¿Cómo son las primeras horas de Alonso como presidente de Colón?
Ya definida la llegada de Colotto (semana que viene) y la continuidad de Medrán, ahora hay que juntar el dinero para pagarle a Espínola y levantar la inhibición.
José Alonso, flamante presidente de Colón, con decisiones express a tomar muy rápidamente.
José Alonso ya empezó a gobernar desde el mismo lunes. Se reunió con Medrán en Santa Fe, también lo hizo con Colotto por espacio de varias horas, arregló ambas situaciones (Medrán seguirá siendo el DT y Diego Colotto el director deportivo) y este miércoles asumió la conducción de Colón con varios frentes abiertos, algunas ratificaciones y una imperiosa necesidad: conseguir recursos.
Ninguna gestión que se pueda encarar para la conformación del plantel, puede desligarse de algo esencial: el arreglo con Alberto Espínola para levantar la inhibición de Fifa. “Nosotros estuvimos en permanente contacto con Fifa y hay algo que tenemos bien en claro y es que debemos conseguir los poco más de 350 mil dólares para pagar y levantar la inhibición. Tiene que ser en un solo pago, de acuerdo a lo que nos advirtieron”, dijo Alonso. Y está claro que ese recurso debe venir de un aporte externo al club, seguramente con el aporte de los dirigentes que se hicieron cargo de la institución.
Subyace la sensación de que a Alonso no le han gustado algunas cosas que sucedieron, como por ejemplo las declaraciones de los dirigentes salientes respecto de cómo encontraron el club y la herencia recibida.
Crisis económica: cuestión de Estado
La preocupación por la situación económica se ha convertido en una constante del Colón de los últimos tiempos. Se fue la directiva de Vignatti con aquella famosa frase del ex presidente: “Dejamos un club sin deudas y con plata”. Llegó la de Godano y a las pocas semanas, el vicepresidente de entonces (Marcelo Negrete, que luego renunció) y el tesorero Adrián Temporelli reflejaron lo contrario en aquella conferencia de prensa: “Recibimos un club con 4 millones de dólares de deuda y 55 juicios”.
Godano dejó las instalaciones de club. Su mandato terminó esta semana. Foto: Manuel Fabatía.
Con el correr del tiempo, Godano fue el más precavido a la hora de hablar, pero otros dirigentes no dejaron de señalar las dificultades económicas. “Todos los días abrimos un cajón y nos explota una bomba”, fue una frase repetida.
Hace poco, antes de las elecciones, Alonso le dijo a El Litoral: “Cuando nosotros nos fuimos, había 3 millones de dólares para pagar, pero había 6 millones para cobrar”. Y otra sentencia: “dejamos en depósito, en el Banco Macro, 280 mil dólares para pagar lo de Espínola y le dijimos a los dirigentes de ese momento, cuando apenas asumieron, que viajemos a Paraguay para solucionar la situación. Pero ellos no quisieron”.
¿Y ahora? La realidad marca que se debe armar un nuevo plantel, porque Medrán ya fue claro: “Hay que traer de 12 a 15 jugadores”. Sin que sean declaraciones públicas, el DT advirtió que tiene a Lago como titular, a Castet y a Talpone para que peleen un lugar, posiblemente se pueda sumar a Castro (con contrato vigente hasta diciembre del año que viene) y algunos chicos del club que ya conoce, que a algunos ya puso en el equipo y que están en condiciones de pelear un puesto.
El nuevo presidente sabalero en familia.
Para eso hay que tener dinero para levantar la inhibición (condición suprema y fundamental para tentar a que los jugadores acepten el convite de venir a Santa Fe) y también para lograr el propósito de cumplir con la pretensión del técnico. Y esos recursos tendrán que salir de bolsillo ajeno a la caja del club, al menos por ahora, hasta que ingresen los 450 mil dólares que Colón debe percibir todavía por las ventas de Forneris y Picco, de acuerdo a lo que se señaló por parte de la dirigencia saliente.
En forma paralela, Colón no puede dejar caer el andamiaje de divisiones inferiores. Todo lo contrario, lo tiene que potenciar. Y esto es algo que no fue una virtud en la política de Vignatti, que puso énfasis en otro modelo que no fue, precisamente, el de enfatizar lo de abajo. Pero la política futbolística será la de Alonso y con sus decisiones, dejará en claro qué lugar ocupa las divisiones inferiores. ¿Por qué?, porque Colón ha perdido la capacidad de generar jugadores que puedan ser la salvación económica para los momentos de crisis. Y este es uno de ellos.
Son todas “decisiones express” en un contexto económico preocupante. Lo primero que había que hacer, se hizo: contratar a los responsables de llevar adelante el plan deportivo para el armado del plantel que, con sus resultados, pueda brinda algo que será muy necesario en este momento: calmar el ánimo de la gente frente a estos tres años de fracasos deportivos.
La agenda de Alonso
Ahora viene todo lo demás: 1) inyección de dinero fresco; 2) levantamiento de la inhibición; 3) armado del proyecto de inferiores (se dice que buscarán como coordinador a alguien muy representativo y con sobrada experiencia); 4) fuerte presencia en Afa (la semana pasada, antes de las elecciones, estuvieron Alonso y Bonazzola con Tapia); 5) armado del plantel profesional con una renovación casi total; 6) atender algunas situaciones particulares, como por ejemplo la de jugadores como el Pulga Rodríguez, el arquero Giménez o Soto (todos con contratos vigentes).
Colón es un club de fútbol y no son muchas las cosas que Alonso prometió. Su victoria fue, como uno de los integrantes de su comisión directiva lo reconoció en la charla con El Litoral, porque el socio miró el espejo retrovisor y no olvidó obras y logros conseguidos por el “vignattismo”. Son conocidos, no solamente por eso bueno que el socio observó, sino también porque el paso anterior fue totalmente desteñido. Ahora tienen la posibilidad de ir por la revancha, más allá de que, para Alonso, sea su “primera vez” ocupando el sillón presidencial.