El último período de Mercurio retrógrado de 2025 concluye este sábado 29 de noviembre y marca un giro clave después de varias semanas atravesadas por demoras, confusiones y contratiempos en distintos planos de la vida cotidiana.

Finaliza el último período de retrogradación de 2025 y trae alivio en la comunicación, la tecnología, las decisiones y los vínculos. Qué cambios se empiezan a sentir desde ahora.

El último período de Mercurio retrógrado de 2025 concluye este sábado 29 de noviembre y marca un giro clave después de varias semanas atravesadas por demoras, confusiones y contratiempos en distintos planos de la vida cotidiana.
Con el cierre de este tránsito planetario, el desorden que muchos sintieron en lo personal, laboral y digital comienza a disiparse. La sensación general es de mayor estabilidad, claridad mental y fluidez en los planes que habían quedado en pausa.
A continuación, cinco aspectos que empiezan a normalizarse tras el fin de Mercurio retrógrado.
Durante estas semanas, la comunicación fue uno de los terrenos más afectados. Mensajes que no llegaban, malentendidos, conversaciones tensas y errores de interpretación fueron moneda corriente.
Con el final del tránsito, se espera que el diálogo vuelva a ser más claro y directo. Expresarse con precisión será más sencillo y las relaciones personales, laborales y emocionales se verán especialmente beneficiadas por un intercambio más honesto y ordenado.
Los problemas tecnológicos también fueron protagonistas: correos enviados por error, dispositivos que funcionaban con lentitud, fallas imprevistas en computadoras y teléfonos.

Desde ahora, este tipo de inconvenientes debería disminuir de forma notable. Además, se abre un buen momento para retomar compras, actualizaciones de equipos o inversiones tecnológicas que muchos prefirieron postergar durante la retrogradación.
Uno de los efectos más notorios de Mercurio retrógrado es la llamada “niebla mental”. La dificultad para concentrarse, analizar escenarios y decidir con seguridad fue una constante.
Con su final, la claridad comienza a instalarse otra vez. Esto favorece la toma de decisiones importantes, sobre todo en temas sensibles como contratos, viajes, mudanzas y finanzas, que suelen evitarse durante este tipo de tránsitos.
Los planes que estuvieron detenidos por semanas empiezan, poco a poco, a destrabarse. Trámites bloqueados, reuniones demoradas y proyectos estancados retoman su curso con una energía más estable y previsible.
Este es un buen momento para reactivar iniciativas que habían quedado en suspenso y para reorganizar agendas que se vieron alteradas durante el período de retrogradación.

La irritabilidad, el nerviosismo y la ansiedad que se intensificaron en estas semanas comienzan a disminuir. En su lugar, aparece un clima emocional más liviano, con mayor predisposición al diálogo y una actitud más optimista de cara al cierre del año.
Este cambio energético impulsa a muchas personas a retomar metas, iniciar nuevas ideas y mirar hacia adelante con más confianza y entusiasmo.
Con el cierre de este ciclo de Mercurio retrógrado se abre una etapa más propicia para ordenar, avanzar y recuperar el ritmo perdido. El cierre de año se perfila así con mayor equilibrio, claridad y estabilidad en distintos aspectos de la vida cotidiana.