2026 el efecto electoral externo y Argentina sin tensión en las urnas
Tanto el análisis fundamental como el técnico son tan importantes como deliberadamente ausentes en estas columnas. No es pretensión del autor incursionar, siquiera, en el peligroso oficio de la recomendación. Los factores aquí analizados responden a una lectura política de los centros de poder que influyen sobre el mercado, más que a una simple descripción de su comportamiento.
Cuando Wall Street está cómodo, entran flujos especulativos y el Merval sube rápido.
Argentina fue, en 2025, un ejemplo esquizofrénico de cómo la determinación política puede moldear la dinámica del mercado. Movimientos que parecían fuera de toda lógica —como la sobrerreacción ante las elecciones legislativas— terminaron encontrando explicación en el resultado final, tanto electoral como financiero.
De cara a 2026, con elecciones de medio término en Estados Unidos y un año sin urnas en Argentina, el escenario combina calma política, liquidez global y riesgos latentes: Wall Street marca el pulso y el Merval reacciona con mayor intensidad, una relación clave para no confundir estabilidad con tranquilidad real.
Tocan las legislativas de EEUU
Una idea muy instalada es que, como al gobierno estadounidense le conviene un mercado fuerte, Wall Street va a subir sin sobresaltos hasta las elecciones de medio término. La historia muestra otra cosa. En los años de medio término, el mercado suele incomodarse antes de votar: aparecen recortes, dudas y movimientos bruscos que sorprenden a los menos experimentados.
Más allá del calendario político, la verdadera agenda del mercado pasa por la Reserva Federal.
No suele ser una caída larga, pero sí suficiente para probar la efectividad del mindfulness, como hábito. El mercado limpia riesgos antes de la elección, no después.
La Reserva Federal: más importante que cualquier discurso
Más allá del calendario político, la verdadera agenda del mercado pasa por la Reserva Federal. Cuando la Fed insinúa tasas más bajas o mayor liquidez, los bonos dejan de ser atractivos y el dinero busca acciones.
Eso se ve en ejemplos concretos: una acción grande como NVIDIA, o AMAZON pueden subir de forma sostenida sin grandes titulares. Y ese mismo movimiento se replica en su CEDEAR en pesos.
Si además el dólar se mueve, el impacto es doble. Para el inversor debutante, entender que las tasas mandan más que las noticias es una lección clave.
Al margen y para tener cuenta, la brecha entre el dólar financiero (CCL) y el resto de las cotizaciones cambiarias se viene ensanchando en las últimas semanas.
Volatilidad baja: cuando “no pasa nada”, algo se está gestando
El mercado actual muestra un rasgo típico de estos períodos: movimientos chicos, sustos breves y rápida recuperación. Esa calma suele engañar. Históricamente, cuando la volatilidad es muy baja, el mercado no está relajado, está contenido.
Para quien empieza, esto se traduce así: que una acción no se mueva mucho no significa que sea segura. Muchas veces es solo una pausa antes de un movimiento más fuerte, para arriba o para abajo. Ciertamente es posible que manos fuertes estén acumulando o desprendiéndose de activos “sigilosamente”. Importante: analizar flujos.
Argentina en 2026: menos política, más dependencia externa
El 2026 será un año sin elecciones nacionales en Argentina. Eso reduce el ruido político, pero no convierte al país en un mercado estable. Al contrario: lo vuelve aún más dependiente del contexto internacional.
Cuando Wall Street está cómodo, entran flujos especulativos y el Merval sube rápido, sobre todo en bancos y energía. El problema es que esas subas no tienen amortiguadores. Un recorte ordenado en Estados Unidos suele transformarse en una baja violenta en Buenos Aires. Quien se interese por “comprender”, deberá ver más New York Time, DW, BBC, etc. que seguir la rosca y el chismerío argento.
Merval, dólar y CEDEAR: cómo se ve esto en la práctica
Con un escenario externo favorable, la hipótesis más probable es un Merval con sesgo alcista y un dólar relativamente contenido. Pero esa calma es condicional. Una acción argentina puede subir 30% en pocos meses y perder la mitad de esa suba en semanas si el clima cambia o si lo piensa en dólares o pesos.
El dólar, mientras entren capitales, puede moverse poco y generar sensación de estabilidad. Si el flujo se corta, suele reaccionar de golpe. En ese contexto, los CEDEAR funcionan como termómetro y, muchas veces, como refugio: siguen a Wall Street y además incorporan el movimiento del dólar oficial, o anticipan su movimiento.
Aprender a leer el clima geopolítico y después el precio
Para el inversor que recién empieza, el desafío no es adivinar el próximo movimiento, sino entender el clima general. Mientras Wall Street marque calma y liquidez, Argentina puede acompañar. Pero esa calma no es garantía: es una condición.
En el mercado, cuando todo parece demasiado tranquilo, lo más importante no es cuánto se gana hoy, sino qué tan rápido se puede salir mañana.
El especulador, en esta categoría, analiza las contradicciones geopolíticas desde lo que no se dice y desconfía de las inducciones masivas del pronóstico anunciado por las manos fuertes, entiéndase los 5 fondos de inversión que mueven el mundo y consagran la “teoría de la opinión contraria”, que abordaremos pacientemente el año próximo.