Anteriormente, en nustra primera entrega sobre este tema, observamos la aparición de los siguientes derechos, con su respectivo contexto histórico y social:

El consumo racional y la autoeducación emergen como derechos esenciales en un mundo donde la oferta del mercado y las plataformas digitales condicionan nuestras decisiones.

Anteriormente, en nustra primera entrega sobre este tema, observamos la aparición de los siguientes derechos, con su respectivo contexto histórico y social:
1) Derecho a la vida; 2) Derechos civiles, políticos y laborales; 3) Derecho a la paz, a la autodeterminación y a un medio natural; 4) Derecho a la salud (iniciado en la etapa anterior), tanto como a la educación, a una ancianidad digna y al acceso a las nuevas tecnologías; 5) Derecho a la alfabetización digital y el desarrollo del pensamiento crítico.
En dicho contexto, la prevención surge como una sexta generación de derechos humanos.
Las amenazas más rápidamente identificables son las que provienen del exterior y participan de muchas de las características de las necesidades; son múltiples, variadas y variables. Tales caracteres de las amenazas no resultarían casuales puesto que resultarían ser un espejo de esas necesidades, muchas de las cuales no son esenciales sino creadas por el mundo del mercado.
Pero no menos importantes son las amenazas que provienen del interior de cada ser humano. Algunas de ellas son particulares de cada individualidad, pero un gran grupo son susceptibles de encontrar en la inmensa mayoría de las personas y se corresponden con las distintas etapas evolutivas.
De hecho, por ejemplo, la ciencia ya conoce los desafíos de la niñez, el apego seguro y el descubrimiento del mundo exterior, la desorientación de la adolescencia, la tercera edad y el desafío de enfrentar ciertos espacios de soledad, etc. A todo esto, nos referimos cuando hablamos del derecho humano a ser prevenidos y educados para arribar a estos estadios con la mayor preparación posible.
Me permito, al solo efecto ilustrativo, marcar algunos de los derechos en particular, comenzando por los que se generarían en situaciones que provienen del exterior; sin dejar de mencionar que muchos de ellos se encontrarían en una zona mixta con nuestro aspecto más interior o íntimo; y otros que se vinculan con conflictos decididamente personales.
En primera instancia hablaremos del derecho a ser prevenidos en consumo racional. Por necesidad imperiosa y falta de disponibilidad, por ejemplo, se establecen campañas para el uso racional y cuidadoso de la energía, del agua y el gas, pero de otros bienes y servicios de uso y producción masiva se previene muy poco o casi nada.
Como decíamos, la política del mercado es tener a la mayor cantidad de personas rehenes de los bienes o servicios que ofrece. De hecho, a una plataforma digital no le interesa -en principio- el contenido que se consuma, sino que la persona esté conectada a ella la mayor cantidad de tiempo disponible.
No es materia de ocupación -menos de preocupación- los efectos por ejemplo que puede producir el sedentarismo a nivel físico y psíquico, pero la ciencia de la medicina ya tiene cuanto menos conclusiones primarias de los inconvenientes de permanecer frente a una pantalla determinado periodo de tiempo, según los contextos, edades, etc.
El derecho a disponer masivamente de esta información es de vital importancia, no solo para el desempeño cotidiano sino como prevención de enfermedades que con alto grado de probabilidad ocurrirán si no se corrigen o limitan conductas. La autoeducación es una tareas que lleva años de desarrollo porque se conecta con hábitos de vida que no se generan solo con tener disponible la información.
Algunas conductas que entendemos como plenamente voluntarias, de hecho, están condicionadas por nuestro entorno de convivencia. En otros términos, elegimos dentro de un catálogo de posibilidades.
Entre el deseo y el poder se produce un extraño y permanente equilibrio que nos coloca en una perspectiva al tomar rumbos, desde los más simples y superficiales hasta los más determinantes en nuestras vidas.
Tenemos derecho a ser educados y prevenidos desde temprana edad, que en nuestra vida adulta y más aún desde nuestra primera adolescencia, tenemos derecho y también el deber de elegir nuestro y construir entorno, lo que no implica una conducta de discriminación ni segregación.
Desde la aceptación de "el otro" como individualidad y el respeto a la determinación de cada persona; entender que no es necesario adoptar conductas que no nos resultan satisfactorias para permanecer en un grupo.
En muchos casos desde la adolescencia se comienza con grandes ingestas de alcohol o drogas ilegales como un modo de no quedar excluido de determinados entornos sociales. Ser prevenidos en que las determinaciones que efectuamos a temprana edad condicionan nuestro desarrollo futuro es un derecho y a la vez un deber de cuidado sobre nosotros mismos.
Vinculado estrechamente con el anterior, aparece el derecho a ser educados para tomar decisiones trascendentales. A temprana edad debemos tomar dos grandes determinaciones que de seguro ocuparan buena parte de nuestra existencia. Una es el modo en que nos ganaremos el sustento (trabajo, estudio, capacitaciones, etc.) y la otra es con quien vamos a compartir nuestros días.
Esencialmente nuestra pareja. Ambas decisiones son revisables e incluso muchos hemos pasado por distintas experiencias, no obstante; ello nos habilita más aún para reclamar que contar con mayor información a tiempo podría haber colaborado en gran medida con una mejor calidad de vida.
Este punto corresponde al de la prevención del derecho a algo tan genuino como lo son el esparcimiento y la diversión. En caso de no observarse algunos parámetros, pueden transformarse en una verdadera pesadilla. Por ejemplo: hay juegos que no son "un juego" y según los casos, llevan a la ludopatía.
Esta conducta, que si bien es altamente problemática para muchos adultos, en el supuesto de los niños y adolescentes puede ser gravísima. El mundo de las apuestas se presenta como una amenaza latente y las conexiones neuronales que a temprana edad se siembran en el cerebro en formación pueden generar verdaderos estragos.
La buena noticia es que cuando a más temprana edad intervengamos, mayor grado de éxitos a corto plazo podremos logra; pero para ello es crucial prevenir.
La educación y el respeto acerca de nuestra integridad física y mental son pilares fundamentales para que a temprana edad se pueda determinar si el resultado de una conducta puede o no ser nociva.
Por ejemplo, si tomamos la conducta del conocido "vapeo" que se presentó como una solución para quienes enfrentaban el desafío de dejar de fumar; se transformó en el uso cotidiano del "cigarrillo electrónico" en adolescentes y pre adolescentes.
Por una parte, se ignora a ciencia cierta qué tipo de sustancia contiene y los efectos que tiene en la salud, sobre todo con la mencionada ingesta temprana. Ya hay estudios que demuestran la propensión al alcoholismo y al consumo de marihuana en proporciones mucho mayor que la media (1).
Hay otra clase de prevención, la que tiene que ver con la evolución del cuerpo humano. Es de vital importancia prevenir a los niños y adolescentes, por ejemplo, que su hígado se termina de formar en edades próximas a los veinticinco años y que el maltrato que hasta esa edad se produce sobre este órgano vital puede traer consecuencias muy importantes en la vida adulta.
Los procesos de construcción y reconstrucción que puede desplegar cada órgano en caso de ser dañado; como el caso de los ruidos excesivamente fuertes y la audición; o la vista y la exposición a las pantallas; etc. También está el derecho a la prevención respecto a las respuestas cerebrales.
Es necesario tener en cuenta al cerebro como "amigo" y a las llamadas "recompensas variables intermitentes", que afectan a personas de distintas edades, como ser el caso de las tragamonedas -normalmente personas adultas- y los juegos de "abrir cofres" para ver si tienen un premio.
En estos casos, suele pasar "el juego" a un segundo plano para dar paso a la compulsión de abrir o jalar una palanca sin importar el resultado que se obtenga.
Una película como "Intensa-Mente" muestra y enseña a manejar las emociones y la aparición -con sus ribetes propios- de cada una de ellas. Es preciso que masivamente y en todas las edades recibamos información precisa para la gestión de pensamientos que llevan a estados de ánimo.
Esto último nos lleva al derecho a la prevención del vínculo con "el otro yo" que es aquella persona que vive dentro nuestro y que en algunas circunstancias se dispara en modo casi irracional. Las áreas específicas de la medicina tienen herramientas muy poderosas de prevención.
La educación emocional nos lleva al derecho a la prevención del vínculo con "el otro". Este último está íntimamente vinculado con el anterior; la necesidad de tener elementos disponibles para poder identificar las emociones ajenas y saber cómo actuar en ciertas situaciones (callar, comprender, huir, brindar espacio amigable y seguro, etc.), sin dudas que en muchas ocasiones salva vidas.
En este contexto, un capítulo aparte merece la educación en formación de vínculos saludables a fin de evitar, por ejemplo, la formación de relaciones que lleven a una dependencia emocional.
En lo que concierne a la prevención de conductas propensas a la adicción-preadicción, una que ya tratamos sería la del "vapeo", o -por otro lado- la de las "recompensas variables intermitentes". No obstante, existen muchas otras conductas riesgosas cuyo conocimiento masivo tendría un efecto preventivo de proporciones.
En definitiva, todo lo expuesto es simplemente ilustrativo y estimamos que, en modo innegable, la anticipación de riesgos y amenazas serían beneficiosos.
No debemos dejar de reconocer que las distintas áreas de la ciencia han avanzado dejando importantes conclusiones que no llegan en modo simplificado y masivo. Entendemos que este es el nuevo derecho a ser prevenido. Se trata de una prerrogativa legal en plena expansión y evolucionará en su contenido en forma conjunta con los demás saberes científicos.
(1) Según investigadores del Reino Unido, los adolescentes que "vapean" tienen más posibilidades de consumir marihuana y alcohol en comparación con quienes no usan cigarrillos electrónicos. Publicado en "Tobacco Control" y disponible en https://tobaccocontrol. bmj.com/ content/early/2025/08/17/tc-2024-059219 (9 de noviembre de 2025).