El calor extremo provoca deshidratación, aumento de la frecuencia cardíaca y alteraciones en la presión arterial, factores que pueden derivar en síntomas como taquicardia, fatiga muscular y dificultad para respirar.
En condiciones de calor extremo, es crucial mantener una hidratación adecuada y evitar bebidas que puedan incrementar la deshidratación. La calidad del sueño también es importante para la salud cardiovascular.
El calor extremo provoca deshidratación, aumento de la frecuencia cardíaca y alteraciones en la presión arterial, factores que pueden derivar en síntomas como taquicardia, fatiga muscular y dificultad para respirar.
Las personas con enfermedades cardiovasculares, como hipertensión arterial o antecedentes de infartos, deben ser especialmente cuidadosas, ya que el calor puede agravar su condición.
Personas sanas: deben mantenerse hidratadas y elegir los horarios adecuados para ejercitarse.
Quienes ya practican deporte regularmente: pueden seguir su rutina con precauciones adicionales.
Personas sedentarias que quieren comenzar a hacer ejercicio: deben evitar el impacto del calor extremo y consultar a un médico antes de iniciar cualquier actividad.
Pacientes con patologías cardiovasculares: deben evitar la exposición prolongada al calor y realizar controles médicos antes de cualquier esfuerzo físico.
La cardióloga María Belén Almitrani (MP 5468), explicó a CyD Litoral sobre la importancia de beber entre 2 y 2,5 litros de agua por día y evitar bebidas azucaradas, gaseosas y alcohol, ya que estos líquidos favorecen la deshidratación en lugar de prevenirla.
Además, recomendó una dieta basada en alimentos frescos, frutas y verduras y la reducción del consumo de sal, especialmente para quienes tienen presión arterial alta.
Para quienes desean seguir activos durante el verano, la especialista recomienda:
Evitar el ejercicio en las horas de mayor temperatura. Lo ideal es antes de las 10 de la mañana o después de las 16 horas.
Usar ropa liviana y transpirable.
Realizar chequeos médicos previos, especialmente si se tiene alguna afección cardíaca.
Escuchar al cuerpo. Si aparecen síntomas como mareos, taquicardia o falta de aire, detener la actividad de inmediato.
El calor y el estrés diario pueden afectar la calidad del sueño, lo que impacta directamente en la salud cardiovascular. Según la especialista, lo ideal es dormir entre 6 y 8 horas diarias para permitir que el cuerpo se recupere.
Para mejorar la calidad del sueño:
Reducir la exposición a pantallas (celular, televisión) al menos una hora antes de dormir.
Crear un ambiente tranquilo y sin ruido en la habitación.
Si no se logran las horas recomendadas de descanso, se pueden incorporar microsiestas de 30 a 40 minutos durante el día.
Hidratación constante (mínimo 2 litros de agua al día).
Ejercicio en horarios adecuados y con control médico previo.
Evitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas.
Descansar entre 6 y 8 horas diarias para evitar el agotamiento.
Pacientes con patologías cardíacas: extremar cuidados y evitar exposiciones innecesarias al calor.
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