Rosario Central vive horas de sorpresa y debate interno. Este jueves, el club de Arroyito informó que Ariel Holan dejó de ser el director técnico del plantel profesional. La ruptura, según comunicó la institución, fue de común acuerdo y en buenos términos, pese a que el equipo viene de coronarse campeón y de firmar una temporada brillante.
Con la vuelta de Ángel Di María como gran emblema y bajo la conducción de Holan, Central volvió a irrumpir en lo más alto del fútbol argentino. El equipo se consolidó como el mejor de la temporada y sumó un nuevo título a sus vitrinas, devolviendo al Canalla al centro de la escena competitiva y emocional de su gente.
El impacto deportivo fue inmediato: identidad de juego, fortaleza en Arroyito y una conexión renovada entre el plantel y las tribunas. Por eso la noticia de la salida del entrenador se leyó como un “bombazo” en el mundo auriazul, que no la tenía en el radar en pleno disfrute del campeonato.
El mensaje del club en redes
El anuncio llegó a través de X, la red donde Central suele comunicar las decisiones fuertes. “Profe, gracias por el título, tu nombre ya forma parte de la historia de Central. Las puertas del club quedan abiertas para siempre”, resumió el mensaje del club, cargado de gratitud y sin rastros de conflicto público.
En la misma línea, la dirigencia destacó el profesionalismo del cuerpo técnico y el vínculo construido con el plantel. El tono del comunicado apuntó a dejar claro que se trata de un cierre de etapa más que de una ruptura traumática, incluso si puertas adentro quedaron debates por el futuro deportivo del proyecto.
Qué viene para Central y para Holan
Tras la salida de Holan, la dirigencia deberá moverse rápido para encontrar reemplazante y aprovechar el envión del título. El desafío será sostener la base del equipo campeón, cuidar la relación con Di María y mantener a Central en el lote de protagonistas del fútbol argentino en los próximos torneos.
Para Holan, la despedida lo deja en la vidriera como un técnico que llegó, ordenó y se fue con un trofeo bajo el brazo. Su nombre queda asociado a una de las etapas recientes más felices del Canalla y lo posiciona como candidato natural en futuras búsquedas de clubes que pretendan construir proyectos ambiciosos.
En Arroyito, en tanto, el hincha convive con una mezcla de sensaciones: la alegría fresca por el título y la incertidumbre por el nuevo rumbo. La pelota volverá a rodar, pero el “profe” que devolvió a Central a la cima ya forma parte de la historia y, por ahora, mirará la próxima función desde afuera.