Emerio Agretti
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“Me mataron socialmente”. “Destruyeron a mi familia”. “Me condenaron antes de tiempo, sin derecho de defensa y sin presunción de inocencia”. En diálogo con El Litoral, el ex jefe de Policía Hugo Tognoli desgrana los efectos de la movida que lo convirtió en “un preso político”, y el “jamón del sandwich” en el enfrentamiento del gobierno nacional con las autoridades santafesinas.
Recién retornado a su domicilio luego de “una verdadera pesadilla: quince días en una pieza de dos por dos, sometido a la teoría del silencio, sin nadie que me hable y más solo que indio malo”, el ex funcionario policial remarca el “daño psicológico” que le provocó haber sido sometido a ese trato, “sin tener nada que ver y sin elementos para acusarme, tienen que volver a la Facultad de Derecho”.
“Anoche, cuando por fin estaba de vuelta en mi casa, a la noche me dieron ganas de ir al baño y en la oscuridad empecé a los gritos: ‘¡Guardia, guardia!, hasta que mi señora me tuvo que ayudar”, graficó. “¿Quién paga todo ese daño?”, interrogó
Tognoli dijo que, si bien la causa continúa, su liberación trajo un poco de tranquilidad a su familia. “Ellos tienen que enfrentar a diario la salida a la calle, con todas las cosas que se dijeron y se dicen. Yo desde que me casé hace 26 años vivo en la casa de mis suegros, y no tengo otros bienes. Aunque por lo que adjudican, parece que yo tuviera más propiedades que el áloe vera”, ironizó.
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