Un dúo padre-hijo caminó por horas para festejar el bicampeonato de Boca Básquet: la historia
Matías y Joaquín Murias se pusieron un objetivo a principios de año y no sólo lo cumplieron, sino que elevaron un poco más la vara. Del hilo viral en X a tocar la copa en La Bombonerita.
Joaco y Mati con el cuarto título de Boca en el 2024, foto que quieren repetir este año. Foto: Gentileza
Hace algunas semanas Boca Básquet logró un mítico bicampeonato que lo cimentó en la historia de la Liga Nacional como uno de los más grandes. Fueron 17 temporadas sin títulos para el Xeneize, que en la 23-24 se sacó las ganas de dar la vuelta en La Bombonerita y junto a esto, llegaron promesas cumplidas por una familia que tiene el azul y el dorado corriendo por las venas hace muchas generaciones.
Para los Murias, de Villa Ballester en Buenos Aires, Boca no es sólo el club del que son hinchas, Boca es algo que llevan en el corazón. Este martes se hizo viral un hilo en X (ex-Twitter) en el que Matías Murias relataba la travesía de 8 horas que realizó con su hijo Joaquín para cumplir un objetivo que se habían puesto hace meses.
Matías, en contacto con El Litoral, contó la ambiciosa propuesta de Joaquín: “Si Boca sale campeón de la Champions (Liga de las Americas), camino picando la pelota desde casa hasta La Bombonerita”. “Está loco” pensó el padre primero, pero al final el pibe algo sabía.
El año pasado al ver que el equipo que habían armado tenía grandes chances de lograrlo, el niño de 14 años redobló una tradición que corre por la familia hace décadas.
Los Murias no son la típica familia argentina -o tal vez sí- y esto lo digo ya que desde hace muchísimos años tienen una costumbre luego de que Boca salga campeón en fútbol: caminar desde sus casas hasta La Bombonera.
Los festejos de campeón en La Bombonerita. Foto: Gentileza
No fue casualidad que Matías le contagie su emoción y amor por los colores a Joaco. En medio de una situación complicada en el fútbol, este dúo padre-hijo encontró en el básquet una felicidad que hace años no sentían y además… consiguieron que la tradición familiar migre a otro deporte.
Boca le ganó a Instituto 4-2 en las Finales 23-24 y los Murias, sin pensarlo mucho, caminaron -sin picar aún- desde su casa hasta La Bombonerita. Todo indicaba que 16 años sin títulos en la Liga se habían convertido en la antesala a una nueva dinastía Xeneize.
Y el mundo Boca no se equivocó: llegaron a las finales de las Américas y en el torneo nacional se enfrentaron nuevamente a Instituto para lograr un bicampeonato increíble de la mano del coach Gonzalo Pérez.
Con el corazón en una mano y la pelota de básquet en la otra, los Murias salieron de su casa a cumplir otra promesa más.
Pero antes de profundizar en esta aventura, propongo que entendamos un poco mejor la historia de estos dos locos por Boca.
La familia Murias en Boca. Foto: Gentileza
La entrevista
Repasando y conectando de a poco con Matías -además de ir a la cuestión y charlar sobre Boca- hablamos de Jordan, de Deportivo San Andrés (su otra pasión) y del estado actual del básquet en el país.
-¿Por qué Boca?
- No había otra posibilidad. Boca es parte de la religión en casa. Yo lo que digo siempre es que podría haber nacido en otro país o podría haber sido nena o nene. Pero lo que iba a ser seguro era hincha de Boca. Eso no había y no hay ningún tipo de duda.
Mis viejos son fanáticos de Boca, varios de mis tíos son hinchas de boca también. Y así, obviamente nosotros salimos fanáticos de Boca, heredamos esa pasión.
- ¿Familia de básquet o familia de fútbol?
- No, familia 100% de fútbol. Nosotros somos la primer generación que vamos a ver basket. Tenemos una conexión con el basket porque mi tío iba con los jugadores y vivió todo el campeonato 1984 de Deportivo San Andrés.
De hecho, mi tío materno es el que me lleva por primera vez a la cancha de Boca y el que me dice, "Tenés que ver un partido de NBA y miralo hasta el final porque los partidos de NBA son fantásticos”. Bueno, efectivamente era fabuloso y ahí entro yo al básquet.
San Andrés, el otro gran amor de los Murias. Foto: Gentileza
-¿Qué partido era el de Boca? ¿Te acordás o no?
-Sí, obvio que lo recuerdo. El partido que voy a ver con mi tío es un partido amistoso que juega Boca contra la selección de Uruguay. A partir de eso es que el básquet me llega de otra manera, vivo la época de Paco Festa, un fenómeno absoluto del básquet nuestro.
Y después de eso -muchos años después- es que yo voy por las mías a la cancha de Boca. Antes era siempre ir a ver a Deportivo San Andrés. Pero el básquet siempre estuvo, a partir de ese puntapié inicial siempre hubo basket en mi vida.
-¿Jugador preferido de cada uno?
-Martín "Loku" Cuello el mío y el de Joaco es Franco Giorgetti
-Yendo un poco más a la hazaña… ¿Por qué una caminata?
-Eso también viene de familia. Cuando Boca ganaba las Libertadores allá por la década del 70, mis viejos prometieron ir caminando a la Bombonera. Pasaron muchos años desde esas copas, 77 y 78, que gana Boca con Toto Lorenzo y vuelven a hacer las caminatas allá por la década del 2000.
Particularmente juntan varias promesas y van en el 2004. Después de que Boca haya salido campeón de todo: Intercontinental, Libertadores, etcétera. El que redobla la apuesta y es algo que al día de hoy es difícil hasta de creer: mi tío fue y volvió caminando a Boca en el mismo día desde Villa Ballester.
-Uno de las reglas (no escritas) del básquet es no picar la pelota en la calle -entre risas pregunto- ¿Por qué decide romperla Joaco?
-Eso surge cuando Joaquín ve que Boca arma un equipo muy bueno y teníamos muchas chances de competir en lo más alto, entonces le parecía que hacer la caminata no bastaba.
Yo me acuerdo que me lo dijo yendo por Avenida San Martín el año pasado. “Sí llegamos a ganar la Champion tendría que venir picando la pelota”. Pero no, picando la pelota estás loco, no llegamos más le digo…
- ¡Pero aparte con lo que cuesta una pelota hoy en día!
-Justamente hablando de eso, acá tuvimos una particularidad: la pelota con la que salimos de casa se nos pinchó. Mi hermano que vende ropa deportiva y tiene un negocio a unas cuadras me dice: "Vamos al local que yo tengo una idéntica”. Así que fuimos ahí y bueno, hicimos el cambio. Dejamos la pinchada y seguimos camino con la otra.
Joaco viendo a Boca. Foto: Gentileza
- ¿Salió ilesa esa pelota?
- Sí, está perfecta. Está para muchas batallas más.
- Para más caminatas…
- Sí, totalmente.
Sobre Balbi y Unión
En este mercado de pases, el equipo dirigido por Maxi Seigorman cerró un plantel con varios jugadores de renombre, siendo uno de ellos el ex-Boca Franco Balbi.
El base nacido en Junín jugó en el Xeneize en la temporada 22-23, donde llegó a la primera final en 15 años y cayó contra Quimsa.
El dato interesante es que Balbi es protagonista de los dos momentos más dolorosos de los años recientes en Boca: esa final contra el Quimsa de Cosolito y luego la victoria del Flamengo (con el base como figura del carioca) ante Boca en la Champions.
Balbi en Boca
-¿Cuál dolió más? ¿La final contra Flamengo o la final contra Quimsa?
-A Franco lo queremos mucho en Boca, lo que es más, siempre que estuvo en Argentina visitó al club y fue a ver partidos. Así que esa final contra el Flamengo nos puso un poco felices por él. Lo que es más, no te voy a mentir, verlo con la camiseta de Unión me duele un poco.
Lo que dolió en serio fue la final perdida contra Quimsa. Estar tan cerca de la gloria después de tantos años, habiendo llegado con más ilusiones que chances, dolió mucho.
Sobre la NBA y Ginóbili
-¿En la NBA sos fanático de algo o no?
-En mi pared está la camiseta de Boca y escoltando una camiseta de Manu Ginóbili y otra de Boston Celtics.
-¿Y el buzo de los Knicks de Joaco? (Con el que caminó hasta La Bombonera)
-No me molesta, me gusta Boston pero solo "muero" por San Andrés y Boca. A Joaco le compré yo el buzo de los Knicks y también es una franquicia que me gusta bastante.
Matías también habló sobre su amor y fanatismo a Manu Ginóbili “una figura central e inequívoca de nuestro deporte y de nuestro país”.
De todas formas, ambos estuvimos de acuerdo en que tanto la CAB debe mejorar sus formas de presentar la Liga y que ahí debería estar metida la Generación Dorada para ayudar a fomentar el básquet.
El papá de Joaquín citó a Julio Lamas, ídolo de San Andrés: “El básquet hay que hacerlo para que se vea y para que la gente vaya a la cancha”.
Asimismo aprovechó a compartir su frustración sobre la Selección: “Me inquieta haber vivido la Generación Dorada y que hoy Joaquín no esté ni cerca de sentir algo así de increíble”.
La generación dorada, un grupo de jugadores que marcó la historia dentro y fuera de la cancha.
Volviendo a Boca y cerrando
El año pasado, luego de la primer caminata hasta la Bombonerita, Matías y Joaquín cumplieron un sueño: Boca los invitó a sacarse una foto con la copa y hablaron con Martín Leiva.
Este año, esperan lo mismo y ya se pusieron en contacto con el Xeneize. Ahora queda otro sueño por hacerse realidad: presenciar un entrenamiento del equipo y conocer a los campeones.
Joaco arrancó a jugar al básquet en 2023 (con 11 o 12 años) y vive el deporte con una pasión de alguien que lo juega desde la cuna. Así es el básquet. Lo de la familia Murias representa el espíritu deportivo argentino y la importancia del básquet en el país.
-Y si hay un tricampeonato… ¿Qué pasa?
-Lo estamos pensando y la verdad que le seguimos dando vuelta y nos cuesta mucho. Es decir todo el tiempo ¿Y ahora qué? ¿Y ahora qué? Pero bueno, seguiremos pensando. Ojalá tengamos que pensarlo seriamente.
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