El martes 23, los trabajadores de El Litoral participaron de una capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP), organizada por la empresa con el objetivo de brindar herramientas prácticas y teóricas para responder ante situaciones de emergencia.

La jornada, realizada el martes 23, combinó teoría y práctica sobre reanimación cardiopulmonar y primeros auxilios. Los empleados aprendieron a actuar ante emergencias médicas y a usar desfibriladores automáticos, reforzando la importancia de la prevención y la seguridad en el ámbito laboral y familiar.

El martes 23, los trabajadores de El Litoral participaron de una capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP), organizada por la empresa con el objetivo de brindar herramientas prácticas y teóricas para responder ante situaciones de emergencia.
La actividad, que combinó clases teóricas y prácticas con muñecos simuladores, fue valorada por los participantes como una herramienta esencial para salvar vidas dentro y fuera del ámbito laboral.

Durante la capacitación, el especialista indicó que la RCP es una maniobra que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en casos de paro cardiorrespiratorio.
Jorge Ramírez, instructor de la Fundación Cardiología, dependiente de la Sociedad Argentina de Cardiología, destacó que “cuando se realiza correctamente, la RCP mantiene el flujo sanguíneo al cerebro y a los órganos vitales, evitando daños irreversibles mientras llega la asistencia médica”.
Ramírez explicó también que existe una ley nacional de RCP que protege a quienes asisten a una persona en peligro de muerte. “El artículo 11 de la ley establece que, mientras se actúe siguiendo los protocolos, no hay riesgo legal. Esto ayuda a superar el miedo que muchas personas sienten al brindar asistencia”, señaló el instructor.
Durante la práctica, los empleados aprendieron técnicas de compresiones torácicas y el correcto uso de desfibriladores automáticos.
“Si una persona se encuentra inconsciente y sin respiración, hay que actuar de inmediato. Cada minuto que pasa sin RCP disminuye las probabilidades de sobrevivir”, indicó Ramírez, subrayando la diferencia entre una urgencia y una emergencia: “Una fractura puede ser una urgencia, pero un paro cardíaco es una emergencia que requiere acción inmediata”.

Uno de los objetivos centrales de la capacitación fue reducir los temores al momento de actuar. “La gente muchas veces no sabe cómo reconocer un ataque cardíaco o un paro, y se paraliza. Por eso es clave que más personas tengan estos conocimientos básicos”, explicó Ramírez.
Además, se hizo hincapié en la ubicación de los desfibriladores automáticos, obligatorios en lugares públicos con gran afluencia de personas, como estadios, escuelas y universidades.
“Mientras más cerca estén, mayor será la probabilidad de salvar vidas. En caso de emergencia, no hay tiempo que perder: se debe usar el desfibrilador de inmediato y continuar con la RCP hasta que llegue la asistencia profesional”, detalló el instructor.
La capacitación también incluyó consejos para actuar en el hogar y la comunidad. Ramírez relató situaciones habituales en las que la falta de conocimiento provoca consecuencias graves:
“El 80% de las personas que sufren un paro cardíaco fallecen en su casa porque los familiares no saben cómo actuar. Enseñar a reconocer los signos de alerta y cómo responder puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”.

El entrenamiento no solo reforzó habilidades técnicas, sino también la responsabilidad de transmitir estos conocimientos. “Cuando uno llega a su casa, debe enseñarle a la familia cómo actuar ante una emergencia. Esto multiplica las posibilidades de salvar vidas”, afirmó Ramírez.
Los empleados de El Litoral valoraron la jornada y destacaron que, además de recibir información actualizada, pudieron practicar maniobras con muñecos simuladores, lo que generó mayor confianza para intervenir ante una situación real.
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