Por Marta Snaidero


Por Marta Snaidero
Según Google, la Inteligencia Artificial (IA), es "la capacidad de las máquinas para realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, el razonamiento y la resolución de problemas". Y agrega: "(…) en esencia la IA busca vincular la inteligencia humana en sistemas informáticos, permitiéndoles percibir, aprender, razonar y actuar de manera autónoma".
¿Terminaremos, algún día, votando a la IA en lugar de aspirantes al cargo de un Ejecutivo municipal? Qui lo sá. Podría extenderme detallando qué es capacidad de aprendizaje, simulación de la inteligencia humana, razonamiento y resolución de problemas, percepción y comprensión, acción autónoma. Voy a resumir en lo que respecta a "Gestión Municipal", donde la IA es posible que no sea el manual al que recurren en cada gestión los representantes del pueblo.
Me pregunto… ¿sin saberlo, habremos votado a una máquina, o candidato virtual, al mejor estilo IA Steve (*)? Obviamente que cada ítem tiene que ver uno con el otro, caso contrario, algo falta y es imposible que se pueda llegar a buen término en una gestión que finalizada, sea recordada más por sus buenos actos. Y aquí entra a jugar el tema de una posible reelección. ¿Qué garantiza que una gestión municipal, cualquiera, sea eficiente? Nada.
Los discursos de candidatos durante las campañas proselitistas caen por peso propio cuando llega el momento de la asunción. El trato amable, ejercido por quien pretende convencernos que su "nuevo trabajo", y cuyo sueldo pagaremos todos, deberá -o debería- tener, como cualquier otro, la premisa de cumplir con los requisitos que han sido expuestos, caso contrario, se nos mostrará la puerta de salida. Llevar a cabo un mandato a conciencia, lo que implica responsabilidad y compromiso, nos obliga a ser mejores en todo, todo.
Dejar atrás errores y fracasos personales, para atender según el juramento previo, las necesidades que el pueblo ha venido soportando. Necesidades que no fueron cubiertas por la desidia de otros electos gobernantes, como algunos intendentes que pasan o se perpetúan por aquello de "más vale malo conocido que bueno por conocer". Y entonces se los perdona, y vuelven a ser electos para ocupar el mismo sillón (ojo, ni hablemos del famoso "de Rivadavia", donde hasta han posado sus asentaderas ignotas señoritas... ¿se acuerdan?).
La moral se pone a prueba, incluso aunque la hayamos mantenido alta en nuestra vida privada. Pero… ¿alguien dudaría, si puede hacerlo, en optar por hacer algo distinto, ahora que se ostenta algo de poder? ¿Qué tiene de malo beneficiar a familiares o amigos cercanos si nos vemos en la "obligación" de nombrar asesores, e inventar secretarías, subsecretarías, direcciones y demás "cartelitos" a colgar en nuevas oficinas sin problemas… ¿no lo haríamos? Si en definitiva todo lo hacen.
Ahora bien… ¿saben esos familiares y amigos así nombrados lo que tienen a su cargo? ¿Qué carrera siguieron para ser idóneos en el lugar asignado? Quizás sirvan para apoyarlos ruidosamente en algunos aciertos, o en tapar y enmendar errores. Total, si el gobernante no es reelecto se van todos de la mano por la puerta de atrás. ¿Se van? No, muchas -muchísimas- veces no se van.
El voto popular es un derecho adquirido y son muchos los que viven haciendo gala de que es así (porque es cierto), pero es mucho más que eso, porque también es un deber... y una obligación. ¿Por qué en Argentina sigue siendo obligatorio? Porque de no acudir en día de descanso, con lluvia o con sol a emitirlo, muchos no irían, muchísimos más de los que se ausentan ahora (entiendo que cada vez son más). Ojo, no vaya a ser que llegue el día en el que alguien termine "autoproclamándose" intendente –que el ejemplo que me ocupa- porque no hay otros candidatos ni votantes.
Hoy, los políticos (¿Insisto: hay título para ello?) se supone que tienen la obligación de cumplir tal como lo hicieran en sus trabajos anteriores. En su nueva ocupación, sin marcar tarjeta, destinan tiempo en relacionarse no con el votante al que no conceden audiencia, sino a "sembrar" para cosechar en un futuro no lejano, un cargo superior. Así, como "entre bueyes no hay cornada", hoy vemos que aspiran a cualquier cargo, con cualquier bandera. Todos se conocen sus cuitas. ¿Quién va a delatarlos, o a "sacar los trapitos al sol"?
Pero la osadía de exponerse a ganar, no tiene límites. El ciudadano nos vio conduciendo un noticiero; un juego de azar; subir al podio aunque no por el primer puesto; dirigir un hospital; heredar el apellido de un ex político; conducir un rodado a pedal y reincidir en ser nuevamente electos, nada de esto es garantía de que seamos aptos, pero como en toda regla, hay excepciones, las hubo.
¿Qué referencias o "depósito de garantía" se les pidió u ofrecieron para estar donde hoy están? ¿Cómo resarcirán a electores por el perjuicio causado debido a la inexperiencia e ineptitud de haber dirigido sus destinos? Durante el período preelectoral, un intendente camina algunas cuadras, da abrazos, se saca fotos con sonrisa de oreja a oreja, baila al son de algún jingle pegadizo, toma mate cebado por sus laderos, promete, promete y promete… que algo cumplirá. ¿Cumplirá? ¿Si un antecesor no hizo sus deberes, por qué lo haría el candidato a suplirlo?
Y entonces, a lo que uno -el que se va- no concretó por inacción u omisión, despreocupación y quizás deshonestidad tardíamente comprobada, se suman nuevas necesidades. ¿Qué presupuesto aprobado desde el Concejo alcanza? ¿Qué ordenanza justificando otros sueldos también pagados por el pueblo, respeta y atiende un intendente? ¿Quién osa pedir una auditoría y presentarla al contribuyente? ¿Cuáles son las prioridades, según la visión de los ediles, que debe ejecutar durante su mandato?
Probablemente no las mismas que tenían los votantes que ahora parecen haber olvidado. Otra cosa: no a propósito está aquello de "zapatero a tus zapatos". Sé que hay excepciones, pero podemos encontrar un experimentado profesional de la medicina que es aprobado con un "10 ¡Felicitaciones!" en la práctica y se gana el mayor de los respetos como médico, pero… ¿sabe o no sabe de aquello que atañe a la conducción política? ¿A qué archivo recurre para interiorizarse de lo que usted, vecino, viene reclamando o denunciando desde hace años?
(*) Steven Endacott, un empresario semi retirado de Brighton (Inglaterra), desilusionado con la política tradicional, dijo que decidió emprender el proyecto IA Steve -candidato creado artificialmente y presentado en 2024-, para "reconectar a los políticos con sus votantes". El objetivo, afirmó, fue "inspirar una nueva forma de interacción entre el votante y sus representantes".
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.