/ Actualizado al Martes 12.9.2023
19:52
En estos tiempos de proliferación de jugadores de inferiores con capacidad de venta (González, Nardoni, Esquivel, Machuca y una cuota de formación en la carrera de Portillo), más otros que se están ganando un lugar y un nombre (Zenón, Domina, Paz, Mosqueira), no viene mal el recuerdo de otros procesos, distintos en su esencia, más angustiantes, en los que los "pibes" tuvieron que hacerse grandes a la fuerza. Uno de esos momentos fue en el 2004, con el Sapo Oyeras, Yorno y Marcelo López al frente de un plantel que tuvo que luchar por evitar el descenso a la tercera categoría del fútbol argentino. Los que salieron a "bancar la parada" fueron Nereo Fernández, Vera, Mosset, Pipo Desvaux, Urresti, Basualdo, Sartor, Martín Zapata, el "Pitu" Sebastián García, el "Picante" Pereyra, Alexis Weisheim, "Manchita" Peirotti y el "Memo" Torres, entre otros. Todos productos genuinos de Unión, algunos con cierta experiencia (algo, no mucho) y la gran mayoría teniendo que afrontar una situación estresante y llena de presiones.
En ese equipo estaba ese zurdito hábil que jugaba muy bien -el Pitu García- y que luego se fue a jugar al exterior, para prolongar su carrera por 16 años en Chile, Grecia y Corea. Un día quiso volver y hasta se ofreció jugar gratis en Unión, pero nunca le dieron una contestación.
Mirá tambiénUn ambiente colosal para el Unión del "Kily" en el Bielsa-¿Viniste con otra cabeza?, ¿te encontraste con otro país después de tanto tiempo de vivir afuera?
-Mirá, más allá de los problemas, ¡Argentina es un país hermoso!... Estuve años viviendo afuera del país, dos años en Chile, catorce en Grecia, uno en Corea y me considero un privilegiado por eso, pero Argentina me encanta… Suena descabellado pensar que una platea para ver a la selección cuesta 89.000 pesos con la situación económica que vivimos, pero dame siempre a la Argentina… Siempre digo que si te querés ir de Argentina, hacélo, pero ya mismo te advierto que no es fácil…
-¡En Grecía, sí! El estilo de vida de los griegos te lleva, te llena y te hace sentir cómodo, más allá del idioma.
-Unión está en un proceso en el que el plantel se pobló de chicos de inferiores, algo parecido a lo que te tocó vivir...
-Nosotros nunca fuimos del todo conscientes de lo que estábamos jugando en ese momento… Y a esto lo digo con respeto a la gente: nunca se valoró mucho lo que nosotros logramos… Si nosotros no obteníamos esos resultados y evitábamos el descenso a la tercera categoría, hubiese significado hasta la desaparición institucional… Le pasó a Deportivo Español, Chacarita, el mismo Almagro…
-¿Lo ves tan así?, ¿te parece que Unión hubiese desaparecido?
-¡Capaz que no…! Seguramente, no... Pero hubiese sido un golpe muy duro… Pero te voy a decir algo: más allá del respeto a Madelón, el gol más importante de la historia de Unión lo hizo el Memo Torres contra El Porvenir en la cancha de Lanús… Lo dije, lo digo y lo mantengo…
Sebastián García. Crédito: Luis Cetraro
-Mirá que el de Madelón significó un ascenso y fue en un clásico...
-Pero si el Memo no la metía esa tarde, nos íbamos a la B Metropolitana y se venía la catástrofe institucional… No se le dio el valor que tuvo a ese proceso, porque éramos chicos, no teníamos la contención que hoy existe, estábamos en cuarta y de un día para el otro nos llamaron para salvar al equipo del descenso a la tercera categoría... Era bravo todo.
-Esa falta de conciencia de la que hablás y que coincide con lo que expresaron algunos de tus compañeros, respecto de lo que vivieron en aquél momento, ¿cómo lo analizaste con el paso del tiempo y cuando fuiste madurando como jugador y como persona?
-Nosotros sabíamos lo que estábamos jugando porque la gente nos hacía sentir esa presión por sacar resultados… En ese momento, casi ni dirigencia había… ¡Si hasta creo que los chicos que debutábamos ni siquiera teníamos contrato!… Había algo de acompañamiento, pero fue un proceso que supimos atravesar un poco solos.
-Hay más tolerancia, se entiende mejor que somos jugadores de fútbol y no máquinas. En Argentina, el fútbol es incomparable por lo pasional, pero si lo tomamos como un trabajo, las diferencias son grandes… En Europa y en Corea, los clubes son empresas.
Mirá tambiénEl dinero de Machuca y la apelación de Galeno-¿Elegirías esa forma de conducción para los clubes, el de convertirlos en empresas o sociedades?
-Está muy negado el gerenciamiento en el fútbol argentino, pero esta es la única forma de pensar en un proyecto a largo plazo. Acá las dirigencias duran dos o tres años y no hay forma de llevar adelante un proceso largo porque necesitás siete u ocho años, pero a los tres te tenés que ir... Allá se lo toma realmente como un trabajo, los clubes te brindan todas las facilidades y comodidades, como campos de entrenamiento, alimentación, etcétera… En Corea, los masajistas y kinesiólogos están desde las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche, los coreanos entrenan triple turno todos los días… ¡No salen del club, duermen ahí!... Así que me pasaba gran parte del día solo… Eso fue duro, había doce horas de diferencia con Argentina, salía de entrenar después del mediodía, agarraba toda la noche de acá y recién podía tener contacto con Argentina a las 8 de la noche de Corea, que eran las 8 de la mañana de acá… Hasta que dejé de dormir de noche para vivir con el horario argentino.
-¿Cómo?, ¿¡dejaste de dormir de noche!?
-Claro, me quedaba despierto de noche, en contacto con Argentina, me iba a entrenar y dormía toda la tarde… Me terminé acostumbrando, pero fue duro. Estuve diez meses ahí.
-¿Recibiste algún llamado de Unión?
-¡Nunca!… Ni siquiera para preguntarme cómo estaba o si me gustaría volver… Me dolió mucho, porque fuimos pocos los jugadores surgidos de las juveniles de Unión que nos mantuvimos durante 16 años en carrera y mucho más afuera… te diría que contados con los dedos de una mano… Después de haber jugado play off de la Europa League contra equipos muy grandes de Europa, me dolió mucho que Unión no me haya llamado… Mirá, yo me retiré en el 2020, un par de meses antes de la pandemia y me acuerdo que cuando se reanudaron los tuve una charla con el secretario técnico de ese momento… ¡Me ofrecí jugar gratis…! Sabía que había mucha gente de inferiores, creo que podría haber acompañado el proceso y, en el mientras tanto, ver si estaba para jugar… Tuve una charla en el salón presidencial, se lo manifesté por teléfono también y nunca tuve una respuesta.
-¿Con qué dirigente tuviste una relación cercana en tus tiempos de jugador?
Tuve una relación de respeto con todos… El presidente cuando debuté era René Citroni, después volvió Malvicino y también estuvo Jorge Molina en algún momento. Con Jorge, por ejemplo, si me encuentro en la calle nos saludamos, no hay problema. Pero no hubo una relación cercana… Al Tato Canuto le pasó lo mismo que a mí… Creo que el club debería hacer un seguimiento de los chicos que surgen en el club y que se van… Yo pienso que después de lo que hicimos, hubiera merecido contar con una oportunidad para volver… Unión no los cuida... ¿Qué pensarán?, ¿que uno quiere volver a Unión por algo económico?... ¡Nada que ver! Nadie vuelve a Unión para ganar plata...
-¿Somos extremadamente resultadistas en este país?
-Si, pero es lo que lo hace distinto. No se puede tomar como fracaso a todo porque son más los momentos malos y duros, que los lindos. Una vez le preguntaron a un famoso basquetbolista griego si consideraba un fracaso lo que había ocurrido en el año y él le contestó al periodista: '¿vos conseguís un ascenso todos los años?'... Y el periodista no supo qué decirle…
-¿Cómo viviste el Mundial, lo de Scaloni, lo de Messi?
-Sería necio de mi parte si digo que estaba seguro de Scaloni. A mí me sorprendió que le dieran las riendas de una selección tan importante como la de Argentina y con un jugador tan importante como Messi a un técnico sin experiencia... ¡Pero estuve equivocado y lo reconozco!… Y vivimos algo que no sé si lo volveremos a vivir en algún otro momento.
-¿Necesitaste de una atención sicológica o profesional porque el fútbol te desbordaba?
-No… Pasé momentos durísimos en el fútbol, ojo… Pero siempre encontraba apoyo y tranquilidad en mi familia, mis hijas, hablando por teléfono con mi vieja… Tuve bajones, pero me daba cuenta de que todo tenía una salida… Siempre fui muy analista y enfocado en encontrarle solución a las cosas.
-Vos eras enganche, especie en extinción en este fútbol moderno. ¿De qué jugarías hoy?
-Si me pondrían de enganche, sería resistido… Es que el enganche ya hoy no existe, hoy es todo correr, meter, luchar… Y no es porque me vayan a gritar '¡corré, pecho frio!'… A mí el fútbol me fue enseñando que cuánto menos corrés, más jugás… Lo que vende es correr, pero cuando minimizás distancias y cansancio, mejor podés jugar… Yo tengo una mentalidad distinta. Por ejemplo, nunca me hubiese imaginado a mí jugando en la posición de Kevin Zenón, no hubiese rendido… ¿O acaso se olvidan de que Messi fue muy criticado y hasta llegaron a gritarle pecho frio?… Creo que de doble cinco me bancaría, fue el puesto que me pusieron en los últimos años de mi carrera, al lado de un volante tapón…
-¿Te gusta el fútbol argentino?
-No… No me gusta… No es un fútbol que me llame la atención… Me gusta el fútbol inglés, de uno o dos toques, desmarques, precisión… El fútbol argentino es feo, sin tenencia, sin posesión, es correr, luchar y chocar… Me encantó lo que hizo Gallardo en River… Para mí es irrepetible.
-Si tuvieses la chance de buscar o encontrarte con alguien que fue muy importante en tu carrera, ¿a quién te gustaría encontrar para agradecerle?
-¡A Oyeras!… Soy una persona de perfil bajo, me gusta el anonimato, no me hago ver mucho… Pero si hay alguien que me dio la posibilidad de jugar y de convertirme en un jugador profesional, fue el Sapo Oyeras, que significó mucho para mí... Me encantaría encontrarlo a él y también a su cuerpo técnico de aquél entonces.
-Estoy dirigiendo y te digo que sí, que me gusta hacerlo y más si es con los juveniles grandes, no tan chicos... Me gusta porque soy de hablarles mucho… Mirá, yo creo que el nivel de los jugadores de antes es mejor que el de ahora… Yo, por ejemplo, compartí plantel con Brunito Casanova, el Memo Torres y ellos podrían jugar tranquilamente en el fútbol de hoy… ¡Y se destacarían!... Creo que muchos de los que hoy están jugando, en otras épocas no habrían podido jugar… Yo lo tuve de compañero al Loco Abreu y él decía que en el fútbol se resalta al que corre y mete, pero no al que juega al fútbol… Y esto es producto de la decadencia.
-¿Te defraudó alguien en tu carrera?
-No… Cuando hablé de que no me llamaron de Unión para volver, no lo dije desde la defraudación sino desde el dolor… Los dirigentes estaban en todo su derecho de llamarme o no llamarme… Y los entiendo... Mi vieja siempre me dice que el gran problema mío es que pienso demasiado las cosas. "Dejá de pensar tanto", me dice ella.
-Entonces, ¿te ves trabajando de Unión como entrenador?, ¿no te gustaría volcar esa experiencia que tuviste en Europa desde otro lugar, como puede ser el de mánager?
-Por empezar, me encantaría volver a Unión para entrenar juveniles... Me considero que tengo mucho para darle a los chicos y siempre dije que había jugadores mejores que yo, pero el enfoque y la forma de pensar me daba un plus y eso es lo que me gustaría inculcarles a los chicos… Estoy en una época de querer trabajar en eso, entrenando y enseñando… Después, más adelante, quizás se me dé por volcar todo lo que aprendí de tantos años en el exterior desde otra posición, como puede ser la de secretario deportivo.
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