Nuevas variantes del SARS-CoV-2, como “Stratus” y “Nimbus”, parecen propagar los contagios de COVID-19 con una velocidad inusitada, e incluso causar manifestaciones clínicas poco comunes.

Las cepas “Stratus” y “Nimbus” habrían duplicado la tasa de contagios en países como Estados Unidos y Reino Unido. En Argentina, la mutación conocida como “Frankenstein” ya representa un tercio de los casos. Expertos recomiendan reforzar la vacunación, el uso de mascarillas y mantener cuidados ante síntomas inusuales.

Nuevas variantes del SARS-CoV-2, como “Stratus” y “Nimbus”, parecen propagar los contagios de COVID-19 con una velocidad inusitada, e incluso causar manifestaciones clínicas poco comunes.
Al mismo tiempo, en Argentina crece la presencia de otra mutación conocida como “Frankenstein”, que ha comenzado a desplazar otras cepas y despierta preocupación en el ámbito sanitario nacional.
Según informes de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), la tasa de positividad viral pasó del 7,6 % al 8,4 % en apenas una semana, mientras que los ingresos hospitalarios crecieron de 2,0 a 2,73 por cada 100 000 habitantes.
En paralelo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos registran niveles “moderados” de COVID en aguas residuales a nivel nacional, pero con estados del noreste norteamericano alcanzando niveles “muy altos”.

Los especialistas llaman la atención sobre la forma en que estas nuevas cepas podrían producir síntomas poco frecuentes.
El Dr. Aaron Glatt, experto en enfermedades infecciosas, advierte que algunos pacientes presentan dolor de garganta intenso —una sintomatología no prioritaria para diagnósticos de COVID tradicional— junto con los signos usuales como tos, fatiga, congestión nasal o cefalea.
Aunque estos síntomas no necesariamente implican una mayor gravedad, su aparición puede retrasar el diagnóstico, pues muchas personas no los asocian de inmediato con COVID.
Por ello, las autoridades sanitarias insisten en que ante cualquier molestia respiratoria —aunque moderada— se aplique el aislamiento preventivo y se evite la propagación a personas vulnerables.

En el plano local, la variante denominada “Frankenstein” ha logrado consolidarse de manera inquietante: según el último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), aproximadamente uno de cada tres contagios secuenciados en el país ya corresponde a esa cepa, cuyo síntoma distintivo más reportado es la ronquera o afonía persistente.
A nivel mundial, la subvariante XFG (derivada de Ómicron) representa hoy el 66,4 % de los casos registrados hasta el 14 de septiembre, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el caso argentino, su presencia escaló del 0 % al 28,4 % en apenas dos meses, mientras que otra versión identificada como LP.8.1 ocupa un 15,8 % del total.

Este avance se da en un momento crítico para las campañas de vacunación: en las últimas dos semanas, apenas se aplicaron 6.438 dosis en todo el país, lo que arroja un promedio diario de 429 dosis.
Casi la mitad de esas aplicaciones correspondieron a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires. Otras provincias, como Santa Cruz, Neuquén o La Rioja, no lograron siquiera completar diez vacunas en ese lapso.
Frente a este panorama, los especialistas exhortan a retomar la vacunación, sobre todo en grupos de riesgo —personas mayores, inmunocomprometidos, embarazadas y niños—, y en paralelo reforzar la vigilancia epidemiológica para detectar nuevos brotes temprano.
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