En la conmemoración de los 90 años de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe, la evocación de Juan Álvarez no puede faltar. Un intelectual relevante cuyos estudios científicos orientados a la economía sentaron un temprano precedente historiográfico, mereciendo el creciente reconocimiento de la Academia como fundador de la historia económica argentina.
Mirá también"Color, alegría e ingenio": la muestra de 1969 que reunió a los grandes maestros santafesinos
Una vida institucional intensa
Juan Álvarez nació en 1878 en Gualeguaychú y falleció en Rosario en 1954, ciudad en la que su familia se había radicado hacia 1890. Se doctoró en Jurisprudencia por la Universidad de Buenos Aires en 1898. Ocupó cargos de importancia en el Municipio rosarino, en los Tribunales provincial y federal, llegando al cargo de Procurador General de la Nación en 1935. Fue fundador de la Biblioteca Argentina y Socio fundador de “El Círculo” en 1912, instituciones culturales señeras de Rosario. Presidió el prestigioso Instituto Social de la UNL, creado en 1928 con el objetivo de establecer un contacto fluido entre la Universidad y los intereses y problemas vitales de la sociedad. Se desempeñó como presidente de la Filial Rosario de la Junta de Historia y Numismática Americana (JHNA) -más tarde Academia Nacional de la Historia-, institución ésta que nucleaba a historiadores tales como Ricardo Levene, Enrique de Gandía, Carlos Ibarguren, Martiniano Leguizamón, Ricardo Rojas, entre otros. Sin formar parte de dicha Filial, eran Miembros Correspondientes por Santa Fe, Manuel Cervera, Félix Barreto y José Luis Busaniche estableciéndose un nexo estrecho con la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe. Hacia 1936, se incorpora como miembro de la Sociedad de Historia Argentina, con representantes de la Nueva Escuela Histórica. Fue miembro correspondiente de la Real Academia de la Lengua, Miembro de Número de la Academia Argentina de Letras, de la de Derecho y Ciencias Sociales y de diversas instituciones filantrópicas.
Una formación académica con fuerte carácter interdisciplinar
A momento de definirse en sus trabajos iniciales, Álvarez modestamente se reconocía como “un observador desde un tranquilo balcón”, definición que oculta la real amplitud profesional que alcanzaría. Juan fue escritor, periodista, profesor universitario, escribano, jurisconsulto, pero nos interesa fundamentalmente su papel de historiador. Formado en una corriente de pensamiento ecléctica que marca el pasaje del siglo XIX al siglo XX, sus investigaciones forjaron un diálogo entre distintas disciplinas, visible en una trama muy novedosa de escritura. Es difícil encuadrarlo dentro de una tradición historiográfica, lo que está claro es la ruptura de su obra con algunas predominancias en la producción de la época, por su interés en ofrecer una historia local y regional motivada básicamente por la problematización de los sucesos y no por la acumulación de datos.
Mirá tambiénA 100 años de la Rosario–Santa Fe: la epopeya ciclística que unió camino, historia y leyendaSu vasta producción escrita
Por más de medio siglo, las investigaciones de Juan Álvarez abordaron una multitud de temas dentro de un campo cultural amplio constituido por la historia, la educación, la pedagogía, el derecho, la política, la sociología, la psicología experimental, entregas de corte crítico y comprometido con los problemas de su tiempo que excedían la mirada local e impulsaban al análisis de la opinión pública sobre sucesos de índole nacional e internacional. Libros, artículos en revistas universitarias y en la prensa, crónicas de viaje, conferencias en Boletines de la JHNA, entre otros, conformaron una producción académica y de divulgación verdaderamente importante. De su vasta obra podemos destacar algunos libros que impactaron por sus nuevos modelos interpretativos y por las polémicas generadas al interior de la academia: Mencionemos su “Ensayo sobre la historia de Santa Fe” (1910), su “Estudio sobre las guerras civiles argentinas” (1914), el que dedicó a los “Valores aproximados de algunas monedas hispano-americanas (1479-1771)” (1917), “El problema de Buenos Aires en la República Argentina” (1918), “Temas de Historia Económica Argentina” (1929), “Las guerras civiles argentinas y el problema de Buenos Aires en la República” (1936), y su “Historia de Rosario” (1943). Los capítulos que escribió para la Historia de la Nación Argentina de la ANH entre 1938 y 1950 versaron sobre “Monedas, pesas y medidas”, “La guerra económica entre la Confederación Argentina y Buenos Aires” y “La evolución económica (1810-1829). Comercio e industrias, moneda, ganadería y agricultura”.
Economía para historiadores
Al explicar su interés por estudiar el hecho económico en perspectiva histórica, Álvarez sugería que hacía economía para historiadores. Era necesario introducir la economía y la fiscalidad para matizar el análisis político-institucional predominante e interpretar mejor los procesos en la historia argentina. Sin embargo, el énfasis puesto en el factor económico no implicaba que ignorara la existencia de otros móviles en el origen y curso de las guerras desatadas y así lo demostró en sus investigaciones. En su célebre “Estudio sobre las guerras civiles argentinas” -varias veces reeditado- introduce magistralmente el problema de los conflictos regionales del siglo XIX en relación a factores económicos de peso, en los que las políticas centralistas de Buenos Aires operan en perjuicio de los intereses provinciales desencadenando feroces contiendas. No solo es una originalidad temática muy bien documentada sino también una novedad metodológica, puesto que emplea tanto perspectiva regional como conceptos sociológicos, métodos estadísticos y cartográficos para fundamentarla.
Mirá tambiénNicolás Fasolino, ministro e historiador de la IglesiaLa historia provincial. Santa Fe y Rosario
En su “Ensayo sobre la historia de Santa Fe” (1910) y en su “Historia de Rosario” (1943), Álvarez plantea los estudios en el largo plazo -desde la época colonial hasta el siglo XX-, lo que le permite explicar los ritmos y transformaciones de los sucesos. En ambos estudios encontramos un análisis de las condiciones de desarrollo de la provincia después de 1820, cruzado por las incidencias de los hechos económicos. Pese a las políticas de control de las fronteras, a los pactos de convivencia y acuerdos económicos logrados, sobre todo durante el gobierno de Estanislao López, opina que la sociedad santafesina no despega, es tradicional, pobre y aletargada. Cuando su punto de vista se posiciona en Rosario, afirma que la relación con la Capital ha sido siempre de opresión y sujeción no solo política sino económica. Luego de 1851 marca un contraste con esa realidad provincial explayándose en la gran expansión y florecimiento de Rosario, ayudada por políticas favorables que no venían precisamente de la capital santafesina.
Valoración de su obra
Los estudios de Juan Álvarez, orientados a la economía, fueron resistidos por ciertos representantes de la tradición académica de principios del siglo XX; ellos opinaban que no pasaban de ser un ensayo y que estaban excesivamente ideologizados y sin sustento científico. De manera progresiva, su obra histórica fue revalorizada póstumamente por exponentes de distintas corrientes historiográficas y de manera creciente por profesionales del presente siglo. Una producción vital destacada por su solvencia y su agudeza, con atributos historiográficos cuya exploración siempre promete interesantes perspectivas de análisis. Para quienes investigamos sobre la historia santafesina, su obra es de insoslayable consulta, por el valor de sus aportes originales y porque, aún hoy, es sumamente sugerente para encarar análisis de matriz regional en procesos particularmente del siglo XIX y XX.