Una agenda intensa aguardó el miércoles pasado en la ciudad de Santa Fe a Luisa Brumana. La Representante de Unicef en la Argentina llegó a la capital provincial para presentar los lineamientos del Programa de Cooperación con Argentina 2021-2025 que involucra a nuestra provincia, además de Buenos Aires, Chaco, Salta y Jujuy.
Actividades en Casa de Gobierno, en la Casa de los Gobernadores y una recorrida por Barrio Chalet para conocer las actividades que allí desarrolla La Poderosa le permitieron intercambiar opiniones, establecer objetivos y conocer el territorio, una práctica clave -como repetirá luego- para llegar a quienes quedaron excluidos de todo. No es la primera vez que viene al territorio provincial; ya lo hizo durante la gestión provincial anterior pero eso fue antes de la pandemia.
De todo esto conversó al día siguiente con El Litoral, ya desde Capital Federal y por vía telefónica. Pero también de la importancia de involucrar a toda la sociedad -actores públicos y privados- en el objetivo común de garantizar el bienestar a una población que no registró la mayor cantidad de contagios por Covid-19 pero fue profundamente afectada. Y del desafío que significó, como médica y en plena crisis sanitaria, llevar el foco de atención hacia esas necesidades.
- Los niños y las niñas resultaron los menos afectados por la pandemia en cuanto al número de casos, sin embargo se los menciona como las víctimas ocultas del coronavirus. Unicef ha producido varios informes al respecto, ¿qué balance hace de esta situación?
- Más allá del impacto en salud del coronavirus, y del hecho de que los niños afortunadamente no han sido los más afectados en ese sentido, sí han tenido varias consecuencias. Realizamos a lo largo de la pandemia encuestas representativas de familias con niños, niñas y adolescentes y observamos que los impactos son múltiples, seguramente, en su aprendizaje. También notamos en las respuestas una afectación de la pandemia sobre su salud mental y emocional, que creo que es algo que atravesamos todos (los adultos también), pero claramente en la niñez toda esta situación ha sido muy problemática. También hubo un impacto en los niños de los sectores más vulnerables y esto, que parece obvio, hay que decirlo. El hecho de que hubo dificultades en términos económicos y de trabajo durante la pandemia, ha afectado a los niños en términos de seguridad alimentaria, pero también ha contribuido a las preocupaciones que han tenido al interior de las familias, asÍ como en el incremento del riesgo de violencia en los hogares.
Otro elemento que notamos es que los más vulnerables no han tenido el acceso a la conectividad para poder continuar su escolaridad, más allá del esfuerzo enorme que el sistema ha hecho para poder llegar, por ejemplo, con materiales impresos y cuadernillos, práctica que nosotros también apoyamos. Pero también esta virtualidad, aún en los que sí tuvieron esta posibilidad, no ha sido sin riesgos. Por ejemplo, por el ciberbullying y la exposición a violencia en las redes. También ha sido muy fuerte el tema de las fake news y toda la información inapropiada que pueden haber recibido, contribuyendo al impacto de la situación.
_ ¿Cuánto tiempo nos va a llevar evaluar y trabajar sobre estos efectos secundarios de una pandemia que, además, nos tomó a todos por sorpresa?
- Es un buen punto. En todos los elementos que estamos comentando, lo más importante es, primero, entender lo que ha pasado con ellos. Segundo, tomar medidas lo más pronto posible, por ejemplo, en el ámbito educativo. Antes de la pandemia había adolescentes que no lograban tener una educación secundaria o acabarla, y eran muchos. Obviamente, esa situación agudizó las inequidades; entonces, lo que hay que hacer es tener mecanismos para ir a buscar a esos chicos y chicas, y revincularlos con el sistema educativo. Lo mismo en términos de las dificultades que se manifiestan en la alimentación saludable, que tiene que ver con cuestiones económicas, pero también con la capacidad de las familias de poder alimentar a los chicos de una manera cuanti y cualitativamente bien distribuida. Ahí también hay todo un trabajo que hacer, y es lo que estamos impulsando. Lo mismo en cuestiones de violencia: datos anteriores a la pandemia ya hablaban de hogares en Argentina que utilizaban métodos de crianza violenta con sus hijos. Entonces, hay un tema cultural instalado, por lo que hay un trabajo más profundo por hacer como sociedad para poder hacer estos cambios. El desafío que tenemos ahora es volver a las raíces de los problemas que se manifestaron y atacar las causas, para disminuir los efectos que la pandemia añadió a los desafíos precedentes. Ése es el enorme desafío que tenemos, pero creo que hay líneas de trabajo claras para lograrlo.
En cuanto al rol de Unicef en Santa Fe y la Argentina, justamente durante la pandemia y a la par de implementar un plan de respuesta Covid en apoyo al gobierno nacional y provincial, estuvimos elaborando nuestro nuevo programa de cooperación quinquenal. Ésa es la manera en que trabajamos: con planes que se acuerdan con el gobierno y los demás componentes de la sociedad que tienen que ver con la niñez.
En este contexto definimos las prioridades en las cuales pensamos que, como Unicef, podemos contribuir mejor a la situación de la niñez en la Argentina. Esas prioridades son cinco, y tienen mucho que ver con lo que comentábamos antes. La primera tiene que ver con la reducción de la pobreza y de las desigualdades, y plantear qué quiere decir ser pobre para un niño y las limitaciones que tienen los ámbitos de desarrollo.
Otra prioridad es la primera infancia y cómo podemos favorecer esta etapa tan importante en la vida de un ser humano para que pueda ser atravesada con todas las oportunidades, los servicios y el apoyo necesarios. El tercer eje es la adolescencia y en este punto necesitamos trabajar en el tema de escuelas secundarias y el desarrollo de capacidades que sean relevantes en el siglo XXI; por ejemplo, las capacidades digitales. También tiene que ver con la salud sexual y reproductiva y con su participación plena para que puedan expresar sus opiniones sobre los temas que más les interesan.
El cuarto eje tiene que ver con la prevención y el manejo de la violencia y un sistema de protección integral y justicia para los chicos que ya se encuentran en esa situación. Y el último punto que es algo más amplio es que necesitamos que toda la sociedad para que sus integrantes puedan contribuir al bienestar de los niños, niñas y adolescentes, también los medios de comunicación y los organismos privados. Es una convocatoria a trabajar en la idea de niños, niñas y adolescentes como una prioridad común.
Tenés que leerSanta Fe entre las cinco provincias elegidas por Unicef para potenciar programas para la niñez y adolescenciaEste es el marco de cómo pensamos contribuir y es el que presentamos al gobernador de Santa Fe en el Programa de Cooperación.
- ¿Por qué se incluyó a Santa Fe en este plan?
- Este fue un proceso complejo de análisis de indicadores y de una cooperación previa y hay varias cosas en consideración. En el conjunto de estas consideraciones Santa Fe llegó a ser parte de este grupo de provincias prioritarias.
Otro elemento muy novedoso para nosotros es la nueva mirada territorial. Tradicionalmente en la Argentina teníamos un vinculo con los gobiernos, independientemente de su color político, y con las provincias. En esta instancia decidimos avanzar en una iniciativa con los municipios (por el momento, la capital provincial, Rafaela, Reconquista, Tostado, Rosario y Venado Tuerto).
- También se hicieron gestiones ante las autoridades nacionales para pedir que la ayuda social se universalice en los hogares más vulnerables.
- La cuestión de la acción social es muy importante. Trabajamos mucho con la Asignación Universal por Hijo (AUH) y lo que estamos diciendo, comentamos en Santa Fe y trabajamos con Anses, es que hay chicos a los que no estamos llegando a pesar de todas las ayudas. Más allá de cómo está constituido el sistema de protección social, estamos trabajando para encontrar la manera en que los que están excluidos puedan entrar. Es un número no menor por varias razones a los cuales aún no estamos llegando. Estamos trabajando con Anses para hacer dispositivos que vayan a lugares, por ejemplo, donde viven poblaciones indígenas que en este momento no están recibiendo los planes de protección social que les corresponden.
Lo mismo en educación y en quienes salieron del sistema: una estrategia fundamental es tener mecanismos para ir a buscar y atender la necesidad de los más vulnerables que pueden aún no estar incluidos en los servicios necesarios para ellos.
- Esa es claramente una tarea territorial, porque la única forma de encontrar a esa población es salir a buscarla.
- Exactamente. Hay que salir a buscarlos y aprovechar de estas búsquedas. Una vez que entramos en contacto con la familia y con ese niño, necesitamos tener la capacidad de trabajar en forma intersectorial para que podamos prestar todos los servicios necesarios. Por ejemplo, en el momento en que hay una búsqueda de una familia que está fuera de una AUH hay que asegurarle que tenga también llegada al calendario de vacunación. Pero la forma de entrada puede ser tal vez a través del sistema de salud, y en ese caso se verá qué otras necesidades tienen. Es una estrategia muy importante y por eso queremos llegar más directamente y apoyar las capacidad del territorio para no dejar a nadie atrás. De eso se trata.
- La última pregunta es más personal. Como médica, ¿la interpeló de manera particular esta pandemia?
- Creo que esta situación fue nueva y desafiante para todos en el mundo. Poco a poco nos damos cuenta de qué difícil fue y qué impacto tuvo en nuestras vidas. Para mi la dificultad fue poner en la mesa las necesidades de los niños que no se estaban tomando mucho en consideración porque los problemas de salud pública venían de otro lado y había que trabajar con una estrategia de contención de la pandemia. La dificultad era visualizar y encontrar soluciones y propuestas útiles para el manejo de las consecuencias en los niños del contexto pandémico. No fue fácil, pero no lo fue para nadie, justamente por ser tan novedosa esta situación.
Como médica epidemióloga fue lo que más me costó: siempre fue clarísimo para mi y para Unicef como institución que la prioridad mundial era la contención de esta epidemia que nos puso desafíos enormes. Y para hacerlo hubo necesidad, en varios momentos distintos, de tomar medidas a veces inesperadas. Entonces, con esa mirada claramente enfocada en la salud pública había que intentar que otras dimensiones de niños y adolescentes sean visualizadas y puestas a la par de las consideraciones sanitarias para evitar dejarlas de lado.
La intensa agenda de la representante de Unicef en la Argentina, Luisa Brumana, incluyó en su visita a Santa Fe del pasado miércoles, una reunión con referentes de La Poderosa y vecinas y vecinos de barrio Chalet.
Allí recorrieron la sala de educación y cuidados, el comedor comunitario, el Centro Cultural Marielle Franco y la Casa de las Mujeres y Disidencias.
Unicef viene colaborando desde hace más de 18 meses, "desde el inicio de la pandemia, con La Poderosa que tiene asambleas en CABA, en otras provincias del país y fuera de los límites de la Argentina. "Hoy aprovechamos para venir, para hablar y escuchar a los vecinos y las vecinas para entender la situación y cómo podemos aportar nuestro granito de arena. En este caso, complementando a lo que el Estado ya está aportando a esta organización, con alimentos de calidad y elementos de limpieza para la prevención del coronavirus", señaló en la ocasión Brumana.
Luego, en diálogo con El Litoral ratificó la necesidad de fortalecer las acciones en terreno porque "si queremos cambiar la vida de los niños, ahí es donde necesitamos estar".