En el mundo del cuidado personal, las uñas cumplen un rol mucho más importante de lo que parece a simple vista. No solo forman parte de la imagen que proyectamos, sino que también reflejan el estado general de salud.
Conocé ventajas, desventajas y secretos de cada técnica para mantener las uñas fuertes, saludables y con una forma impecable, sin descuidar detalles que hacen la diferencia en tu rutina de cuidado diario.
En el mundo del cuidado personal, las uñas cumplen un rol mucho más importante de lo que parece a simple vista. No solo forman parte de la imagen que proyectamos, sino que también reflejan el estado general de salud.
Al momento de mantenerlas prolijas, surge una pregunta que divide opiniones: ¿es mejor limarlas o cortarlas? Aunque ambas técnicas tienen su lugar en la rutina, entender cuándo usar cada una y cómo hacerlo correctamente puede marcar la diferencia entre unas uñas cuidadas y unas debilitadas.
A continuación, en Revista Nosotros analizamos los beneficios de cada opción, detallamos los posibles riesgos si no se aplican de forma adecuada y brindamos recomendaciones para conseguir un acabado prolijo y saludable, tanto en manos como en pies.
Limar las uñas es, para muchos especialistas en estética, el método más delicado. La lima permite dar forma de manera gradual y precisa, sin generar un impacto brusco que pueda favorecer la aparición de pequeñas fisuras. El limado continuo elimina las irregularidades de los bordes y ayuda a mantener la longitud deseada sin perder grosor.
Al limar, es fundamental hacerlo siempre en la misma dirección. El movimiento de “ida y vuelta” tan común debilita la estructura de la uña, abriéndola en capas. Por eso, conviene limar desde los laterales hacia el centro, con pasadas suaves que eviten generar calor o presión excesiva.
Otro punto clave es la elección de la lima adecuada. Las de cartón o cristal suelen ser más amigables con las uñas naturales, mientras que las metálicas, aunque eficaces, pueden ser demasiado abrasivas. Además, el grano de la lima también importa: las de grano más fino son ideales para pulir y dar forma, mientras que las de grano grueso se reservan para uñas más gruesas o artificiales.
Ventajas de limar:
Cortar las uñas con tijera o alicate es un método rápido y práctico, especialmente útil cuando la uña ha crecido demasiado o cuando hay que nivelar varias uñas a la vez. Sin embargo, este sistema no está exento de riesgos. Un corte demasiado corto puede provocar que la uña se encarne, sobre todo en los pies, o que el borde quede irregular, favoreciendo enganches.
Cuando se decide cortar, la clave está en no acercarse demasiado a la piel. Dejar al menos un pequeño margen de la uña libre protege tanto la matriz como los laterales, reduciendo la probabilidad de inflamación o dolor.
El tipo de herramienta también es determinante. Las tijeras curvas están diseñadas para adaptarse al contorno natural de la uña, mientras que los alicates ofrecen más fuerza, ideal para uñas más duras o gruesas. Después del corte, se recomienda repasar siempre los bordes con una lima para suavizar las posibles aristas que pueden engancharse.
Riesgos al cortar:
La elección entre limar o cortar depende en gran medida del tipo de uña, su grosor y la rutina de cuidado que tengamos. Para quienes llevan las uñas cortas y las mantienen con constancia, limarlas cada pocos días suele ser suficiente. En cambio, si la uña creció demasiado, cortarla primero y luego perfeccionar la forma con la lima es una buena estrategia.
Algunos consejos básicos para un cuidado integral incluyen:
Además, es importante recordar que una buena alimentación, rica en proteínas, hierro y vitaminas, influye directamente en la salud y resistencia de las uñas.
En resumen, limar o cortar no son técnicas excluyentes: ambas pueden formar parte de la rutina de cuidado, siempre que se realicen correctamente y se adapten a las características de cada persona. Lo importante no es solo cómo se acorta la uña, sino cómo se la protege después para lucir siempre prolija, fuerte y saludable.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.