El primer jugador que pidió Madelón fue Saravia. O por lo menos, fue el primer nombre que surgió como algo factible y pretendido. El puesto de volante central, en ese entonces (final del Apertura y de la participación en Sudamericana) estaba en "veremos". Mauro Pittón había tenido un flojo mitad de año y Mauricio Martínez hizo más banco que césped. El Kily se la jugó con Profini y fue uno de los pocos aciertos en ese medio año que terminó con su salida del club, luego de haberlo salvado del descenso y de haberlo metido en Sudamericana. ¿Qué pasó después?, Saravia no venía (ni vino), las alternativas (caso Rolón) no se concretaban y lo más importante fue que el rendimiento de la dupla Pittón-Martínez creció, se consolidó y ambos contribuyeron para ese fortalecimiento defensivo que tuvo el equipo.
¿Qué le falta al Unión de Madelón?
Puede traer dos jugadores más y tiene tiempo hasta el 31 de agosto. Se le fue Pardo, pero tiene alternativas en ese puesto y el nivel de Ludueña ante Tigre fue bueno. Pero dejó picando la chance de traer un volante central, cuando habló luego de Tigre.
Eso es lo bueno que aportó Madelón. Este equipo tiene poco que ver con el del torneo pasado. Recuperó dinámica, intensidad, es competitivo, tiene solidez y funcionamiento. Le falta gol. Hizo pocos. Pero ese 4-4-2 que se impregna como sello en el estilo Madelón, funciona.
¿Qué le está faltando?, ¿un caudillo en el fondo ante la ida de Pardo?, ¿un volante central que funcione como alternativa de recambio y hasta de competencia para la dupla titular?, ¿otro volante con juego? Esto último, en principio, habría que ir descartándolo. ¿Por qué?, porque se presume que Solari y Palavecino son los que deben aportar fútbol y ser esa rueda de auxilio que Unión tenía con el pibe Lionel Verde, que ya está en el CSKA de Moscú. Verde aportaba frescura y buen remate de media distancia. Es una función que Solari y Palavecino deben sumarle al plantel, inclusive – es el caso de Solari – con mayor experiencia.
En la defensa y el medio
Vayamos a la defensa. Ante Tigre, el equipo no sintió la salida de un jugador clave como Pardo. Y tampoco se notó la extrema juventud de sus integrantes (edad promedio de 21 años). Ludueña hizo un buen partido y se complementó con un Fascendini que jugó de la misma manera – bien – que lo había hecho con Pardo. A ellos se suman el buen momento de Vargas y Del Blanco. Y a ellos cuatro hay que agregarle el respaldo de un buen arquero y de un mediocampo que también se suma al trabajo de contención. Unión es un equipo sólido, compacto, ordenado y que sin dudas que defiende bien.
Con Pardo se fue un referente. Hace un año, Unión tenía mucha solidez marcando con cinco y teniendo a Paz-Pardo-Corvalán como el principal sostén del sistema. Pardo no está, Corvalán perdió su lugar preponderante en el equipo y Paz es suplente. No se incorporó nadie con el suficiente peso propio para ser titular. Madelón reacomodó la defensa con lo que tenía. Afuera están Emiliano Alvarez, Alex Maizon Rodríguez y Fernando Díaz, tres extranjeros que deberán demostrar si pueden pelear una titularidad. No llegó un jugador como Bottinelli, al que Leo trajo en su momento para potenciar a Gómez Andrade primero y a Calderón después. Hasta ahora, todo funciona mejor de lo que muchos suponían, pero ya sin Pardo. No es poco. Ni lo que se está logrando, ni tampoco el aporte del que se fue.
¿Y el medio? Lo dicho. La dupla Martínez-Pittón funciona con Madelón. Para el recambio en ese puesto, tiene a Profini y a Giaccone. Cuando al técnico le dijeron que Saravia no venía, creyó que con ellos podía arreglárselas. Dejó la duda el viernes pasado, luego del partido con Tigre. Dio a entender que no tenía recambio, en el banco, para suplir el cansancio que todos observaban de los dos volantes centrales.
¿Llega alguien o queda todo así?
El mercado sigue abierto para Unión porque cedió a préstamo a Francisco Pumpido y Lionel Verde. Palavecino – última incorporación al plantel profesional – fue inscripto antes del cierre del jueves en la Afa. Es decir que no ocupó uno de los cupos y Unión puede sumar dos jugadores. ¿Vendrán dos, uno o ninguno?, es la pregunta. Al parecer, todo entró en un terreno de "quietud", como se dio al inicio del mercado de pases. Este momento no es el ideal porque los contratos están vigentes y se hacen a final de año. El calendario ya no es de julio a junio sino que es de enero a diciembre. Y con el libro de pases cerrado para todos los que no vendieron al exterior, la demanda es escasa pero la oferta de jugadores también. "Algo más van a traer", se animan a decir en Unión, pero si Madelón quiere que ese "algo" llegue rápido, a priori resulta difícil. Aparte, para algunos jugadores el hecho de que el mercado extranjero sigue abierto, es apetecible. Un ejemplo claro es el de Esteban Rolón, que quedó libre de Boca y que Unión quiso en algún momento, pero primero prefirió esperar y ahora, con el pase en su poder, especula con la chance de jugar afuera.
Madelón referenció, el viernes, a Jalil Elías y a Saravia. "Ninguno de los dos quiso venir", dijo el entrenador. Saravia ya está en Belgrano y Elías firmó para Tigre pero no vino a Santa Fe. Y Saravia todavía ni aparece en el banco de Belgrano, ya que seguramente estará buscando su mejor forma física luego de más de medio año sin competir de manera oficial. A priori, parecía más solución Jalil Elías que Saravia, aunque si éste último hubiese llegado en el momento en que Madelón lo pidió, habría tenido tiempo y algunos partidos para lograr su forma física y futbolística para, al menos, ir al banco de relevos.
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