De aceite a jabón: una alianza entre estudiantes y recicladores transforma residuos en oportunidades en Santa Fe
A través de una articulación con el colegio Nuestra Señora del Calvario, la Municipalidad acercó a alumnos que trabajaron en la temática para capacitar a los miembros de la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana, quienes trabajan en la Planta de Reciclaje. Allí se encuentra el acopio transitorio de aceite vegetal usado.
El olor a aceite usado suele ser señal de desecho. Pero dentro del Polo Educativo Ambiental, en la Planta de Tratamiento de Residuos de Santa Fe, ese mismo aceite comienza un nuevo ciclo. Allí, entre los tanques y el murmullo de las máquinas que clasifican, los alumnos y alumnas del colegio Nuestra Señora del Calvario dieron vida a un proyecto que convierte lo que antes se tiraba en un producto útil: jabones artesanales hechos con aceite vegetal reciclado.
El proyecto, que une a la Municipalidad de Santa Fe, el colegio y la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana, nació de una simple pregunta en el aula: ¿qué hace la ciudad con el aceite usado? La curiosidad se volvió acción. Los estudiantes de primer año realizaron el recorrido guiado por el Polo, donde observaron el destino de los residuos, y luego fueron ellos quienes enseñaron a otros: brindaron una capacitación a miembros de la asociación para que aprendan a fabricar los jabones.
“Los alumnos hicieron el recorrido, recibieron la charla y la visita guiada que hacemos en el Polo Educativo para que conozcan lo que se hace acá. Ellos, a su vez, van a dejar algo de su conocimiento, lo cual es muy virtuoso porque lo que nosotros queremos es que suceda esto, que las instituciones o los vecinos de la ciudad que tengan iniciativas de este tipo puedan hacerlo”, explicó Luisina Cuello, directora de Desarrollo Urbano Sostenible.
Las alumnas y alumnos fueron clave en el proceso.
Para los jóvenes, el impacto ambiental del aceite usado fue una revelación. Magdalena Macor, una de las alumnas, contó: “Fuimos investigando cada vez más y nos dimos cuenta de todo el daño que puede hacer tirar un litro de aceite, ya que puede contaminar hasta mil litros de agua. No pensaba que pudiera afectar tanto así al agua o también al suelo, a las tuberías, al ser humano”. Al recorrer la planta, se sorprendió: “No lo podía creer. Nunca había venido acá y no podía creer toda la cantidad de basura. Me doy cuenta de todo lo que contaminamos y no nos damos cuenta. Es muy importante que aprendamos cómo reciclar”.
Un espacio que transforma la basura en recurso
La Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos de Santa Fe, ubicada en el norte de la ciudad, funciona desde 2009 como el corazón del sistema de gestión de residuos municipal. Allí se reciben, clasifican y procesan los desechos que provienen de los hogares, escuelas y comercios. Su función no es solo reducir lo que llega al relleno sanitario, sino también dar una segunda vida a materiales reciclables —cartón, vidrio, plásticos, metales y aceite vegetal—, transformándolos en recursos con valor económico y ambiental.
El espacio fue creciendo con los años: incorporó el Polo Educativo Ambiental, donde se desarrollan recorridos guiados, talleres y capacitaciones para escuelas e instituciones sociales. Su objetivo es promover una cultura del reciclado, mostrar el detrás de escena del tratamiento de residuos y sembrar conciencia sobre el impacto de los hábitos cotidianos.
Aprender, compartir, generar trabajo
En esta oportunidad, el aprendizaje no quedó en las aulas. Claudia González, integrante de la Asociación Civil Dignidad y Vida Sana, contó que la experiencia “nos viene bien, nos hace bien a los compañeros, a la superación y para tener más fuentes de trabajo, un poquito más de sueldo, para la venta”. Y agregó: “Nos gusta que los chicos se acerquen para que tengan conciencia de la basura que hay, que se tira, y que a veces no podemos reciclar bien la mercadería. Pedimos a la sociedad reciclar mejor las cosas porque a veces vienen todas mezcladas y nos cuesta a nosotros el trabajo”.
MCSF
La docente Florencia Campi, que acompaña el proyecto desde sus inicios, explicó que este año continuaron con la propuesta “con la idea de mejorar la calidad del jabón, pensar en otras alternativas a partir del jabón sólido, y el objetivo es empezar a construir lazos con otras instituciones, con otras agrupaciones que vean que en realidad no es un residuo este aceite usado, sino que es un recurso muy valioso y que se puede hacer un montón de cosas”.
La importancia del reciclado
Reciclar no solo reduce la cantidad de residuos que terminan en los basurales; también disminuye la contaminación del agua, del suelo y del aire, ahorra energía y recursos naturales, y genera empleos verdes. Cada litro de aceite que se evita tirar por la bacha es una pequeña victoria ambiental: significa proteger miles de litros de agua y, al mismo tiempo, enseñar que la basura puede tener futuro si se la mira con otros ojos.
De esta manera, el proyecto entre la Municipalidad, el colegio y la asociación civil no solo transforma aceite en jabón, sino también aprendizaje en conciencia y residuos en oportunidades. En la planta del norte, la ciudad de Santa Fe sigue escribiendo su propia historia de reciclaje, una en la que los jóvenes, los trabajadores y el Estado se encuentran en un mismo propósito: cuidar la casa común.