Tras la cumbre sobre Ucrania en Washington, a principios de esta semana, algunos países occidentales trabajan bajo presión para definir los detalles de unas garantías de seguridad fiables para Kiev.

En la discusión sobre las comentadas "garantías de seguridad" reclamadas desde hace tiempo por el gobierno ucraniano, el presidente estadounidense Donald Trump le insistió a sus aliados con la idea de enviar fuerzas terrestres para asegurar un alto el fuego. ¿Qué países europeos están predispuestos a hacerlo y cuáles todavía muestran cierta resistencia?

Tras la cumbre sobre Ucrania en Washington, a principios de esta semana, algunos países occidentales trabajan bajo presión para definir los detalles de unas garantías de seguridad fiables para Kiev.
Donald Trump expresó su apoyo a dichas garantías, pero descartó categóricamente el despliegue de tropas terrestres estadounidenses en territorio ucraniano. En cambio, asumió en declaraciones a Fox News que Alemania, Francia y Gran Bretaña estarían dispuestos a enviar tropas a ese país para asegurar un camino hacia la paz.

Sin embargo, en el caso de Alemania, habría ciertas reservas sobre las garantías de seguridad. "Todavía no se ha concretado cómo será la contribución alemana a las garantías de seguridad y eso deberá determinarse política y militarmente", declaró el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, frenando así las expectativas del presidente estadounidense.
Evidentemente, en Alemania aún existe demasiada incertidumbre sobre este tema. "Esto deberá debatirse con cuidado, son conversaciones que se están llevando a cabo ahora", explicó el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Johann Wadephul.
"Hasta ahora, Alemania ha mostrado una gran disposición para asumir la responsabilidad en este conflicto", añadió. Sigue sin quedar claro bajo qué mandato crear una fuerza internacional de mantenimiento de la paz de ese tipo.
El partido alemán de la oposición La Izquierda aboga por una misión de paz de la ONU y no de la OTAN, para evitar una confrontación directa entre la OTAN y Rusia.
Por su parte, el primer ministro británico Keir Starmer expresó su disposición a enviar tropas británicas de paz a Ucrania, pero solo después de un posible fin de la guerra. Londres estaría entonces dispuesto a asumir un papel de liderazgo, según Starmer.
Esto podría incluir el despliegue de tropas, por ejemplo, para supervisar un alto el fuego. En febrero pasado, el periódico británico The Telegraph había informado que el gobierno de Londres ya había elaborado un plan concreto: el despliegue de hasta 30.000 soldados de todos los países europeos que deseen intervenir en Ucrania.
Los soldados europeos estarían estacionados en ciudades y puertos, y cerca de infraestructuras especialmente críticas, como centrales nucleares, pero lejos del frente de guerra.

Además, la misión se basaría en gran medida en la vigilancia técnica. Según Starmer, es de esperar que representantes de la llamada "coalición de los dispuestos" se reúnan con sus socios estadounidenses esta semana para ultimar las garantías de seguridad para Kiev.
Finalmente está la posición de Francia, que adhiere a un posible despliegue de "miles de soldados". en tal sentido, el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió recientemente que "esta paz no debe ser precipitada" y que "debe estar respaldada por garantías sólidas". De lo contrario, dijo, "volveremos al punto de partida".
En marzo, Macron, que trató a Vladímir Putin de "depredador", presentó un plan con "unos pocos miles de soldados por nación" estacionados en lugares estratégicos, como Kiev, Odesa y Leópolis.
La misión multinacional sería sólo defensiva y serviría principalmente para la disuasión, el entrenamiento y la estabilización. En el pasado, Francia ya realizó maniobras en condiciones realistas simulando un despliegue en Ucrania, aunque en suelo francés.
En definitiva, el panorama en Europa es muy heterogéneo en cuanto a la participación de una posible misión internacional de paz en Ucrania. Dinamarca, Suecia, Países Bajos, España, Portugal y los países bálticos se mostraron dispuestos a participar. Otros, en cambio, tienen muchas reservas, como Polonia, Hungría y Eslovaquia. Por su parte, Austria e Italia también son cautelosos.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, expresó su escepticismo sobre el envío de tropas de la OTAN, y prefiere una misión liderada por la ONU. En cualquiera de los casos, lo que está claro es que nada puede hacerse sin un acuerdo previo con Moscú. Sin embargo, Rusia ha rechazado categóricamente hasta ahora el estacionamiento de tropas de países de la OTAN en Ucrania.
Hasta el momento, el Kremlin no ha dado señales de que vaya a cambiar de opinión pronto, a pesar de que hay indicios de que Putin y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, podrían reunirse en persona en las próximas semanas.
El propio ministro de Relaciones Exteriores alemán frenó tales expectativas: "Recomiendo esperar a ver si se entablan conversaciones". "Y, en segundo lugar, si hay conversaciones, si se llega a un acuerdo sólido. Todos estamos esperando a Rusia", consignó Wadephul.
La Fuerza Aérea ucraniana anunció este jueves que Rusia atacó durante la noche con 574 drones y 40 misiles objetivos en todo el país, incluida la parte oeste, en la mayor ofensiva aérea del régimen de Moscú de las últimas semanas.
Esto, en un momento en el que los aliados occidentales debaten potenciales garantías de seguridad para Ucrania en el marco de unas futuras conversaciones de paz con Rusia.
Las defensas ucranianas lograron neutralizar 546 drones, tanto kamikaze como drones réplica utilizados para saturar las defensas, y 31 misiles, según el balance provisional ofrecido por Kiev.
Entre los proyectiles derribados había un misil Kinzhal, 18 misiles Kh-101 y 12 misiles Kalibr. Las autoridades regionales de Leópolis, también en el oeste, ya habían informado de una víctima mortal y de dos heridos, uno de ellos grave, a causa de los ataques rusos de las últimas horas.
(*) Nota original de Thomas Latschan.
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