Cuando el músculo pesa más que el vínculo: cómo la obsesión por el gimnasio deteriora las relaciones
El culto excesivo al cuerpo puede afectar la vida emocional, según advierte un psicólogo experto en atracción. Una búsqueda de validación más masculina que amorosa, y un cuerpo que no siempre seduce tanto como se cree.
Cómo la obsesión por el gimnasio deteriora las relaciones.
El psicólogo especializado en atracción Hugo Hernández advierte sobre una tendencia creciente: hombres que priorizan su apariencia física al extremo, descuidando aspectos emocionales fundamentales para mantener relaciones sanas. Según Hernández, esta obsesión por el gimnasio, lejos de mejorar la vida sentimental, puede deteriorarla gravemente.
El especialista explica que, en muchos casos, el tiempo y la energía dedicados al entrenamiento físico reducen la atención que debería volcarse en la pareja. En lugar de fortalecer vínculos afectivos, se privilegia la imagen exterior como carta de presentación. Esto genera una desconexión emocional que puede derivar en relaciones superficiales o frágiles.
Un estudio reciente de la sexóloga Tracey Cox revela un dato llamativo: el 75 % de las mujeres consultadas dicen preferir hombres con cuerpos normales, incluso con imperfecciones, por sobre aquellos extremadamente musculosos. Es decir, el atractivo no se mide necesariamente en volumen muscular, sino en actitudes más profundas y personales.
Cuando el músculo pesa más que el vínculo.
¿Para quién se entrena tanto?
Hernández también plantea una hipótesis interesante: el físico trabajado a niveles extremos no apunta tanto a atraer mujeres, sino a buscar validación entre otros hombres. La competencia, el reconocimiento y la pertenencia a un grupo suelen estar detrás de este comportamiento, lo que desplaza el objetivo amoroso y lo reemplaza por una lógica de rivalidad masculina.
Algunos expertos en salud mental sostienen que, en ciertos casos, el entrenamiento excesivo se convierte en una forma de evasión emocional. Frente a conflictos internos no resueltos o dificultades para vincularse de forma íntima, el gimnasio ofrece una rutina previsible y controlable, donde el cuerpo se convierte en un escudo frente a la vulnerabilidad.
Esta armadura física, sin embargo, puede reforzar el aislamiento emocional y dificultar aún más los lazos profundos.
El físico como refugio emocional.
Relaciones saludables
El psiquiatra Enrique Rojas suma otra perspectiva: el éxito en una pareja no se alcanza a través de la imagen, sino con elementos como el perdón, el diálogo, la empatía y la capacidad de crecer juntos. Rojas recomienda evitar las discusiones innecesarias, dejar atrás el rencor y apostar por la comunicación sincera y respetuosa.
Cinco pilares clave para fortalecer cualquier relación son:
Hernández concluye que el culto al cuerpo no es negativo en sí mismo, pero debe tener un equilibrio. Cuando el entrenamiento físico se convierte en una prioridad excluyente, lo emocional queda relegado. Y si se pierde la conexión emocional, también se pierde gran parte de lo que sostiene una relación de pareja.
El cuerpo puede ser una puerta de entrada, pero nunca será suficiente si no hay profundidad, escucha, respeto y verdadera presencia emocional.
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