El sésamo, ampliamente utilizado en diversas cocinas se ha destacado por su aporte nutricional. Estudios recientes lo posicionan como un aliado natural en el control y prevención de la diabetes tipo 2

Un estudio reciente impulsa al sésamo como un alimento funcional que regula el azúcar y fortalece el metabolismo. Se destaca su aporte en fibra, minerales y grasas saludables para prevenir la diabetes tipo 2 y otros trastornos crónicos.

El sésamo, ampliamente utilizado en diversas cocinas se ha destacado por su aporte nutricional. Estudios recientes lo posicionan como un aliado natural en el control y prevención de la diabetes tipo 2
Entre sus principales beneficios se destacan:
Fibra dietaria, que modera el impacto glucémico de las comidas y ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre
Magnesio, mineral esencial para mejorar la acción de la insulina, reduciendo la resistencia típica de la diabetes tipo 2
Grasas insaturadas (omega 3 y 6), que favorecen un perfil lipídico más saludable y disminuyen el LDL, al tiempo que aumentan el HDL
Además, estos nutrientes también contribuyen a reducir inflamación, proteger el sistema cardiovascular y mejorar el metabolismo energético.

El sésamo no sólo actúa sobre el azúcar, sino que aporta un conjunto de nutrientes claves:
Minerales esenciales: El calcio y magnesio presentes se asocian con mayor densidad ósea, ayudando a prevenir la osteoporosis, especialmente en adultos mayores
Proteínas y fibra: Con un 17 % de proteína y 11 g de fibra cada 100 g, estas semillas aportan saciedad, mejoran el tránsito intestinal y favorecen dietas vegetarianas o veganas .
Antioxidantes y fitoquímicos: La vitamina E y compuestos como sesamina y sesamolina protegen células del estrés oxidativo, colaboran en la salud cutánea, y pueden tener un efecto protector frente a enfermedades crónicas .

Para aprovechar al máximo el poder del sésamo, se recomienda:
Triturar o remojar previamente las semillas, ya que su cáscara obstaculiza la absorción de nutrientes
Dosis sugerida: 1 a 2 cucharadas diarias, cantidad suficiente para obtener beneficios sin exceder el aporte calórico
Formas de consumo: en tahini, espolvoreadas sobre ensaladas, yogur, panes, sopas, batidos o aderezos.
Se recomienda moderar su ingesta si se sigue un plan dietético hipocalórico o si se tienen alergias.

El enfoque en este alimento como nutriente funcional surge de su capacidad para influir en múltiples variables metabólicas:
Regulación del azúcar por su contenido de fibra y magnesio, dos componentes decisivos en el metabolismo glucémico
Protección cardiovascular, gracias a grasas insaturadas, minerales y antioxidantes que mejoran el perfil lipídico y reducen inflamación .
Fortalecimiento óseo como efecto secundario del aporte mineral, asegurando una doble función protectora frente a dos enfermedades crónicas muy prevalentes .
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