Matías Causso regresaba hoy a Santa Fe, tras siete meses y medio fuera de la provincia y alejado de su familia. En la capital provincial un equipo de la Subsecretaría de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia lo esperaba para brindarle contención y resolver dónde vivirá a partir de ahora.
Una comitiva encabezada por el juez de Instrucción Segunda, Nicolás Falkenberg, viajó ayer a la ciudad de Posadas, Misiones, para tomar contacto con el muchacho, que ese mismo día se fundió en un abrazo interminable con su hermana Priscila, que ni bien supo de la buena noticia partió con sus tíos a la tierra de la yerba mate.
Matías se había ido de la casa el 28 de diciembre del año pasado. Lo encontraron en Concepción del Uruguay y el 31 de diciembre lo pusieron en un micro rumbo a Paraná.
Pero no esperó a que su padre lo fuera a buscar y aquí se completa la historia que faltaba y que nadie hasta ahora había podido hilvanar. Salió de la terminal de colectivos y rumbeó para la Ruta 11, donde hizo dedo hasta llegar a la ciudad de La Paz.
En Corrientes
No se detuvo demasiado; enseguida retomó camino, hasta llegar a Esquina, luego a Goya y finalmente a Ituzaingó.
Su arribo a la tierra correntina lo dejó exhausto y los festejos de fin de año lo habrían encontrado dormido, en un banco de la terminal de colectivos.
Así fue como lo descubre esta familia misionera, que todos los veranos se traslada a Ituzaingó para trabajar en un puesto de comidas durante la temporada de playa, junto al río.
Le brindaron alimento y abrigo, hasta que por compasión le permitieron quedarse a dormir con ellos. Cuando terminó el verano se volvieron a Posadas, donde estuvo hasta ahora, como escondido. Todos conocían su historia y habían aceptado su decisión como la más acertada, tal vez por eso nadie avisó antes a la policía.
La semana pasada un vecino de la familia misionera asoció la cara de Matías con una foto publicada por Missing Children y así fue como pudieron localizarlo.
Viaje de vuelta
En cuanto a la continuidad de la historia, si bien “hasta ahora no hay una restricción formal” el órgano administrativo encargado de disponer las medidas cautelares deberá velar “para que el padre no se pueda acercar al chico”, sostuvo el juez Falkenberg, que el sábado a la noche le advirtió a Alejandro Causso que regresara a Santa Fe porque no iba a poder tomar contacto con su hijo.
El hombre, que había salido sin avisar a las autoridades de la buena nueva, se mostró contrariado por la negativa y siguió adelante. Sin embargo, una patrulla lo interceptó a mitad de camino.
Para la psicóloga del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Mariana Storero, la orden del juez tiene una sola explicación, porque “si bien Matías sabía que lo estaban buscando en Santa Fe había asociado la búsqueda con una situación de riesgo, que era encontrarse con su papá”.
Pero “cuando se da cuenta de que su hermana Priscila está en otro lugar”, fuera de su casa paterna, hubo un cambio de actitud, manifestó la profesional.
“Conmocionado”
La psicóloga Storero y el abogado Agustín Rubineau son parte del equipo interdisciplinario enviado por la secretaria de Derechos Humanos, Rosa Acosta, para que tomaran cartas en el asunto.
A propósito del reencuentro, el juez Falkenberg declaró que Matías “está muy conmocionado, por eso convocamos a especialistas para que le brinden asistencia psicológica necesaria”.
“Estaba en compañía de sus tíos y su hermana”, completó Storero, que si bien lo vio muy “conmovido” destacó que lo notó “contento”. La psicóloga dijo de Matías que es un chico que a pesar de su edad “tiene muchos recursos para sobrellevar una vida dura. No te olvides que estuvo ocho meses huyendo y tratando de desconocer lo que pasó en Santa Fe. Ahora está recuperando la confianza”, no sólo en sus personas cercanas sino también en las instituciones.
Acerca de lo que pasó en estos últimos meses el juez Falkenberg sostuvo que “no habría existido ningún tipo de contacto” entre él y la hermana. “El chico no sabía que Priscila estaba separada del padre”, afirmó el magistrado.
A su vez agradeció el trato dispensado por la gente de Misiones y destacó la labor del comisario José Rodríguez, subjefe de la Unidad Regional Uno, que se encargó de administrar los medios logísticos para establecer los contactos.






