No eran cohetes ni brindis anticipados los que rompieron la quietud de barrio Loyola Sur, sino un disparo seco y letal, que selló el destino de Matías Fernández, 21 años, cuando todavía faltaban horas para que Santa Fe ensayara los rituales de Año Nuevo.
Eran las 6.15 del 31 de diciembre cuando la esquina de Furlong y Leumman dejó de ser un punto más del mapa barrial para convertirse en la escena de un homicidio. Fernández cayó allí, con un balazo en el rostro, luego de una discusión tan breve como definitiva.
Sicarios en moto
Según las primeras reconstrucciones, dos hombres conocidos en la zona arribaron al lugar a bordo de una Honda Wave blanca. Uno de ellos descendió. Hubo un fuerte cruce de palabras, y luego el disparo. El proyectil impactó en la cabeza de la víctima, que quedó tendida sobre el asfalto mientras la motocicleta se perdía en las calles del noroeste santafesino.
A las 6.20 comenzaron a llegar los móviles. Subcomisaría 12ª, patrulleros del Comando Radioeléctrico, personal del 911. Después, los peritos de Criminalística de la PDI: fotógrafos, planimetristas, especialistas en rastros y balística. El barrio amanecía sitiado por cintas, luces intermitentes de los patrulleros y el murmullo de algunos vecinos.
Según se supo desde la escena del suceso los investigadores se habrían incautado de dos vainas servidas, calibre 9 mm. como así también realizaron trabajos sobre rastros de sangre que se observaron en la vereda de un inmueble.
Un tutor y dos testigos
Entre los primeros en presentarse estuvo un hombre de 49 años, quien habría criado a Matías. No hizo falta que hablara demasiado: su sola presencia bastó para confirmar que el muerto no era un número más en la estadística sino alguien con historia, vínculos y un nombre que ahora pesará distinto.
Homicidio en barrio Loyola Sur. Foto: Gentileza
Dos testigos habrían aportado un fragmento del rompecabezas. Vieron la discusión, reconocieron a los involucrados, pero no presenciaron el momento exacto del disparo. Por disposición del fiscal de Homicidios, Carlos Lacuadra, sólo se tomaron sus datos personales. Las entrevistas formales llegarán después.
Búsqueda de los agresores
La causa fue informada como homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Los posibles autores estarían identificados. La Policía de Investigaciones quedó a cargo de las diligencias, mientras el barrio vuelve lentamente a su rutina, esa que convive desde hace tiempo con discusiones que terminan en balas.
Personal policial busca al homicida y su cómplice. Foto: Gentileza
Por estas horas distintos grupos policiales se desplegaron en la zona oeste en busca de información clave que permita dar con el homicida y su cómplice, los que hasta el momento permanecen prófugos.
El 2025 se fue como llegó para muchos sectores de la ciudad: sin promesas y con un muerto sobre el pavimento. En Loyola Sur, el calendario cambió, pero el problema siguió siendo el mismo.