El agro argentino transita el cierre del año con perspectivas alentadoras. Mientras los mercados internacionales tuvieron una semana de baja actividad por el feriado de Acción de Gracias en Estados Unidos, en el país los cultivos de soja y maíz muestran un estado general muy favorable, y el trigo se proyecta hacia una producción histórica que podría rozar las 26 millones de toneladas.
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El agro argentino cierra el año con señales sólidas: soja y maíz en alza y un trigo récord
En un contexto global de poca actividad y volatilidad moderada, los cultivos argentinos avanzan con solidez. La soja y el maíz muestran excelentes condiciones y el trigo se encamina a una producción cercana a los 26 millones de toneladas, aunque con calidad dispar. El especialista Dante Romano analiza los factores que marcarán el tramo final del año y las claves comerciales para 2026.
Así lo detalla el especialista Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, quien analiza los movimientos globales y las oportunidades locales.
A nivel global
En el plano internacional, la soja mantuvo precios estables en un mercado atento al ritmo de compras de China, que reactivó operaciones tras el entendimiento político-comercial con Estados Unidos.
Aunque las adquisiciones parecen responder más a decisiones diplomáticas que a necesidades inmediatas —debido a los altos stocks en puertos chinos y márgenes negativos de molienda—, los embarques previstos a partir de enero podrían restarle espacio a la oferta brasileña.
En Brasil, la siembra arrancó veloz pero luego se frenó por falta de lluvias; las precipitaciones recientes permitieron retomar el ritmo, aunque la campaña aún no ofrece señales concluyentes.
En Argentina, la siembra de soja avanza un 36%, con un atraso de nueve puntos respecto de la campaña pasada por excesos de humedad.
Pese a ello, las condiciones del cultivo son excelentes. Romano destaca que la abundante humedad inicial es una ventaja para el desarrollo temprano, incluso con demoras en las labores.
Además, los últimos embarques impulsados por el esquema temporal de Derechos de Exportación del 0% sostienen los precios de corto plazo, aunque la cola de buques —todavía cercana al millón de toneladas— continúa siendo elevada para esta época del año.
El maíz también atraviesa un momento positivo. La siembra del maíz temprano cerró con alrededor del 35% del área implantada y en muy buen estado, y en algunas zonas ya comenzó la siembra de tardío. La combinación de humedad óptima, demanda sólida y actividad comercial fluida en Estados Unidos y Brasil mantiene al cereal firme.
Producción en alza
Según Romano, todo indica que la producción argentina podría alcanzar sin sobresaltos las 58 millones de toneladas proyectadas. Hacia adelante, advierte que la gran oferta esperada para marzo y abril podría generar presión bajista, mientras que el maíz tardío tendría mayores oportunidades hacia julio si la safrinha brasileña enfrenta problemas.
El trigo, en tanto, deja un panorama mixto. Por un lado, las buenas condiciones en Australia y Estados Unidos suman volumen al mercado global. Por otro, Argentina avanza con rindes sobresalientes que llevaron a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires a elevar la proyección a 25,5 millones de toneladas.
“Estamos frente a una campaña excepcional en volumen”, sostiene Romano, subrayando que se transita un nivel productivo cercano a los máximos históricos.
Sin embargo, la calidad genera inquietud: la proteína oscila entre 9% y 10% en base seca, valores insuficientes para cumplir los estándares de exportación sin fuertes descuentos. Además, las ventas con precio fijado representan apenas el 18% de la producción, muy por debajo del promedio histórico del 28%.
Con mercados globales calmos, pero un escenario productivo sólido en el país, el agro argentino combina oportunidades claras con desafíos comerciales que exigirán monitorear de cerca la evolución sudamericana y las condiciones de demanda internacional en los próximos meses.
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