Rumbo a los cuatro años de guerra, la situación entre Rusia y Ucrania no parece reflejar avances concretos en la búsqueda de la paz, a pesar de las particulares reuniones establecidas entre los principales representantes.

Las reuniones, encabezadas por Donald Trump, contaron también con representantes europeos. No se reflejan avances rápidos.

Rumbo a los cuatro años de guerra, la situación entre Rusia y Ucrania no parece reflejar avances concretos en la búsqueda de la paz, a pesar de las particulares reuniones establecidas entre los principales representantes.

Con Alaska como sede, Donald Trump y Vladimir Putin restablecieron el diálogo directo entre Estados Unidos y Rusia, mostrando indicios de lo que podría ser un futuro acuerdo, pero sin sentarse en la misma mesa Volodimir Zelensky.
Los que también pretenden negociar son los representantes europeos y de la OTAN, que resaltan su preocupación por quedarse fuera de la puja y siguen cuestionando al Kremlin. En paralelo, Moscú parece no ceder lo suficiente y siguen los ataques mutuos en el este de Europa.
Sobre las dudas sobre concretos avances tras las cumbres de las últimas semanas, Joaquín Bernardis del Observatorio de Política Internacional (OPI) de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), habló en CyD Litoral.
A diferencia de los meses más cercanos, donde se estancó la situación nuevamente en una guerra de lento avance en el frente, Joaquín Bernardis destacó que “las últimas dos semanas hubo bastante movimiento diplomático”.

Uno de los elementos relevantes del arribo masivo europeo a la Casa Blanca, según Bernardis, recae en evitar “lo que sucedió en febrero, ese desplante que hizo Donald Trump a Zelenski”.
“¿Hay negociaciones de paz?, esa es la pregunta”, indicó Bernardis y respondió: “Hay que ir un pasito, un pasito más atrás”.

“Le sirvió bastante la cumbre a Vladimir Putinn para ganar tiempo porque tiene la ventaja en el terreno. Está avanzando de manera lenta, pero está avanzando en el territorio ucraniano”, detalló el especialista y agregó: “Lo cierto es que Ucrania también está utilizando mucho los drones para atacar a los soldados rusos y también el territorio ruso”.
“El conflicto sigue como si no hubiese pasado nada”, comentó el licenciado y luego asintió al concepto de “acercamientos”, más que de “negociaciones”.

“Vladimir Putín no tiene mucho más que ganar tiempo. Porque lo cierto es que movió los hilos para tener la cumbre, se ganó un par de días más y estuvo la contracumbre porque logró que no se sienten o no participen los europeos. Entonces tuvo que obligar a Trump a tener una segunda cumbre y luego que ellos debatan internamente porque esa mesa, como vimos comparada con la que tuvo con Putín es mucho más grande, complejiza más la negociación. Claramente le permite ganar tiempo para avanza”, explicó Bernardis.
Un aspecto destacado también fue la ganancia de Putin de su foto en suelo estadounidense, mientras continúa rigiendo su orden de arresto internacional.
Sobre las posibilidades de que la discusión avance a un plano directo, Bernardis comentó: “El resultado de de ambos encuentros era de que Zelenski y Putín se reúnan bien en un plazo de un mes, pero lo cierto es que no hay demasiado movimiento al respecto o por lo menos no es público”.
“En el terreno continúan los ataques como si no hubiese pasado nada”, remarcó respecto a casos como el más reciente de Rusia, que atacó nuevamente Sumy, provocando una muerte y varios heridos, o los intentos ucranianos contra la central nuclear de Smolensk.

Sobre qué pedían los europeos, el licenciado dijo que solicitaban “un retiro de las tropas rusas del territorio ucraniano y también un cese al fuego. Y Zelenski específicamente muy preocupado por su país, en no perder territorio y obtener garantías de seguridad”.
La posición rusa de extender la negociación “de momento, parece ser esa posición la ganadora” porque “Rusia tiene el músculo militar todavía intacto como para avanzar unos meses más y ganar más terreno. Claramente le va a servir bastante”.
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