Wenceslao Sedlacek y sus "seres que dejaron de ser seres para convertirse en otros seres"
En el Día Internacional del Escultor.
Wenceslao Sedlacek (1920-1997), junto a dos de sus trabajos. A partir de 1939, la recurrente y exitosa participación en salones y muestras cimentará su bien ganado prestigio como artista plástico.
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"En mis distintas etapas de "búsqueda" entonces, como se puede sentir satisfecho de la insatisfacción, es absurdo. No pretendo ni quiero buscar un arte, esta pretensión sería infame. Lo que quiero es gozar mientras trabajo ya sea con pájaros, seres humanos o seres extraños. Quiero dejar rienda suelta a mi imaginación o fantasía, aun así, caiga en la destrucción total de la palabra sagrada de la escultura. Lo que quiero transmitir son mis sentimientos con una verdad propia así sea infantil". Wenceslao Sedlacek
Wenceslao Sedlacek nació como artista autodidacta y se ciñó a una búsqueda personal de formas, ritmos y composiciones. Su familia es de origen Checoslovaco. Francisco, su padre, llegó a estas tierras en 1910. Su madre, Catalina Studenka desembarcó dos años más tarde junto a sus cuatro hijos. Tres más nacerán en suelo argentino completándose la familia el 24 de septiembre de 1920 con Wenceslao; el menor de los siete hermanos.
Apenas arribó su padre a la ciudad se abocó a su oficio de albañil como jefe de obra. También dedicó sus labores en el ferrocarril Belgrano. Como muchos inmigrantes que llegaron a estas tierras construyó su casa en el callejón de los polacos, hoy pasaje Leiva. Según comenta la familia, Wenceslao les narraba que, de pequeño, recordaba a su madre ir hasta el río Salado a buscar el barro de sus orillas. Con sus manos, y de modo intuitivo, formaba figurillas dando espacialidad a los pesebres para las fiestas navideñas.
"Alma sin hogar"
"Alma sin hogar", la escultura realizada por su hermano José en 1927, reproduce a un Wenceslao niño, para siempre abrazado a su perro, cuya escultura está emplazada en la plazoleta Prefectura Naval, ubicada en la Cortada Falucho y 25 de Mayo, y frente al Liceo Municipal. El perro al que se abraza Wenceslao también era conocido por él y su hermano, pues vivía con ellos. La escultura se encuentra en la actualidad al resguardo dentro del museo Municipal de Artes Visuales Sor Josefa Díaz y Clucellas. Ese niño inmortalizado junto a su perro, recibiendo una pequeña remuneración por su acción, creció y se formó junto a su hermano José. Comenzó a trabajar de adolescente en la marmolería de su familia: Sedlacek Hermanos.
"Alma sin hogar", de José Sedlacek, hermano de Wenceslao, que sirvió de modelo junto a su perro.
A lo largo de su carrera artística, iniciada a finales de la década del 30 del siglo XX, en ese lugar y hasta su cierre en el año 1969, aproximadamente, Wenceslao trazó una búsqueda en diversos caminos expresivos dándose lugar a un proceso de desarrollo plástico en el espacio. Ello revela una exploración de códigos visuales correspondientes a las corrientes artísticas de esos años, provocando así una actitud autorreflexiva en el espectador frente a los signos icónicos y plásticos recurrentes en las obras del momento.
Hacia la abstracción
Desde su primera etapa figurativa, donde modela una serie de retratos y desnudos femeninos hasta su fase abstracta, el artista autodidacta, se ciñe a los procesos de cambio que venían produciéndose en la Argentina. Desde las nuevas figuraciones al arte concreto en donde la obra no remite al mundo sensible, sino que es una realidad en sí misma. Un camino signado por la abstracción y con una marcada tendencia a la desmaterialización de las obras en función de la idea del artista.
Dentro de la abstracción el artista indaga sobre la fauna que descubre a partir de sus propias incursiones de pesca, otorgándole a esta condición un carácter vivencial cargado de simbolismo. Todo su trabajo puede ser visto desde una perspectiva formal americanista. Este no es un dato menor, ya que muchos artistas litoraleños van a estar marcados a fuego por nuestros ríos, sus costas, sus animales y las personas que viven en la ribera, dando contenido a una identidad particular, propiamente santafesina.
Por último, la etapa vinculada con la nueva figuración. La síntesis formal a través de volúmenes y texturas otorgan un mensaje dentro de las corrientes expresivas impuestas en la materialidad de sus obras. La piedra, el mármol, el bronce, la terracota y la madera se conjugan con sus herramientas de labor, dándole preferencia a cada uno de ellos en trabajos específicos.
Sus bitácoras dedicadas a los estudios, apuntes e ideas de la fauna y vegetales de los años 1964 y 1965 reflejan el interés por la región. En ellas boceta sus ideas, registra sus observaciones mentales y da rienda suelta a un mundo fantástico de formas orgánicas, y tridimensionales más tarde. Podría pensarse que dichos bocetos constituyen una obra en sí mismos, en tanto búsqueda, pero también por su valor estético, atravesado por el saber del oficio y por la intuición, por la búsqueda incansable de mostrar sus sentimientos.
Escultor y docente
Además de escultor, dedicó parte de su tiempo a la docencia. Es así que la Escuela Provincial de Artes Visuales Juan Mantovani, el Liceo Municipal de la ciudad de Santa Fe y la Escuela de Artes Visuales de Paraná, Entre Ríos lo cuenta entre su plantel docente. Además, la participación en dieciocho muestras individuales en la provincia de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, así como en diferentes concursos nacionales referidos a monumentos, sus cuarenta muestras colectivas y la beca del Ministerio de Educación y Cultura, obtenida en el XV Salón de Becarios del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez, avalan su profesionalismo. Desde su primera participación, con una escultura en el Salón de la Asociación de Artistas Plásticos Santafesinos de 1939 -donde obtuvo el Premio Mención-, su intervención en los medios artísticos fue incrementándose.
De la serie de trabajos "El Chajá Expectante". Dimensiones: 0.45 x 0.45 x 1 metro. Escuela Mantovani. Gentileza
A partir de la década de los años 40 un sinnúmero de provincias, museos y salones contarán con su obra, así como serán testigos de un sinfín de reconocimientos y premiaciones. Por mencionar algunos: el Premio Adquisición del Segundo Salón del Litoral (1943), el Premio Gobierno de la Provincia (1945) a partir del envío de su obra en el XXII Salón Anual de Santa Fe del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez; el Premio Adquisición Primer Salón Municipal de Concordia-Entre Ríos (1946 y 1948); el Premio Medalla Gobierno de la Provincia (1961, en el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez); el Premio Adquisición Martín R. Galisteo; el Premio Medalla de Oro-Amigos del Museo (1971) y el Primer Premio adquisición Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe (1975), estos últimos obtenidos en las convocatorias de los salones del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez. Todos ellos avalan la jerarquía del artista y su producción.
Es importante destacar que este artista se sumergió sin más en búsquedas abstractas en un momento de la historia del arte santafesino en donde la abstracción recién estaba haciendo pie, desnudando un sinnúmero de posicionamientos en torno a ella ya que la oponían al arte figurativo, y era considerado un arte sin alma, alejado del público. Sin embargo, Wenceslao advirtió las posibilidades lúdicas y logró transmutar la fauna litoraleña desde una perspectiva liberada de cualquier dogma.
Falleció el 12 de enero de 1997. Desde su infancia, donde aprendió el oficio de su hermano José, posando para él en la obra "Alma sin hogar" junto a su perro cobrando por su acción, hasta sus últimos días el artista y docente nunca dejó de trabajar en su oficio de escultor.
Sobre los autores
Manuel Eduardo Canale es profesor en Artes Visual Juan Mantovani, Licenciado en Artes Visuales (UNL). Cuenta con una actualización y perfeccionamiento en posgrado de Tecnología y Patrimonio; postítulo Historia del Arte Americano y argentino. Participa en más de cincuenta salones regionales y Nacionales con dibujos y grabados, curadurías y publicaciones en medios periodísticos y revista América del Centro de estudios hispanoamericanos. Autor del libro "Salas cinematográficas de la ciudad de Santa Fe-Arquitectura, Arte y Sociedad (1896-1950)", editado por la UNL (2014).
Paula Eugenia Ramírez es profesora en Artes Visuales Juan Mantovani y licenciada en Historia (FHUC/UNL). Autora de la tesina de grado "Relaciones entre arte y política en la ciudad de Santa Fe. Cine, teatro y plástica".
Participa en Congresos de Historia regionales, simposios, capacitadora de cursos extracurriculares de Historia del arte en la EPAV Mantovani, con formaciones en metodología de la investigación cualitativa y diseño de proyectos de investigación. Ejerce como profesora en institutos de nivel superior.
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