Enigma moral Entre la verdad, el bien común y la justicia espacial

La belleza como problema ético en arquitectura (Parte II)

No es menor que un niño crezca en una casa o una escuela sin ventanas, o que un abuelo espere el colectivo bajo una parada de chapa oxidada, destruida. Ambos merecen belleza, en el sentido aquí explicado, porque merecen dignidad.No es menor que un niño crezca en una casa o una escuela sin ventanas, o que un abuelo espere el colectivo bajo una parada de chapa oxidada, destruida. Ambos merecen belleza, en el sentido aquí explicado, porque merecen dignidad.

Mirá tambiénLa belleza como problema ético en arquitectura (Parte I)

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