Por Raúl S. Vinokurov
Por Raúl S. Vinokurov
El miércoles 7 de mayo era un día que despertaba varias expectativas. Independientemente de lo que pasaba en Roma en el Senado Nacional se trataría la ley conocida como Ficha Limpia que ya tenía media sanción en Diputados.
Los que impulsaban el proyecto estaban seguros de tener los votos necesarios para su aprobación. Así lo habían confirmado publica y privadamente los 38 senadores necesarios.
El kirchnerismo junto al resto del peronismo se oponía con el principal argumento de que esa ley solo buscaba que Cristina no pudiera presentarse por tener dos condenas y varios juicios en marcha, cuestión que era parcialmente cierta. El oficialismo había obtenido sumar 32 aliados a sus 6 senadores.
En general la prensa nacional daba crédito al "poroteo", afirmando que esa tarde noche se concretaría el comienzo de poner freno a la corrupción. Todos tenían la misma información: los 38 votos estaban.
Muchos senadores lo habían declarado en casi todos los programas de radio y televisión. Pero algo pasó y los programas de la noche no salían del asombro. Ganó el NO por un voto, gracias a que dos senadores misioneros desconocieron lo que habían jurado repetidas veces y votaron en contra.
Prácticamente todo el país sabía (o creía saber) que la ley se aprobaba. Lo que no sabíamos, y tal vez no más de diez o doce personas sabían, era que Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, los senadores por la provincia de Misiones -históricos aliados de los proyectos mileistas-, esta vez votarían en contra de Javier Milei, haciendo caer todo lo calculado o presupuesto.
Y provocando, a la vez, estupor y denuncias cruzadas, además de generar un retroceso de varios años en la lucha por combatir la corrupción. Una corrupción, valeaclararlo, cometida por muchísimos dirigentes políticos ya denunciados y condenados, que lo único que persiguen ahora es sumarse a alguna lista que les permita acceder a un cargo que les asegure inmunidad e impunidad.
La misma prensa en general al otro día afirmaba que el Ejecutivo nacional negoció ese voto con Carlos Rovira, histórico dirigente provincial a cambio de girar a la provincia muchos millones, en forma de Adelantos del Tesoro Nacional (ATN), y la promesa de que La Libertad Avanza no jugaría políticamente en Misiones despejando el camino al actual oficialismo provincial, entre otras cosas.
Resulta difícil creer que, si esa negociación existió, se hizo sin el imprescindible impulso del propio Milei, su hermana Karina y algunos más.
También interesa en esta instancia la elección de legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, donde se juega una parada brava Manuel Adorni, vocero presidencial y principal candidato de Milei para la elección de la ciudad, elección donde el presidente quiere destruir al PRO.
La diputada nacional Silvia Lopesnnato, que justamente es del PRO, acusó a Milei y compañía de haber provocado la derrota en la Cámara de Senadores, tildándolos de traidores. Inmediatamente le respondió Adornis, negando todo y acusando al PRO de todo lo que pasó. Como se dice comúnmente: "de manual".
Hace mucho tiempo que no pocos analistas políticos sostienen que Milei "ayudó" a Cristina en varias oportunidades ya que la necesita como adversario electoral.
En tal sentido, Cristina debe ser la principal enemiga y para eso la deben mantener dentro del juego. El presidente Milei también hizo declaraciones en su habitual tono "mesurado". Todos los periodistas mienten, son ensobrados y a los corruptos "los sacaremos a patadas en el culo".
Resulta evidente que las formas de comunicación de Milei no tienen nada de improvisadas, creen que sus exabruptos generan simpatía. No se pueden desconocer los logros en materias de macroeconomía (cero emisión, inflación en baja, salida parcial del cepo, equilibrio fiscal, menor gasto público, entre otras cuestiones más).
¿Eso no se podría haber hecho sin insultar y menospreciar a tanta gente? Le falta la micro, mejorar la situación del pueblo en todo sentido. Además, muchas veces obró como casta, a pesar de decir que la combate. ¿Milei también es casta?
¿Qué pasó con los dos senadores misioneros? ¿Quién les ordenó votar como votaron? ¿Cuál será el premio económico y para quién? ¿De quién será el premio político? Por supuesto el pueblo otra vez asombrado, sumando un nuevo retroceso, sin saber los por qué y sin saber la verdad de lo que ocurre.
Convidado de piedra a algo que debería pertenecerle. Mientras tanto, los corruptos serán candidatos y seguramente algún cargo ocuparán. Otra vez perdió el país; otra vez perdimos todos. Ganó la corrupción.
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