La Torre de la Grulla Amarilla, ícono de Wuhan y clásico de la poesía china, apareció “congelada” en Harbin: una versión esculpida en hielo que se convirtió en una de las postales más comentadas del arranque de la temporada.

Una réplica tallada en hielo de la emblemática Torre de la Grulla Amarilla se robó la escena en la apertura del Harbin Ice-Snow World, el gigantesco parque temático invernal del norte de China.

La Torre de la Grulla Amarilla, ícono de Wuhan y clásico de la poesía china, apareció “congelada” en Harbin: una versión esculpida en hielo que se convirtió en una de las postales más comentadas del arranque de la temporada.
La obra forma parte del Harbin Ice-Snow World, que abrió su 27ª edición al público y presentó una escala récord, con un predio que se extiende por 1,2 millón de metros cuadrados.
Según los organizadores y reportes locales, el complejo combina esculturas monumentales con actividades invernales, shows y despliegues tecnológicos pensados para el recorrido nocturno, cuando las piezas ganan impacto con la iluminación.
En ese mapa, la “torre” inspirada en el monumento de unos 1.800 años de antigüedad destacó como punto fuerte: un puente visual entre el sur y el norte de China, y uno de los lugares más buscados para fotos entre los visitantes.
La propuesta se completa con réplicas de otras construcciones y guiños internacionales: en la misma edición conviven referencias a edificios chinos y piezas dedicadas a Bélgica, país invitado, en un mix de estilos que el parque promociona como un “mundo de fantasía”.