Por Miguel Ángel Dalla Fontana


Por Miguel Ángel Dalla Fontana
Como puede apreciarse en el cuadro descriptivo que acompaña esta segunda entrega de la historia de la Escuela Nº 637 Domingo Cullen, el 9 de mayo de 1925 fue creada la Escuela Industrial de Señoritas Nº 2, con perspectivas de una salida laboral para quienes emprendieran allí sus estudios secundarios. De esta forma, aquel año comenzaron a forjarse las primeras semillas de jóvenes especializadas. Y las primeras oficiales con título en mano serán empleadas relacionadas con las sastrerías, sombrerías y gorrerías, como así también en la oferta local de tiendas clásicas o "grandes almacenes", desempeñándose también como modistas independientes para refaccionar prendas o para preparación de escaparates y carteles.
Promediando la década del 20, la ciudad de Santa Fe experimentará un trascendental desarrollo económico, que la llevó a gozar de una etapa floreciente en la vida comercial, facilitando -en particular- el surgimiento de tiendas por secciones. Así fue como distintas filiales de grandes tiendas de origen extranjero, que se habían establecido con su casa matriz en Buenos Aires y Rosario, abrirán sus puertas en la capital provincial.
Los casos más emblemáticos fueron "La Samaritaine", "Gath & Chaves", "La Villa de París" y "La Liquidadora de Saldos". En cuanto a tiendas llegadas desde Rosario encontramos "Casa Cassini" y "La Favorita". Y con origen nacional pero venidas desde Buenos Aires estaban "El Capricho"; "La Buenos Aires"; "La Linda Linda" y "La Exposición", entre otras.
Para fines de la década del 30 y principios del 40 se produjo un recambio en el rubro, con la llegada de caracterizadas firmas con precios más populares y grandes descuentos, como también la extensión del crédito. Entre este grupo de tiendas podemos citar a "Ciudad de Messina", "Ciudad de Santa Fe", "Casa Heredia"; "La Tropical"; "Beige"; "La Imperial" y "Preston", entre otras. Estos emprendimientos comerciales fueron lugares de congregación para la mano de obra de muchas mujeres salidas de las escuelas Industriales que se habían creado en la ciudad.
El historiador Sergio Reinares, autor cuya obra ya hemos referido en la primera entrega (1), hace referencia al trabajo realizado por las diferentes escuelas industriales:
"De estos establecimientos especiales salían no simples obreros o meros ayudantes, sino perfectos oficiales capaces de dominar y dirigir un pequeño taller de oficios o maestros de manualidades. (…) Iba triunfando así el nuevo espíritu escolar y la formación del nuevo ciudadano hacia el industrialismo y hacia las carreras liberales, es decir, la escuela para la vida" (Reinares, 1946, página 312)
Santa Fe para 1940 contaba con 146.447 habitantes. Los datos tomados de la "Guía Administrativa y General de la Provincia de Santa Fe", publicada en 1942, dan cuenta de la extraordinaria presencia de sastrerías -sin contar las que no poseían teléfono ni local abierto al público-, además de la presencia de infinidades de tiendas o establecimientos que reunían obreras que bordaban o cosían prendas con la mejor terminación para el comprador. En dicho contexto, con respecto al trabajo femenino empleado en las sastrerías del barrio, había quienes se ocupaban de la tarea de costura de pantalones, chalecos y sacos, labor que realizaban en sus domicilios por pago a destajo.
Otra porción, más pequeña, se ocupaba en la elección del corte y preparado de la tela. Incluso podían tener un cargo significativo en las sastrerías, como ser la de Ramiro Vázquez (luego, Vázquez y Casutti y Ramón Martínez) con "Las dos Tijeras"; "Cedromax": Juan Trangoni & Icanino Droma; Nicolás Hupalo y Jagniszczak. Pedro Cando con "Los 63" (llamada así porque su dueño había obtenido $ 63.000 de premio en la lotería de Santa Fe); Ángel Poveda Barberá; Carlos Villarreal; Sánchez; Cabrera; Juan Rossi; Giorgiani; Ludovico Cerati; Umile Ferraro; Ulderico Runcio y Héctor Morresi, entre tantas otras.
Estos datos nos acercan a una visión parcial y pequeña del gran universo de las costureras en la organización de los procesos del trabajo en distintas ramas.
A continuación se brinda el detalle de la evolución de las profesiones y los rubros en la ciudad de Santa Fe (SF) y en Barrio Candioti (BC), comparados 1940 con 1958/1959. Academias de corte y confección: en 1940, 29 en SF y 7 en BC, ninguna en 1958/59; fábricas de camisas: 2 en SF en 1940, ninguna en 1958/59; florerías: 7 en SF en 1940, 20 en SF en 1958/59; fábrica de guantes: 4 en SF en 1940, ninguna en 1958/59; lencerías: 2 en SF en 1940; modas: 32 en SF en 1940 y 2 en C, 19 en SF en 1958/59.
Otros rubros conocidos, por ejemplo peleterías: 4 en SF en 1940 y 13 en SF en 1958/59; profesoras de corte y confección: 8 en SF y 2 en BC en 1940, ninguna en 1958/59; roperías (gorras y sombreros-camisería): 17 en SF en 1940, ninguna en 1958/59; sastrerías: 96 en SF y 10 en BC en 1940, 55 en SF en 1958/59; tiendas: 98 en SF y 11 en BC en 1940, 76 en SF en 1958/59; sombrerías y camiserías: 6 y 1 en SF y BC solo en 1940; talleres de sombreros: 9 y 3 en SF y BC solo en1940; zurcidos y talleres: 1 en 1958/59 en SF; tejidos: 1 en SF en 1958/59; sederías: 15 en SF en 1958/59; confecciones finas: 6 en SF en 1958/59.
Evidentemente entre 1940 y 1958/1959 hubo una caída de cantidad significativa de algunos establecimientos producto del desarrollo de la mecanización de las prendas. Por ejemplo, para fines de la década del 40 y principios del 50, aparecían las máquinas rectilíneas para tejidos de punto "jersey" y para levantar puntos de media. El algodón y la lana, en muchos casos, fue reemplazado por el jersey con fibras sintéticas.
Con respecto a las sastrerías también se aprecia una disminución de sastrería lo que tiene un correlato con los cambios de la moda. Una cita tomada del material publicado en el libro "Un siglo de comercio en Santa Fe", de nuestra autoría (2), dice:
"En el desarrollo de la década del 30, la crisis económica mundial de 1929 influyó notablemente en la moda. Los hombres abandonaron el bastón y las últimas galeras para comenzar a usar el sombrero. Esto comenzó a convertirse en un adorno y signo de rango social. El frac deja paso al saco cruzado o derecho; y la vestimenta sport, el cardigán y por supuesto los Perramus para entrecasa, el fumoir. Sin embargo, la moda del traje, corbata y sombrero está institucionalizada y tiene validez general y es indispensable usarlo en toda ocasión, hasta en la cancha de fútbol. Nadie llega sin su cabeza cubierta y de riguroso saco". (Dalla Fontana, 2010, fascículo 5, capítulo 3)
Lamentablemente, en Argentina hay un quiebre fundamental con el uso del traje hacia 1953, con una merma significativa en la confección de trajes, tal cual se detalla en "Un siglo de comercio en Santa Fe":
"El 23 de noviembre de 1953 el Ministerio de Justicia y Culto autorizaba a través de un decreto, a los empleados de la administración pública y bancaria a atender al público sin saco, de camisa y corbata para una mayor comodidad y rendimiento laboral. Esto significó un giro en el uso de esa vestimenta y marcó un antes y un después. Eran tiempos en que el hombre estaba obligado a un estricto uso del traje, camisa almidonada y corbata, una convención social reafirmada por una costumbre trasmitida de generación en generación, que no se discutía y tenía validez general (….)"
"(…) El decreto dejaría abierta una nueva interpretación y lectura sobre el uso de esta prenda y tendía a instalarse en el conjunto de la sociedad, surgiendo así una tensión entre distintos grupos sociales, los más conservadores que lo usan a diario, tildando de mal gusto a los que no lo llevaban; y quizás las clases más populares estaban aliviadas ya que intentaban alternarlo o suprimirlo por su costo y mantenimiento. El hombre debía contar en su vestuario con dos o tres trajes para combinar según la estación, el rol, la vinculación social y laboral que se tenía. (Dalla Fontana, 2010, fascículo 5, capítulo 3).
(*) Investigador y periodista, especializado en historias de nuestra ciudad.
(1) Sergio Reinares, "Santa Fe de la Vera Cruz. Reseña Histórica de la educación y sus escuelas. Desde su fundación hasta nuestros días", año 1946. Este libro se terminó de imprimir en los talleres de Librería y Editorial Colmegna SRL, calle San Martin 2546, Santa Fe.
(2) Miguel Ángel Dalla Fontana, "Un siglo de comercio en Santa Fe", año 2010, del bicentenario. Quinto fascículo, titulado "Electrodomésticos tiene un lugar preferencial. Supermercados". Diario El Litoral. Santa Fe, 1900-2000.
* Aportes de las profesoras Maricel Doldán, Sandra Paneiva y Melina Di Paolo, docentes de la Escuela Domingo Cullen Nº 637.
* Diarios Santa Fe y El Litoral.
* Catastro Parcelario. Archivo Municipal. Centro de Gestión Municipal. Santa Fe.
* Guía Administrativa y General de la Provincia de Santa Fe. Segunda Edición. Año 1942. Casilla de correo 73. Santa Fe.
* Guía Telefónica Zona Santa Fe. Edición 1958/1959. Empresa Nacional de Comunicaciones. República Argentina.
* Anuario Estadístico de la Ciudad.
* Archivo Municipal. Centro de Gestión Municipal. Santa Fe.
* "Un siglo de Comercio en Santa Fe", de Miguel Ángel Dalla Fontana, 2010. Fascículo Nº 3: "La gran innovación fue el surgimiento de tiendas por secciones a la manera de las parisienses" (subtítulo "De la tienda clásica a los grandes almacenes"). Diario El Litoral. Centro Comercial de Santa Fe.
* Informes sobre datos estadísticos de la Escuela Industrial de Señoritas Nº 2. Anuario Estadístico de la Ciudad de Santa Fe, 1929.
* Jose Panettieri, "Las primeras leyes obrera". Centro Editorial de América Latina, Buenos Aires, 1984. Para el tema sobre las obreras habilitadas y registradas.
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