Un mosaico de ambientes protegidos resguardan la biodiversidad en Santa Fe
Son más de treinta áreas naturales que conservan su preciado entramado y se tornan esenciales ante la crisis climática global. Humedales y paisajes únicos en plena llanura productiva. Allí, entre ríos y montes, se guarda un tesoro que aún respira y espera ser descubierto.
Uno de los asombrosos ambientes naturales que tiene Santa Fe es Jaaukanigás, en el noreste provincial. Aquí, un contingente navega el serpenteante Menelli, donde habitan yacarés en reproducción, entre tantas especies. Pablo Rodas / Archivo
La provincia de Santa Fe cuenta con un diverso sistema de áreas naturales protegidas que abarca desde humedales y ríos hasta montes chaqueños y llanuras pampeanas. Estas reservas, parques y paisajes protegidos son el corazón de una estrategia provincial y nacional destinada a conservar la biodiversidad, los recursos hídricos y el patrimonio natural de una de las regiones más productivas del país.
Según datos del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático, el Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas (SPANP) incluye más de 30 espacios distribuidos en distintas ecorregiones: el Chaco Húmedo, el Espinal, el Delta e Islas del Paraná, la Pampa Ondulada y la Pampa Interior Plana. Cada una de ellas representa un ambiente singular, con especies, paisajes y funciones ecológicas propias.
Biodiversidad en familia. Archivo
“Es importante comprender que las áreas protegidas son una estrategia de conservación de recursos y servicios de la naturaleza que hacen posible nuestra vida, nuestros alimentos, nuestras medicinas”, dice Luciana Manelli, desde la Dirección de Bosques y Áreas Protegidas de la Provincia. “No debemos pensarlas como externas a nuestra cotidianeidad, preservar estos espacios es preservar la vida”.
Entre las áreas provinciales, se destacan la Reserva Natural Manejada Potrero 7B y el Parque Provincial Cayastá, junto con las reservas hídricas naturales de los arroyos Saladillos, Sauce Pavón y Río Carcarañá, que preservan cursos de agua fundamentales para el equilibrio ambiental del sur santafesino. También forman parte del sistema espacios emblemáticos como el Humedal Laguna Melincué, que además está reconocido internacionalmente como Sitio Ramsar por su valor en la conservación de aves migratorias y humedales de importancia global.
En el centro y norte del territorio, las reservas naturales manejadas y privadas de usos múltiples cumplen un rol esencial al integrar la conservación con actividades productivas sostenibles. Es el caso de Isleta Linda, Guapo Í, La Herminia, Las Vertientes, Los Ceibos, Puesto El Mesías o El Estero, entre muchas otras, que funcionan como corredores biológicos dentro del mosaico rural y ribereño santafesino (ver mapa).
Todos los ambientes pueden ser visitados. Archivo
Por su parte, las áreas nacionales —como el Parque Nacional Islas de Santa Fe y la Reserva Natural de la Defensa Campo Garabato— refuerzan la protección de los ecosistemas fluviales del Paraná medio, uno de los sistemas de humedales más extensos de América del Sur. El Parque Nacional, en particular, protege más de 4.000 hectáreas de islas y cauces donde conviven especies como el carpincho, el lobito de río y el ciervo de los pantanos.
Los flamencos rosados habitan varios ambientes de la provincia. En la ciudad de Santa Fe se los suele ver en la zona de El Chaquito. Archivo
Sitios Ramsar
En total, Santa Fe cuenta también con tres Sitios Ramsar de reconocimiento internacional: Jaaukanigás, en el noreste provincial; Humedal Laguna Melincué, en el sur; y Delta del Paraná -compartido con la provincia de Entre Ríos-, en el sector costero del centroeste y sureste. Estos espacios están integrados a la red global de humedales de importancia ecológica y son claves en la mitigación del cambio climático, al actuar como grandes sumideros de carbono y reguladores del ciclo hídrico.
Los irupé, una belleza natural de las islas santafesinas. Archivo
“En muchas de las áreas protegidas se han revitalizado o convocado a los comités de manejo o consultivos, conformados por el Estado y las organizaciones de la sociedad civil que habitan en las cercanías o dentro de las mismas, fomentando una gestión colaborativa y fuertemente anclada en el territorio”, destaca Manelli.
Este yacaré habita el Parque Nacional islas de Santa Fe, en la zona de Gaboto. Archivo
La importancia de estas áreas protegidas no se limita a su valor ecológico. También representan oportunidades para la educación ambiental, el turismo responsable y la investigación científica, además de funcionar como barreras naturales frente a las inundaciones, la erosión y los impactos del uso intensivo del suelo.
En algunos parques hay zonas de descanso y acampe. Archivo
Cuidar el futuro
En un contexto de transformación del paisaje por la expansión agropecuaria y urbana, el desafío provincial es fortalecer la gestión de este sistema, garantizando recursos y articulación con municipios, comunas y propietarios privados.
“Santa Fe tiene una enorme riqueza natural distribuida en todo su territorio; conservarla es también una forma de cuidar el futuro de nuestras comunidades”, señala Manelli desde su área de Bosques, dependiente del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático, organismo responsable del monitoreo del SPANP.
Los patrullajes de control y monitoreo en los parques son permanentes, por agua y por tierra. Archivo
Así, entre humedales, montes y pastizales, las áreas naturales protegidas de Santa Fe componen un verdadero mapa de vida, donde se resguarda no sólo la biodiversidad, sino también la memoria ecológica y cultural de la provincia.
-¿Qué valor natural tienen estos ambientes en el contexto territorial argentino?
-Geográficamente, Santa Fe es una provincia de transición que tiene muestras de ecorregiones muy variadas y por lo tanto la posibilidad de proteger mosaicos de ecosistemas muy diferentes y por lo tanto de muy variada biodiversidad. Por eso también el Sistema de Áreas Naturales Protegidas genera esta interconexión de ambientes tan variados -dice Manelli.
Las islas, un paisaje bien santafesino. Archivo
-¿Cuáles son hoy los desafíos que tiene la Provincia para proteger estos ambientes a futuro?
Los desafíos son también del presente. El horizonte de acción en el contexto de crisis global actual (climática, de biodiversidad, etc) se ha acortado drásticamente y necesitamos actuar sin demora. El mayor desafío es comprender que no hay más tiempo y se debe proteger a nuestras comunidades, las especies y territorios con urgencia.
Los guardaparques son guías en las reservas. Archivo
-¿Qué tiene que tener en cuenta la ciudadanía para contribuir a ese cuidado?
-Ser un turista responsable, no interactuar con la fauna silvestre, no comprarlos ni mascotizarlos. No encender fuego y denunciar cualquier situación de riesgo al 911.