“Se viene una semana de toma de decisiones importantes”, fueron las últimas palabras en el breve monólogo de Andrés Yllana, luego del partido en Turdera ante Temperley, todavía con la frustración de la derrota y de un partido en el que el propio entrenador de Colón dijo que “el equipo dejó de luchar cinco minutos y nos ganaron el partido”.
Desde ese momento, se tejieron múltiples sospechas en cuanto a qué era lo que Yllana había querido decir. O hacia dónde iba a apuntar. Desde ya que la posibilidad de irse quedó descartada (la campaña es mala, perdió cuatro de los siete partidos que lleva dirigidos, pero está en pleno mercado de pases y los dirigentes ya le trajeron a tres de los jugadores que pidió).
En el comienzo de la semana, con el retorno del plantel a los entrenamientos, se dio algo de esa “toma de decisiones importantes”: Yllana ordenó cuatro días consecutivos (desde este martes hasta el viernes inclusive) de doble turno. No solamente eso, sino que el plantel queda concentrado en el hotel. El trabajo en general consiste en: desayuno, entrenamiento, almuerzo, descanso, merienda, entrenamiento y liberación de los futbolistas hasta el día siguiente.
Andrés Yllana, DT de Colón. Crédito: Juan Foglia
¿Sólo eso?, habrá que ver. Desde ya que no deja de ser una decisión que llama la atención, por lo sorpresiva: no es común que un plantel haga cuatro doble turno de entrenamiento entre partido y partido en plena competencia. Eso puede darse – y de hecho que así se hace – en la pretemporada, pero no cuando está a mitad de un campeonato. ¿”Castigo” o necesidad? No nos olvidemos de algo: cuando Yllana llegó, referenció la parte física en un par de oportunidades. Sin involucrarse demasiado en el tema o sin darle la trascendencia – de la boca para afuera – que quizás tenga para adentro, la realidad es que el técnico y sus colaboradores están viendo que al equipo le está faltando más trabajo, tanto en lo físico como en lo táctico y en lo técnico. Las dos derrotas consecutivas ante Deportivo Morón y Temperley calaron hondo porque se estaba dando una recuperación matemática que luego quedó desbaratada, por más que en esa recuperación se hayan dado dos victorias ante los peores equipos del torneo (Talleres de Remedios de Escalada y Defensores Unidos de Zárate).
Andrés Yllana, DT de Colón. Crédito: Juan Foglia
Yllana está apelando a la mano dura y a intensificar todo lo que pueda estar a su alcance para revertir una situación que es muy preocupante. Y en plena apertura de los mercados de pases, seguramente el entrenador habrá exigido a los dirigentes tres cuestiones que está en pleno proceso: 1) la definición en cuanto a la venta de Forneris a Racing; 2) la habilitación que no llega de Cristian García, y 3) la definición de las dos incorporaciones que están faltando (la cuarta cara nueva, para la que hay tiempo hasta el jueves; y la quinta, que llegaría en lugar de Forneris y para la que hay tiempo hasta el 17 de julio).
¿Algo más?, quién sabe. La “zaranda” en el equipo, el técnico ya la aplicó. Fueron seis cambios desde la derrota contra Morón hasta el partido con Temperley. Pudieron ser siete si es que llegaba a tiempo la habilitación de Cristian García. Los movimientos que quería o debía hacer, los hizo. Cambió más de medio equipo. Y es posible que haga modificaciones para este partido, donde, por ejemplo, va a tener disponible a Thaller, casi con seguridad a Talpone y habrá que ver qué pasa con Forneris y con García en el transcurso de la semana, porque si García es habilitado es una fija que va a la cancha.
El esquema que utilizó ante Temperley fue un 4-4-2. El trabajo de Taborda fue de mayor a menor, pero se sintió mucho más en el retroceso, cuando le daba una mano a Bettini (que ganaba y perdía con Esparza), que cuando el equipo debía atacar, pues no finalizó bien algunas jugadas. Por el medio, Forneris y Garrido se repartieron la función de marca y primer pase, mientras que Bernardi se volcó por izquierda y también fue de mayor a menor, yéndose reemplazado al ratito de haber comenzado el segundo tiempo. Castro fue la figura de Colón, Lago jugó de punta, tuvo un buen arranque pero luego no encontró espacios y se fue diluyendo.
Hubo fallas en las jugadas de los goles (sobre todo en el segundo, que fue a través de una pelota quieta que cabeceó llamativamente solo Brandán), con lo que Colón sigue dando ventajas en el aspecto defensivo, luego de tres partidos en los que mantuvo la valla en cero (los tres con Yllana en los que sacó puntos). Un error de escalonamiento defensivo en la jugada del gol de Morón y lo que pasó en esos fatídicos cinco minutos en los que “el equipo dejó de luchar”, tal cual los definió el técnico, desembocaron en dos derrotas que volvieron a agravar el panorama.
Andrés Yllana, DT de Colón. Crédito: Juan Foglia
Colón ha cosechado algo más del 30 por ciento de los puntos desde que se hizo cargo Yllana, pero recién en este partido con Temperley tuvo a dos de las incorporaciones (elegidas por él) para tirarlas en cancha. Tomó un fierro caliente y hasta ahora no le pudo encontrar la vuelta para que la mejoría se haga nítida y más constante. El otro día, en Turdera, parecía que el equipo arrancaba y que veíamos a un “nuevo Colón” en esa primera media hora que fue buena. Pero bastó que en un abrir y cerrar de ojos aparecieran los fantasmas del “viejo Colón” para que todo vuelva a ser como antes: lleno de dudas y preocupaciones.
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