Britney Spears abrió su corazón sobre los efectos que la tutela legal de su padre tuvo en su salud. En un reciente posteo, la cantante afirmó: “Siento que me quitaron las alas y me ocurrió daño cerebral hace tiempo, cien por ciento”.

La cantante reveló cómo los años bajo control legal afectaron su bienestar físico y emocional, y cómo el baile se convirtió en su herramienta principal para sanar.

Britney Spears abrió su corazón sobre los efectos que la tutela legal de su padre tuvo en su salud. En un reciente posteo, la cantante afirmó: “Siento que me quitaron las alas y me ocurrió daño cerebral hace tiempo, cien por ciento”.

La artista describió cómo la falta de libertad física y emocional impactó en su cuerpo y mente: “Durante cuatro meses ya no tuve mi puerta privada y se me obligó, de forma ilegal, a no usar mis pies ni mi cuerpo para ir a ningún lugar”.
A pesar de la gravedad de la situación, Spears aseguró que superó esos años difíciles: “Por supuesto, ya he dejado atrás ese periodo y me siento afortunada de estar viva”. La cantante también puntualizó el impacto físico y psicológico del confinamiento: “Lastimó mi cuerpo y la lógica y la conciencia en mi cuerpo como UNO fueron asesinadas y destruidas al ciento por ciento”.
Durante cinco meses, Spears no pudo moverse ni bailar, una de sus grandes pasiones. Para ella, retomar el baile fue un paso esencial en su recuperación: “Sé que mis publicaciones bailando pueden parecer ridículas, pero me ayudaron a recordar cómo volar”. Así, la danza se convirtió en una herramienta terapéutica que le permitió reconstruir su bienestar físico y mental y reconectarse con su cuerpo.

Además de los daños físicos y emocionales, la relación con sus hijos fue otro desafío importante. Kevin Federline, exesposo de la cantante, aseguró que observó conductas riesgosas en presencia de los niños y describió episodios de inestabilidad que lo llevaron a escribir un libro.
Spears, por su parte, confesó: “Siempre he clamado por tener una vida con mis hijos. Las relaciones con varones adolescentes son complejas. Me he sentido desmoralizada por esta situación y he llegado a suplicar por tenerlos en mi vida”.

La cantante aclaró que no mantiene un vínculo cotidiano con sus hijos: “Un hijo solo me ha visto 45 minutos en los últimos cinco años, y el otro solo me ha visitado cuatro veces”. Pese a todo, reafirmó su postura: “De ahora en más les haré saber cuando esté disponible. Siempre los amaré y si me conoces, no prestarás atención a los tabloides sobre mi salud mental o mis problemas con la bebida”.
Britney Spears continúa su camino de recuperación y superación, mostrando cómo la danza y la resiliencia la han ayudado a sanar tras años de control y confinamiento, mientras enfrenta los desafíos personales y familiares con determinación.
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