Por Claudio H. Sánchez (*)

Los antecedentes de programas basados en algoritmos de inteligencia artificial capaces de atender a pacientes psicológicos se remontan a Eliza, creado en la década de 1960 y capaz de mantener una conversación con un interlocutor humano.

Por Claudio H. Sánchez (*)
La pandemia de coronavirus vino acompañada de un importante aumento en los casos de depresión, angustia y ansiedad. Y, con las consultas presenciales limitadas por las condiciones de aislamiento, algunos terapeutas tuvieron que atender a sus pacientes de manera remota. Por teléfono, videoconferencia o algún otro canal similar. Pero otros decidieron ir más lejos.
Empresas como la norteamericana Woebot desarrollaron programas basados en algoritmos de inteligencia artificial, capaces de atender pacientes psicológicos. Aunque estos programas no reemplazan las terapias convencionales, pueden ser un sustituto razonable ante la imposibilidad de opciones mejores.
Los antecedentes de esta tecnología se remontan a Eliza, un programa creado en la década de 1960 y capaz de mantener una conversación con un interlocutor humano. Su autor fue Joseph Weizenbaum, científico del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).
El funcionamiento de Eliza es relativamente simple, fue desarrollado empleando técnicas básicas de programación y no tiene ninguna característica que pudiera considerarse remotamente como "inteligencia artificial". El propio Weizenbaum admitía que el programa "no sabe lo que dice". Se limita a contestar de manera vaga. Muchas veces, devolviendo la pregunta a su interlocutor. Pero, por esta misma razón, estimula la libre asociación, lo que parece ser eficaz en algunas terapias.
Aunque Weizenbaum creó inicialmente Eliza para poner en evidencia la superficialidad de ciertas terapias psicológicas, se sorprendió al comprobar que algunos pacientes creían estar interactuando con una persona real y decían sentirse reconfortados tras su diálogo con el programa.
En los años siguientes surgieron otros programas del tipo Eliza. En 1972 el psiquiatra norteamericano Kenneth Colby creó Parry, que simula un comportamiento paranoico. El periodista y divulgador británico Adrian Berry creó hacia 1980 un programa que contesta como un político en campaña, enardeciendo a sus seguidores, despreciando a quienes lo contradicen y cambiando de tema ante preguntas que no sabe responder. Otro ejemplo es el Dr. Abuso, que contesta agrediendo al interlocutor.
Los interesados en dialogar con Eliza y poner a prueba su supuesta inteligencia o su eficacia terapéutica pueden encontrar muchas versiones en línea escribiendo "Eliza" en cualquier buscador de internet.
(*) Docente y divulgador científico
El funcionamiento de Eliza es relativamente simple. El programa "no sabe lo que dice". Se limita a contestar de manera vaga. Muchas veces, devolviendo la pregunta a su interlocutor, estimulando la libre asociación, lo que parece ser eficaz en algunas terapias.
El periodista y divulgador británico Adrian Berry creó hacia 1980 un programa que contesta como un político en campaña, enardeciendo a sus seguidores, despreciando a quienes lo contradicen y cambiando de tema ante preguntas que no sabe responder.