El sábado se definió fecha y lugar para la esperada reunión entre Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, y Donald Trump, su par de los Estados Unidos de América, en el marco de las negociaciones por la guerra en Ucrania.

Estados Unidos y Rusia vuelven a hablar de forma directa con Europa expectante por el rol que cumplirán en los eventuales acuerdos.

El sábado se definió fecha y lugar para la esperada reunión entre Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, y Donald Trump, su par de los Estados Unidos de América, en el marco de las negociaciones por la guerra en Ucrania.
El diálogo diplomático entre ambos países comenzó a restablecerse en el primer cuatrimestre de este 2025, luego de tres años sin interacción directa formal, concluyendo con el arribo de Steve Witkoff, enviado especial de los Estados Unidos al Medio Oriente, a Moscú, donde se sentaron las bases de la cumbre.

Sin detalles del temario, la logística ni la localización específica, el encuentro de este viernes 15 de agosto es el puntapié inicial de un eventual acuerdo que deberá contemplar varias aristas: la hostilidad sin freno en la zona de conflicto, la presión de Trump en otros acuerdos de paz, la posibilidad de mayor avance ruso y el temor de Europa por su exclusión de la firma.

Con un repaso sobre estos elementos, Joaquín Bernardis, miembro del Observatorio de Política Internacional (OPI) de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), habló en CyD Litoral.
El cruce entre los dos líderes se dará tras unos meses en los que Donald Trump abrochó una serie de triunfos diplomáticos que se traducen en derrotas directas de Vladimir Putin.
Rusia ha perdido terreno en su influencia sobre Medio Oriente y Asia Central. El cambio de régimen en Siria impactó en una salida del Kremlin, que a su vez afectó a Irán, un aliado regional. Cómo si fuera poco, la firma de paz entre Armenia y Azerbaiyán se dio en Washington, dando paso a su vez una intervención directa del gobierno de Trump en la construcción del corredor libre.
“Esto marca dos victorias que tuvo Trump. La primera fue en su momento con Siria, bien, con este cambio de régimen que, con Ahmed Huseín al-Charaa logró mover a los rusos de ese de esa parte de Medio Oriente y ahora se fueron los rusos también de Armenia. Está perdiendo proyección internacional Rusia”, resaltó Bernardis.

Sobre la reunión, el especialista la describió como “bastante exploratoria”, indicando que cada parte deberá ceder en sus pretensiones y que difícilmente se llegue a puerto en la primera jornada.
“Ya Donald Trump dijo que va a haber intercambio de territorio. Rusia por lo menos lo que dijo Trump, es que va a tener que ceder esas pretensiones del 20% del territorio. Y Ucrania potencialmente tiene que ceder territorio”, aclaró Bernardis.

El peso con el que cuenta el inquilino de la Casa Blanca por su condición específica de líder y por el historial reciente de triunfos, servirán para eventuales presiones para ambos actores directos de la guerra. Kiev ya ha cedido hace pocos meses con legislaciones en favor de Washington respecto a sus tierras raras.
La extensión del periodo de guerra podría llegar también por intención del lado ruso. El licenciado en Relaciones Internacionales remarcó que Rusia esta en su “momentum” y agregó: “Está avanzando en el territorio ucraniano. Paso lento, pero está avanzando. Si ven que cierran los números en el Ministerio de Defensa Ruso y para Putin, podrían extender un poco más la guerra, conquistar un poco más de territorio y tener mejor posición negociadora a fin de año”.

“Rusia está avanzando en el terreno, entonces no tiene tantos incentivos para sentarse a negociar hoy, al menos que las sanciones que ponga Estados Unidos lo afecten, pero en estos últimos dos años y medio, casi tres, no no afectó demasiado”, agregó el columnista.
Sobre el papel que tomará el presidente de Ucrania, Volodmy Zelensky, Bernardis destacó que Trump “no tuvo mucha expectativa esta reunión, por eso tampoco invitó a Zelensky”.
El mandatario ucraniano, sostenido en el poder por el contexto de guerra de su país, ha sido víctima del ida y vuelta del magnate estadounidense, que incluyó episodios como la particular reunión en el Salón Oval que contó con una televisada humillación junto al vice J.D Vance.

Europa ha manifestado su preocupación por la eventual exclusión de su aliado estratégico en el conflicto y posible pérdida de influencia, considerando que uno de los argumentos iniciales de Putin para iniciar la invasión recayó en la intención de adhesión a la OTAN y Unión Europea.
“Este miércoles en teoría va a haber un llamado con los líderes europeo y Zelensky como para tranquilizarlos. Están muy preocupados cruzando el charco porque es una reunión en la que en la mesa no va a estar sentado un representante europeo ucraniano”, reforzó Bernardis y agregó: “Hay bastante bastante preocupación del lado europeo por la sesión territorial que dijo Donald Trump. Bien, eso despertó revuelos”.
La jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, ex presidenta estonia y vividora del temor de la frontera rusa, es una de las funcionarias más efusivas en la crítica a este encuentro. “Cualquier acuerdo entre Estados Unidos y Rusia debe incluir a Ucrania y la UE, dado que es un asunto concerniente a la seguridad de Ucrania y de toda Europa”, declaró en la semana.

Este martes, Kallas profundizó al ser la voz del drama europeo: “Está claro que Putin solo finge negociar. Solo busca una fotografía diplomática con Trump”.
Respecto al plano futuro de la discusión, Bernardis expresó: “Lo ideal sería que en la segunda estén presente ambas partes. Funcionarios de alto nivel, tanto ucranianos como rusos.”
Los 16 jefes de Estado de los países miembros de la Unión Europea han firmado este martes un documento afirmando que Ucrania debe decidir por sí misma su futuro.
“El camino hacia la paz en Ucrania no puede decidirse sin Ucrania”, indica la declaración conjunta y agrega: “Las negociaciones significativas sólo pueden tener lugar en el contexto de un alto el fuego o una reducción de las hostilidades”.
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