El líder norcoreano, Kim Jong-un, anunció que el país presentará una nueva política para impulsar tanto su arsenal nuclear como sus fuerzas armadas convencionales.

Pyongyang se prepara para una nueva política militar que definirá su futuro armamentístico, con un enfoque en la modernización de sus fuerzas convencionales.

El líder norcoreano, Kim Jong-un, anunció que el país presentará una nueva política para impulsar tanto su arsenal nuclear como sus fuerzas armadas convencionales.
Este anuncio se realizó durante una visita a instalaciones de investigación de armas, y la nueva estrategia se dará a conocer en una próxima reunión clave del gobernante Partido de los Trabajadores.
Aunque la fecha de este encuentro aún no se ha hecho pública, analistas sugieren que podría celebrarse a principios del próximo año.
Desde la fallida cumbre con Estados Unidos en 2019, Corea del Norte ha dejado claro que no renunciará a su programa atómico. De hecho, ha llegado a declararse un estado nuclear "irreversible". Esta postura se ha visto reforzada con una serie de pruebas de misiles y una retórica cada vez más beligerante.

Kim Jong-un enfatizó la necesidad de "modernizar" las fuerzas armadas del país. Esta modernización se suma a los objetivos militares presentados en el último congreso del partido en enero de 2021, donde se comprometió a desarrollar tecnologías avanzadas como satélites espía militares y misiles balísticos intercontinentales de combustible sólido.
Las declaraciones de Kim refuerzan la idea de que el régimen no se centrará únicamente en su programa nuclear. La prioridad ahora es también renovar su poderío militar convencional, un área en la que Corea del Sur y sus aliados mantienen una clara superioridad tecnológica. En los últimos meses, Kim ha insistido en la importancia de reemplazar tanques y vehículos blindados obsoletos por modelos más modernos e intensificar el entrenamiento militar.
Este nuevo énfasis en las fuerzas convencionales cobra especial relevancia tras la participación de Corea del Norte en la guerra de Rusia en Ucrania.

Según informes, Pyongyang ha enviado unos 15.000 soldados en apoyo a las fuerzas rusas, una operación que habría resultado en aproximadamente 2.000 bajas. Este escenario podría estar impulsando la necesidad de modernizar un ejército que ha demostrado vulnerabilidades en el campo de batalla real.
La nueva política militar subraya la determinación de Corea del Norte de seguir fortaleciendo su capacidad defensiva y ofensiva, lo que plantea un desafío adicional para la estabilidad en la península coreana y la seguridad global.
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