Se escuchan los destinos y se trazan hojas de ruta. Se miden los retornos y se evalúan las consecuencias. Por el futuro del básquetbol argentino y por el de la selección. Los desafíos son diversos, las necesidades de las más variadas, y todo impulsado por una pandemia que reconfiguró el tablero. Y en ese contexto es que aparece como visible una eventual crisis en la Liga Nacional de básquet. Es cierto que pasó muchas. Pero... ¿alguna resultó tan grave como luce la actual?
La realidad muestra que, sin certeza respecto al regreso a la competencia, los equipos argentinos quedaron casi desmantelados. Quedaron muy pocos jugadores, ya que se terminaron contratos y el éxodo provocó una sangría gigantesca. Ahora bien, no sólo para los que están acá el futuro es una incógnita, porque para los que están en el exterior, se presentan chances diferentes para su futuro, y los países a los que podrían ir son una nueva aventura para sus carreras.
En total son 27 los jugadores que ya se fueron a clubes del exterior, especialmente a México y Uruguay. Y si bien existe la posibilidad de que algunos de ellos regresen en la reanudación de la competencia, también debe esperarse que otros, con mejores contratos y una mayor estabilidad económica en otros países, prefieran seguir afuera.
San Lorenzo ya vio partir a cinco de sus figuras nacionales: Nicolás Aguirre, Marcos Mata, Facundo Piñero, Agustín Cáffaro y Luciano González (además del uruguayo Esteban Batista). Pasó en la mayoría de los equipos. Nicolás Romano, Leo Mainoldi, Kevin Hernández, Roberto Acuña, Pedro Barral, Matías Sandes, Alejandro Diez, jugadores de primera línea, también emigraron. Además, otros, como Selem Safar, ya manifestaron que quieren jugar en el exterior. Y aún no comenzaron a moverse con fuerza los mercados de Brasil y Chile, por lo que la estampida podría ser mayor.
La pandemia aumentó las dudas y generó inestabilidad en una competencia que ya estaba cuestionada por algunas de sus normas. Una de ellas, el cupo liberado para jugadores extranjeros.
Una medida que (según los que la aprueban), ayudó a controlar el crecimiento de los salarios de los jugadores nacionales, pero que (para los que la rechazan) limitó las posibilidades de desarrollo para los jugadores nacionales.
Si existía alguna posibilidad de revisar ese reglamento y volver a un límite de dos o tres extranjeros, en las condiciones actuales ya no será tan fácil. Porque con la falta de jugadores mayores por el éxodo, la única alternativa sería recurrir a muchos juveniles.
Pero aparte, en una economía muy castigada y con el precio actual del dólar, reunir los fondos para traer al país buenos jugadores extranjeros será muy difícil. Como se verá, podría esperarse un descenso en la jerarquía de los participantes de la próxima temporada.
Una muestra es lo ocurrido en Atenas de Córdoba, el equipo con mayor historia en nuestra competencia, que se reforzó con tres jugadores provenientes de la Liga Argentina, la segunda categoría. Se trata del alero Gastón Córdoba, proveniente de Central Entrerriano, de Gualeguaychú; Tomás Rossi, de Olímpico de Ceres, y Lucas Machuca, de Petrolero de Plaza Huincul, de Neuquén.
Para comprender un poco mejor lo difícil de la situación, los dos jugadores más dominantes de la Liga, “Penka” Aguirre y Marcos Mata, multicampeones con San Lorenzo, eligieron México y Japón, respectivamente. En el caso del base, seguirá su carrera en un equipo de primera división mexicano, Fuerza Regia, mientras que el alero desembarcará en la segunda división de Japón, en el Saga Ballooners, con un contrato por un año con una opción de renovación por una temporada más.
Sin embargo, la mirada de Leonardo Gutiérrez, el entrenador de Olímpico de la Banda, no parece tan desalentadora: “Me preocupa, no voy a mentir. Pero no me quita el sueño. Muchas veces se fueron jugadores, en 2001 la sangría fue peor. La realidad es que a los entrenadores nos desafía más para tratar de encontrar soluciones y recurrir a los jugadores más jóvenes para tener el equipo a la altura de la competencia”, dijo el DT.
Si los juveniles ganan terreno, tal como ocurrió allá por 2001, cuando la crisis económica también generó un éxodo importante, entonces ya no tendría demasiado sentido la actual Liga de Desarrollo, pensada para darle rodaje y mejorar la adaptación de los jóvenes talentos. Todo deberá replantearse.
Los jugadores no descartan un retorno a la Liga, aunque mucho dependerá de cómo se desarrollen estas experiencias: “Sinceramente, lo voy a tomar como una prueba piloto, aunque siento que me puede gustar jugar en el extranjero. De todas formas, está en mis planes regresar a jugar a la Argentina, porque es una de las competencias más fuertes de América del Sur. Aceptar este desafío de México también era salir un poco de la rutina de la Liga Nacional, y lógicamente que fue por una cuestión económica y de incertidumbre en nuestra competencia”, explicó Facundo Piñero.
Los programas del exterior
Hay jugadores que usaron la alternativa de jugar afuera para no perder ritmo, pero que volverán a la Argentina. Son los casos de Iván Basualdo y Erik Thomas, que tienen contrato con San Martín y Ferro, respectivamente. Sin embargo, no hay garantías de que otros regresen.
La LNBP, la liga de México, se jugará desde el 10 de septiembre hasta el 6 de diciembre. Eso significa que los jugadores que estén allí, si deciden regresar, no podrán participar en el comienzo de la competencia.
En Uruguay, los jugadores que fueron contratados por equipos del Metropolitano, un torneo de ascenso, jugarán hasta septiembre. Aquellos que terminen su participación podrán regresar a tiempo para el certamen argentino. Pero los que se anotaron en conjuntos que juegan la Liga, estarán involucrados en un certamen que empezará en octubre y se prolongará hasta marzo de 2021. Es el caso de Matías Sandes, que firmó con Hebraica Maccabi, y de Leo Mainoldi, que además de jugar el Metro con Stokolmo, lo hará en la Liga con Trouville.
En Brasil, la liga comenzará el 14 de noviembre, por lo que también hay que descartar el regreso de todos los que allí se fueron.
La conformación de los equipos
Por el momento ninguno de los 20 equipos ha decidido abandonar el torneo. Incluso Oberá de Misiones, que estaba al frente de la inconclusa Liga Argentina, también tiene intenciones de actuar en la máxima categoría si se abre una plaza.
La AdC pretende comenzar a jugar en octubre la nueva temporada, con el Súper 20, y desde noviembre la Liga Nacional. Algunos dirigentes creen que es muy pronto para el contexto actual y creen que directamente podría comenzar todo en noviembre, con la eliminación del Súper 20.
“Hay que seguir con la fortaleza de nuestra liga. Estamos trabajando con la CABB, a diferencia de años anteriores, con políticas para ir coordinando la reorganización deportiva del básquet argentino. Son trabajos que quizá tengan impacto en otras temporadas pero no en esta. Hay un standard mínimo que tienen que cumplir los clubes”, dijo Gerardo Montenegro en una entrevista con UCU Web.