Una mujer yazidi de 20 años revivió la tragedia de su infancia al reencontrarse con su captor, un combatiente de Estado Islámico (ISIS) que ahora está preso en Irak y se enfrenta a una posible condena a muerte.
Una mujer yazidi de 20 años revivió la tragedia de su infancia al reencontrarse con su captor, un combatiente de Estado Islámico (ISIS) que ahora está preso en Irak y se enfrenta a una posible condena a muerte.
Ashwaq Haji Hamid fue raptada por el grupo terrorista cuando tenía 14 años, después la separaron de su hermana menor y el combatiente que la tomó como esposa la violó.
Cuando vio la oportunidad, se liberó mediante un ardid, terminó en Europa y ahora vive otra vez en Irak.
Recientemente, la joven se enteró que su captor fue apresado, le dieron la posibilidad de confrontarlo y aceptó.
La secuencia fue filmada por la cadena de televisión iraquí Al-Iraqiya y difundida por el Instituto de Investigación sobre Medios en Medio Oriente (MEMRI).
En las imágenes puede verse al terrorista Abu Humam, vestido como prisionero, frente a Ashwaq, con la intermediación de un periodista de la cadena.
"¿Por qué me hiciste esto? ¿Porque soy yazidi? Yo tenía 14 años cuando me violaste, la edad de tu hija, de tu hijo, de tu hermana", le dijo Ashwaq, conmocionada.
Los yazidíes son una minoría de orígen kurdo asentada en su mayoría en el norte de Irak y también en Turquía.
Fueron blanco de una enorme brutalidad por parte del ISIS cuando en 2014 ocupó la ciudad de Mosul y grande parte del país, imponiendo su "califato".
Específicamente, el grupo yihadista inició una campaña masiva de esclavización de mujeres yazidíes, que fueron luego vendidas o asignadas como esposas a sus combatientes.
De acuerdo con las autoridades, unas 6.400 yazidies fueron secuestradas por el ISIS y sólo se conoce el destino de la mitad de ese número, que pudieron escapar o fueron rescatadas.
Además, 360.000 yazidíes abandonaron sus hogares escapando de los terroristas, que fueron finalmente derrotados en Irak en 2017, en tanto que 100.000 abandonaron el país.
"Destruiste mi vida. Me robaste todos los sueños. Pero ahora sabrás el significado del tormento, la tortura y la soledad", le dijo Ashwaq al captor durante la filmación.
La joven, al verlo, se desmayó, fue asistida y luego se produjo el intercambio de palabras.
Mientras tanto, Abu Humam se enfrenta a una posible pena de muerte como castigo por sus actos.
"Aún si me dejaran matarlo, yo no querría ensuciarme las manos con él, pero demando al gobierno que haga justicia. No sólo por mí, ya que quién sabe a cuantas otras mujeres yazidíes violó después", señaló la mujer.
Según recuenta Ashwaq, quien tiene ahora 20 años, ella formaba parte de un grupo de unas 300 o 400 niñas yazidíes enviadas a la ciudad para ser vendidas o entregadas como "regalos" a diferentes combatientes del ISIS.
"No esperaba que me violara, porque yo tenía 14 años. Pero me ató con esposas y me violó. No pasaba un día sin que me golpeara", relató.
En su testimonio durante el juicio, Abu Human reconoció su conducta y explicó que Ashwaq le fue entregada como premio por su participación en el ataque sobre la ciudad de Sinjar.
"Me la llevé una noche y la violé al día siguiente, creo.
Ella no quería, así que la golpeé hasta que aceptara. Al día siguiente la volví a violar. Y un día después de eso la llevé ante el juez, que la registró bajo mi nombre", confesó.
Tras diez meses de tormento, Ashwaq ideó un plan junto a otras cautivas.
Durmieron con somníferos a sus celadores y huyeron hacia las montañas de Sinjar, donde se encontraron con miembros de las milicias kurdas peshmerga, que combatían contra el ISIS en la región.
Ashwaq se convirtió entonces en refugiada y comenzó, como tantos de sus compatriotas, el largo camino hasta Europa, buscando protección.
Ya en Alemania se reencontró con uno de sus hermanos, en 2015; incluso llegó a encontrarse en aquel país con Abu Humam, quien también figuraba como refugiado y en esa ocasión, la trató de manera civilizada.
La mujer quedó espantada y volvió a radicarse en el kurdistán iraquí junto a su padre, con quien aún vive.
Abu Humam retornó a Irak, donde fue rápidamente apresado por las fuerzas de seguridad y ahora espera una condena que podría redundar en el final de sus días.
Con información de NA