalismo de los 90.
Moda sustentable que reinventa clásicos con estilo urbano.
Lejos de la rigidez de otras décadas, esta sastrería encuentra equilibrio entre estructura y comodidad. Se impone en tonos neutros —gris, camel, blanco crudo y negro— y admite combinaciones con prendas informales como zapatillas urbanas o sweaters de punto grueso, creando un mix entre lo elegante y lo cotidiano.
Un detalle que marca la diferencia es la presencia de prendas sin género definido, una clara adaptación a los tiempos actuales. Así, el blazer XL deja de ser solo para la oficina y pasa a formar parte de estilismos urbanos, usados incluso como abrigo en días fríos.
Tejidos con carácter
Otra marca registrada de este revival noventoso es el protagonismo de los tejidos texturados. El terciopelo, el cuero sintético, el denim lavado y el corderoy vuelven con una impronta fuerte. Pero lo hacen desde un enfoque más consciente, apostando por materiales reciclados o de origen vegetal.
Texturas como el terciopelo y el cuero, protagonistas del invierno.
Las faldas midi de cuero (o eco cuero), las camperas de jean de corte cuadrado y los pantalones rectos de corderoy son prendas clave. También aparecen los sweaters tejidos a mano, gruesos y de líneas limpias, que retoman la idea de abrigo funcional y estéticamente simple.
Accesorios sencillos que realzan la estética de los 90.
Este invierno también se destaca por una atención especial a los detalles: botones forrados, costuras visibles, cierres metálicos y accesorios de inspiración utilitaria completan el look.
Minimalismo con actitud
La moda de los 90 se caracterizó por su minimalismo: prendas básicas, cortes rectos, ausencia de estampados y una fuerte apuesta por la funcionalidad. Esa esencia permanece, pero hoy convive con la libertad de reinterpretar. Los vestidos lenceros, los tops de escote cuadrado, los pantalones de tiro medio y las botas regresan con fuerza, pero se combinan con nuevas proporciones y capas.
Los accesorios acompañan esta estética depurada: aros plateados, collares tipo cadena, cinturones finos y gafas oscuras de marco rectangular. Todo remite a una estética urbana y sofisticada, que puede adaptarse tanto a una salida nocturna como a una jornada de trabajo.
Siluetas minimalistas para un look sofisticado y funcional.
En ese sentido, las redes sociales también juegan su papel: celebridades e influencers marcan tendencia desde sus perfiles, mostrando cómo adaptar los básicos noventeros al ritmo del presente. El efecto es inmediato: prendas que parecían olvidadas vuelven a los primeros planos.
El regreso con conciencia
Lo interesante de este regreso a los 90 es que no se trata solo de una cuestión estética. Muchas marcas apuestan por revisitar aquella década incorporando una perspectiva más ética: materiales reciclables, producción responsable y diseños pensados para durar más de una temporada. Así, la nostalgia se combina con el compromiso.
Los 90 fueron sinónimo de cambios culturales, de rupturas estilísticas y de búsqueda de identidad. Su regreso hoy parece hablar de lo mismo: un deseo de reconectar con lo esencial, de encontrar equilibrio entre forma y función, y de elegir una moda que tenga algo más que decir que solo “verse bien”.
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