Araceli González se quebró al hablar de Adrián Suar en la mesa de Mirtha
La actriz se emocionó al referirse a su vínculo con Adrián Suar y al rol compartido como padres de Tomás Kirzner. El momento, cargado de sensibilidad, se volvió uno de los más comentados del programa de Mirtha Legrand.
Araceli González se quebró en vivo durante su participación en La Noche de Mirtha.
La mesa de Mirtha Legrand volvió a ser escenario de un momento íntimo que trascendió la pantalla. Durante su participación en La Noche de Mirtha, Araceli González se quebró al ser consultada sobre su relación actual con Adrián Suar, con quien estuvo casada y tiene a su hijo, Tomás “Toto” Kirzner.
Lejos del tono habitual con el que suelen abordarse los vínculos entre figuras públicas separadas, la actriz respondió desde un lugar profundamente emocional. La pregunta de la conductora desarmó cualquier estructura previa y dio paso a un testimonio atravesado por los recuerdos, la maternidad y el paso del tiempo.
“Con Adrián compartimos una parte muy linda de nuestra vida, y eso está por encima de todo”, expresó González, con la voz entrecortada. Mientras intentaba recomponerse, agregó que hay historias que no pueden borrarse porque forman parte de la propia identidad y de la familia que se construyó.
La emoción fue creciendo a medida que la actriz habló del rol de Suar como padre. Destacó que, más allá de las diferencias y de la distancia actual, siempre priorizó el bienestar de su hijo y la necesidad de protegerlo del ruido mediático que rodeó durante años a la pareja.
El clima en la mesa se volvió denso y respetuoso. Mirtha Legrand intervino para darle tiempo y contención a su invitada, consciente de que se trataba de un momento genuino. El silencio del resto de los comensales acompañó una escena que rápidamente se volvió viral en redes sociales.
Un vínculo atravesado por la exposición
En otro tramo de la charla, Araceli profundizó sobre la relación actual con Suar y fue clara al describir la distancia que hoy los separa. “No me llevo, pero no por una elección mía”, dijo, dejando en evidencia que las decisiones posteriores a una separación no siempre son compartidas.
La actriz señaló que, muchas veces, los entornos y las dinámicas de poder influyen en los vínculos. “Adrián es un hombre muy poderoso en la televisión. A veces te rodea muchísima gente y no todo es bueno”, explicó, aludiendo a cómo ese contexto puede condicionar las relaciones personales.
El recuerdo de su historia con Adrián Suar despertó un momento de fuerte carga emocional.
Sin embargo, lejos de un reproche directo, González se mostró respetuosa del recorrido profesional de su expareja. Lo definió como una figura clave en la historia reciente de la televisión argentina y subrayó que suele recordarle a su hijo la dimensión del camino que transitó su padre.
El relato tomó mayor profundidad cuando comparó esta experiencia con la de su primer matrimonio, del que nació su hija Flor Torrente. Allí marcó la diferencia entre una separación que pudo reconstruirse desde el diálogo y otra donde el tiempo no logró sanar las distancias.
“Divorciarse no es fácil. Con el tiempo, en algunos casos, se puede volver desde el agradecimiento. Pero hay situaciones donde eso no ocurre”, reflexionó, sin victimizarse, pero dejando en claro que no todas las historias tienen el mismo final.
La maternidad como eje
Uno de los momentos más conmovedores de la noche llegó cuando Araceli habló del impacto que la exposición mediática tuvo sobre su familia, especialmente al momento del nacimiento de su hijo. Con una frase gráfica, recordó: “Cuando Toto nació parecía que nacía un príncipe”.
La actriz diferenció con claridad la vida íntima de la familia y la versión pública que quedó instalada en los medios. “La parte linda es la que se vive en casa. La dolorosa es la que queda en la prensa, y con eso yo no puedo hacer nada”, afirmó.
Entre lágrimas, confesó que el proceso de soltar fue largo y trabajoso. “Es un hombre que amé con toda mi alma y tuve que soltar”, dijo, pidiendo disculpas por su emoción. El quiebre no fue solo por el pasado, sino por el presente y por el dolor que percibe en su hijo.
Mirtha Legrand contuvo a la actriz en uno de los pasajes más sensibles del programa.
González remarcó que su prioridad siempre fue proteger a sus hijos, incluso cuando eso implicó callar o evitar exponerse públicamente. “Nunca me interesó hacer prensa con esto. Mi rol fue cuidar, defender y sostener por detrás de cámara”, aseguró.
El cierre de su testimonio dejó en claro que, más allá de los títulos y las interpretaciones, lo que se expuso fue una vivencia humana. Una historia atravesada por el amor, la familia y las heridas que no siempre cicatrizan del todo.