Firmó un acuerdo para juicio abreviado un delincuente baleado por un policía
El episodio investigado ocurrió a mediados de año, en barrio Loyola Sur. El ladrón está acusado de robo calificado por empleo de arma de fuego. Por su parte, el uniformado terminó detenido y fue imputado por tentativa de homicidio. La Justicia deberá determinar si se trata de un héroe o el autor de un caso de "gatillo fácil".
Captura de video La bala disparada por el policía impactó en la cadera del delincuente y lo atravesó de lado a lado.
El miércoles 30 de junio de este año se cometió un sangriento asalto en las calles del norte de nuestra ciudad. Dos "motochorros" armados golpearon brutalmente a una mujer y un policía que intervino baleó a uno de ellos. El ladrón herido fue apresado e imputado por el robo. Por su parte, el uniformado también fue detenido días más tarde acusado de tentativa de homicidio agravada y actualmente espera -en estado de libertad- ser juzgado.
En los próximos meses, la Justicia deberá determinar si estamos frente a un héroe o un villano, si hay que condecorarlo o ponerlo tras las rejas. Mientras tanto, el asaltante firmó un acuerdo para juicio abreviado y reconoció ser autor de robo calificado por el uso de arma de fuego, entre otros delitos.
El hecho ocurrió poco antes del mediodía de ese miércoles. Una mujer volvía a casa caminando por calle Bernardo de Irigoyen, en Barrio Loyola Sur. Llevaba una mochila y una bolsa de supermercado (adentro sólo había artículos de limpieza, una calculadora y otros elementos sin demasiado valor). Cuando estaba por llegar al cruce con La Pampa fue interceptada por una moto que se interpuso en su rumbo. El sujeto que marchaba en la parte trasera saltó del asiento y se dirigió directo a la víctima. "Quedate quieta, dame la mochila, dame la mochila", le gritó mientras hacía un gesto como para sacar un arma desde la cintura de su pantalón.
Ella forcejeaba, en parte porque el atacante no le daba tiempo para desprender la mochila. Él no tuvo piedad. Ya para esa altura tenía la pistola en la mano ("de metal, similar a la de los policías", relató luego la víctima) y comenzó a darle culatazos en el rostro. Los golpes le destrozaron sus labios y la sangre rápidamente tiñó su barbijo blanco. Estaba tendida en el piso e indefensa cuando apareció en la escena un policía que vive en la zona. Juan Albe tiene 32 años, es suboficial y se desempeñaba en la Unidad Regional II (Rosario). Estaba de franco ese día.
Al menos dos testigos escucharon cómo el hombre dio la voz de "alto policía" antes de correr y ponerse entre la joven agredida y los delincuentes, que ya la habían soltado y trataban de escapar. Las mismas mujeres aseguraron que uno de los malvivientes le dijo al otro: "Matalo, tirale, matalo".
Archivo El Litoral En los próximos meses, la Justicia santafesina deberá determinar si el policía cumplió con su deber o se excedió.
En los próximos meses, la Justicia santafesina deberá determinar si el policía cumplió con su deber o se excedió.Foto: Archivo El Litoral
Aparentemente, en ese momento los ladrones le apuntaron al policía, pero no está claro si abrieron fuego. Lo cierto es que Albe sí apretó el gatillo y una bala impactó en Fernando Mariano González, uno de los delincuentes. El proyectil le pegó en la parte lateral de la cadera izquierda, le provocó lesiones internas y salió por el glúteo del otro lado.
El joven quedó tirado en el piso, dolorido. Su cómplice escapó corriendo. Se llevó el arma de fuego, pero dejó la moto tirada.
El robo fue investigado por el fiscal generalista en turno, el doctor Omar De Pedro, quien entendió que el policía había actuado conforme a sus obligaciones. El funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA) imputó a González y solicitó para él la prisión preventiva. El juez le dio la razón.
Entre la evidencia ofrecida por De Pedro figuran los testimonios de dos vecinas. Una fumaba en la puerta de su casa y la otra salía para hacer mandados cuando presenciaron el asalto. Con pequeñas diferencias, ambas relatan que los motochorros atacaron a la víctima, que la golpearon, que el policía intervino para socorrerla y que se paró entre ella y los delincuentes que escapaban, y que les dio la voz de alto y se identificó como policía antes de abrir fuego.
Cuando González todavía se encontraba internado en el Hospital Cullen, sorpresivamente el policía Juan Albe fue detenido y acusado de tentativa de homicidio calificada por el uso de arma de fuego y por exceso de legítima defensa. Los fiscales Ezequiel Hernández y Mariela Jiménez -del Área de Violencia Institucional y Delitos Complejos del MPA- lo imputaron en una audiencia, pero no solicitaron la prisión preventiva y, por lo tanto, el uniformado recuperó su libertad luego del acto. No obstante, el proceso en su contra avanza y sería llevado a juicio oral por los funcionarios, según trascendió.
Por otra parte, en los últimos días, dentro de la investigación por el brutal asalto, el imputado Fernando González reconoció la autoría del hecho. El joven -representado por el abogado Martín Peón- firmó un acuerdo de procedimiento abreviado en el que reconoce todo lo detallado en la hipótesis del Fiscal De Pedro y acepta una condena por el robo calificado. Si el juez homologa el convenio, el muchacho sería sentenciado a prisión efectiva.