En Argentina, la coqueluche volvió a instalarse como una preocupación sanitaria. La enfermedad, que durante años estuvo controlada gracias a la vacunación, muestra hoy un avance sostenido.

La enfermedad triplicó los reportes en el país y crecen las consultas por tos convulsa en Santa Fe. Especialistas advierten que la caída en las coberturas del ingreso escolar dejó a muchos niños sin la protección necesaria.

En Argentina, la coqueluche volvió a instalarse como una preocupación sanitaria. La enfermedad, que durante años estuvo controlada gracias a la vacunación, muestra hoy un avance sostenido.
El aumento de los casos, el impacto en los menores de 6 meses y la baja adherencia al calendario en los chicos de edad escolar conforman un escenario que los pediatras describen como “un retroceso evitable”. En Santa Fe, los registros oficiales confirman la tendencia y los especialistas piden reforzar la vigilancia y recuperar la confianza en las vacunas.

La pediatra neonatóloga Cecilia Criscione (Mat. 3484), secretaria general de la Sociedad Argentina de Pediatría, Filial Santa Fe, dialogó con El Litoral y describió el escenario actual:
“Este año se triplicaron los casos de coqueluche y volvemos a hablar de algo que creíamos superado. Estamos viendo enfermedades que no veíamos hace años: tuberculosis, coqueluche, tos convulsa. Es como retroceder”, afirmó.
La mayor preocupación está en los niños más pequeños, especialmente los menores de 6 meses, quienes aún no tienen completo el esquema primario de vacunación. Muchas infecciones llegan a los bebés a través de hermanos o compañeros escolares:
“Los hermanitos van al colegio o al jardín, entran en contacto con chicos que no completaron las vacunas y transmiten la enfermedad. Los lactantes son los que peor la pasan”, explicó Criscione.

El Informe Epidemiológico Provincial (SE45/2025) confirma que entre las semanas 1 y 45 del año se notificaron 207 casos de coqueluche en Santa Fe. De ellos, 30 fueron confirmados y 8 clasificados como probables.
Los casos se concentraron en:
Departamento Rosario: 24 confirmados
La Capital: 4 casos
General López: 1
Caseros: 1
El grupo más afectado fue el de menores de 1 año, con 16 confirmados.
Además, se registró el fallecimiento de un bebé de un mes, residente en Villa Gobernador Gálvez, que presentó coqueluche asociada a otras infecciones graves. El niño no tenía edad para recibir la vacuna, y su madre no había sido inmunizada durante el embarazo.

La ministra de Salud de Santa Fe, Silvia Ciancio, expresó a El Litoral la preocupación del Gobierno provincial ante el repunte de la enfermedad y el impacto que está teniendo en los más chicos.
“Siempre estamos ocupados: es una enfermedad prevenible que, con las vacunas colocadas en tiempo y forma, se puede evitar. Lamentablemente, el fallecimiento de este chiquito en una ciudad del sur de la provincia genera más alarma.”
Ciancio remarcó que, pese al trabajo territorial, las coberturas de vacunación no logran volver a los niveles previos al Covid:
“Venimos trabajando fuertemente con la preocupación de que las coberturas históricas de los carnets han disminuido desde la pandemia y no podemos remontar. Lamentablemente hay poca percepción del riesgo de las enfermedades por parte de los adultos y cuidadores, algo que no ocurría años atrás.”
La ministra recordó el rol clave de la vacunación para evitar la reaparición de enfermedades graves:
“No tuvimos más sarampión por la vacuna, no teníamos más coqueluche por la vacuna. Pensar que recrudecen estas enfermedades y que generan complicaciones muy serias es realmente alarmante.”
Finalmente, anticipó que la cartera sanitaria prepara un refuerzo estratégico:
“En pocas semanas vamos a lanzar un nuevo programa para fortalecer todo lo que es vacunación.”
La coqueluche —también llamada tos convulsa o tos ferina— es una infección respiratoria aguda causada por la bacteria Bordetella pertussis. Se transmite de persona a persona a través de gotitas respiratorias al toser, hablar o estornudar.
Si bien puede afectar a todas las edades, los bebés son quienes presentan las formas más graves, con episodios de apnea, agotamiento, dificultad para alimentarse y riesgo de neumonía o daño neurológico.
Los ciclos epidémicos suelen repetirse cada 3 a 5 años, y en 2025 tanto Argentina como varios países de la región registran un crecimiento notable de la circulación, lo que incluso motivó una alerta de la OPS.

La vacuna es la herramienta clave para evitar las formas graves. El Calendario Nacional incluye dosis a los 2, 4 y 6 meses, refuerzos a los 15–18 meses, 5 años, y 11 años; además de la vacunación obligatoria de todas las embarazadas desde la semana 20.
Según Criscione, la baja más marcada aparece después del año:
“Hasta el año las familias van seguido al pediatra y las vacunas se dan. Después, al espaciarse los controles, aparecen los faltantes: 15 a 18 meses, 5 o 6 años —ingreso escolar— y los 11 años.”
En 2024, la cobertura nacional del primer refuerzo fue de solo 68 %, lejos del 95 % necesario para proteger a la comunidad.

La pediatra advirtió además sobre factores sociales:
“Hubo descreimiento después de la pandemia, surgieron movimientos antivacunas y mitos que tenemos que desarmar. Las vacunas del calendario são seguras, gratuitas y necesarias. No hay motivo para no cumplirlo.”
Criscione insiste en que la inmunización es una responsabilidad comunitaria:
“La vacuna no es una decisión individual. Si yo no vacuno a mi hijo, afecta a toda la comunidad.”
La vacunación durante el embarazo también es crucial para proteger a los bebés pequeños. Y el compromiso de los equipos de salud —controlar carnets, no perder oportunidades de vacunación— es parte del esfuerzo necesario para frenar la circulación.
“No se trata de obligar, sino de educar. Las vacunas salvan vidas”, resumió la pediatra.